Texto: María Laura Vidal Bazterrica – @itasflowers – Fotos: Rosario Lanusse – @rochilanu

Así como el agua es vital para el cuerpo, también lo es para el alma porque transmite serenidad, relajación y paz. Un jardín con agua reflejará las nubes, el sol, las estrellas, los colores y la vegetación circundante, además de atraer pájaros e insectos.

En todo el mundo existen grandes jardines en los que se emplea el agua formalmente. Tenemos las majestuosas composiciones renacentistas italianas, los fosos de las casas de campo inglesas y los patios de la Alhambra de Granada, donde el agua es el elemento clave para este tipo de jardín.

El agua nos da la oportunidad de ser inmensamente creativos y partícipes de nuestro paraíso, aportando belleza y vida. Un estanque, una cascada, una fuente, una pequeña piedra o una maceta pueden transformarse en nuestro rincón especial. En reposo durante el invierno, disfrutaremos de esa serenidad; y en la primavera, el verano y el otoño viviremos el estallido floral de los nenúfares.

Incorporar agua a nuestro jardín es mucho más sencillo de lo que creemos, solo debemos tener en cuenta algunos datos. Puede estar al ras del suelo o elevada, ser en un espacio pequeño o grande, de formar regular o irregular, con bordes delimitados o esfumados, pero siempre son un punto focal muy fuerte dentro del diseño paisajístico.

El agua en nuestro jardín puede estar presente en forma de cascada, saliendo desde un muro, detenida o en movimiento, en canales, arroyos o en estanques. La arquitectura de la casa nos marcará el estilo del nuevo elemento a incorporar.

Las plantas acuáticas tienen una profundidad de 50 cm (ideal para que también sumemos peces) y viven en aguas estancadas con las raíces tocando el fondo del estanque con lodo. Las hojas y las flores flotan como, por ejemplo, los nenúfares, que necesitan de 4 a 6 horas de sol diarias.

Otro ejemplo es el nelumbo (flor de loto) que necesita una temperatura superior a los 35 grados y se desarrolla bien en invernáculo. Se adapta a patios y balcones. Lo más importante es mantener siempre el brote húmedo a una profundidad de 18 a 20 cm. Fertilizar una vez al mes con triple 15.

Las plantas oxigenadoras generan un equilibrio biológico y químico, como así impiden que prosperen las algas. Con sus raíces y hojas evitan la putrefacción del agua. Ejemplo: COBOMBA (cola de zorro). Son plantas muy adaptables con hojas semicirculares y tallos largos.

El myriophyllum aquaticum (helechito de agua) se caracteriza por asomar sus hojas verde claro. Es nativa de Sudamérica.

Las flotantes crecen sobre o cerca de la superficie del agua, absorben sales minerales y compiten con las algas. Son de crecimiento rápido. Ejemplo: Eichhornia Crassipes (camalote) con flor azul y de largas raíces.

Las lemnas (lentejas de agua) son hierbas flotantes, de color verde claro y muy invasoras, con hojas muy pequeñas.

Las palustris son las plantas que visten en altura los estanques. Se ubican dentro o fuera del mismo. Necesitan profundidad y generalmente se plantan en recipientes. Ellas son los lirios, acorus, taláis, colocasia, papiros, equisetum de follaje bordó. La profundidad que tienen supera los 30 cm. El mantenimiento es sencillo: necesita poda constante de hojas y flores marchitas. Hay que evitar que las hojas del otoño caigan dentro del estanque. Para eso, hay que cubrirlo con una red o retirar constantemente las hojas. Debemos tener un 30% de terreno libre de plantas. Como las plantas flotantes se reproducen mucho durante el verano, es conveniente eliminarlas una vez por mes.

Las plantas acuáticas necesitan mucho fósforo y potasio, y poco nitrógeno. Es importante contar con una buena iluminación para el agua. Esto hará que durante las noches largas de verano podamos disfrutar de su sonido y frescura.

Si en nuestra casa habitan niños pequeños, no debemos olvidar que existen protecciones para los estanques diseñados especialmente para que puedan las especies desarrollarse perfectamente y nosotras descansar del cuidado de los niños.

Tipos del estanque:

  • El estanque debe tener una salida de agua o rebalse y un ingreso fácil de operar (canilla).
  • La salida de agua debe colocarse opuesta al viento para que éste empuje la basura de superficie hacia la salida.
  • El ingreso de agua se coloca opuesto a la salida de agua.
  • Peces necesarios: gambusia para el control de mosquitos, salmón siberiano para el control de algas, koi (carpa de colores) para el control general. Si el estanque no tiene salmón siberiano, hacer trabajo manual de extracción de algas
  • La turbidez o el color verde del agua puede tratarse con productos específicos.
  • Para asegurar la oxigenación, coloque un oxigenador de acuario de los modelos de dos salidas de aire (son los más potentes) en un gabinete cercano y seco. Ingrese las dos mangueras plásticas que transportarán el aire por uno de los laterales y con un peso que sumerja las mangueras. Puede ocurrir que por la presión del agua el aire no salga si las mangueras están en el fondo.
  • Con superficies de 100 a 400 metros cuadrados el estanque se comporta como una pequeña laguna y el equilibrio ambiental del ecosistema es muy importante para lograr un ambiente agradable.
  • Importante: la profundidad óptima del agua para un estanque grande es de 1 a 1 metro y medio, ideal tanto para los peces como para las plantas. El oxigenador debe estar encendido permanentemente durante los meses de calor.