Fotografiar la casa de una decoradora en la playa. Nunca un mejor plan. Esta vez fue el ojo envidiable de Tefi Conen de @teficonen.estudio quien estuvo detrás de estas capturas soñadas en @barrio_costaesmeralda.

Cony Serantes nació en Coronel Pringles, un pueblo al sudoeste de la provincia de Buenos Aires, y cuando tenía 18 años desembarcó en Buenos Aires para estudiar Diseño de Interiores. Desde chica supo que le apasionaba la decoración, y mientras estudiaba empezó a trabajar en La Ventana, un local de decoración donde aprendió las bases de este oficio. 

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Tiempo después y ya recibida, abrió “Cloque Decoraciones”, un local con su hermana en Barrio Norte pero que en el 2001 se vieron obligadas a cerrar. Pero ese quiebre fue el puntapié para animarse, confiar en ella y lanzarse como independiente y crear @constanza_serantes. “Soy muy feliz de haber elegido esta profesión, que nunca me da un día igual al otro, que me cruza con mucha gente y que, gracias a Dios, me sigue movilizando”, nos cuenta Cony. 

Contar la historia

Con un estilo más bien minimalista, hace 30 años que Cony forma parte de DArA, una asociación que agrupa a diseñadores interiores en el país. Está convencida de que un buen diseño está profundamente relacionado con la simpleza y la calidad. “No creo en la cantidad, sino en la sencillez de aquello que genera satisfacción en la vida cotidiana”, nos dice y adherimos totalmente.

Si una casa hablara, a Cony le gustaría que contara su historia. Por eso cree que mechar lo actual con lo antiguo, lo simple con lo más sofisticado, es el camino ideal para que al entrar a un hogar se respire esa tradición de la que es parte. “Cuando un cliente se quiere deshacer de un mueble heredado, yo trato de que no lo haga. Si el mueble lo vale, le ofrezco mandar a restaurarlo y transformarlo. Las casas “de revista” son divinas, pero si no cuentan algo de sus dueños, de su historia, el hogar pierde calidez”

Un trabajo en conjunto

Reconfirmar, una y otra vez, estar en la profesión correcta genera una satisfacción enorme y llama al agradecimiento. Cony lo celebra todos los días, y lo que más disfruta de su trabajo es que no hay dos días iguales, y aunque muchas veces la inspiración tarda en llegar, aprendió que hay que dejar fluir, sin forzar. “Nada mejor que darme cuenta que un cliente reconoce mi asesoramiento y queda conforme con mi trabajo. Eso me da mucha felicidad”. 

Al recrear un hogar, el cliente le abre las puertas de su casa, de su intimidad, de su cotidianeidad. Cony intenta entender el porqué de ese cambio, y para eso necesita escuchar, mirar, sentir y comprometerse. “Es fundamental para mi entender la dinámica de esa familia para así lograr generar esa renovación que necesitan. Trato siempre de satisfacer las expectativas, combinándolas con buenas ideas, simples, lindas y prácticas”, termina. 

La casa en la playa

Con pocos materiales, colores y texturas se puede lograr mucho. A Cony le gusta utilizar, en mayor medida, la madera y el cemento alisado; las tonalidades son más bien neutras para pisos y paredes; y las texturas se logran con géneros como linos, terciopelos y tussor.

La casa en Costa Esmeralda (@barrio_costaesmeralda) de @eidico fue la excusa para encontrar el lugar perfecto de reunión para toda la familia. @gernaert estuvo a cargo del proyecto y así lograron el sueño de la casa en la playa. 

“A diferencia de mi casa de Buenos Aires, en esta me permití jugar con un poco más de colores. Me basé en el color arena y natural, porque para mi una casa de verano debe tener mucha luz, y los toques de color que le dí son inspirados en los colores de la playa: verde, aqua, celeste, azul y arena”

Esta casa significa mucho para Cony, es el lugar de encuentro y de disfrute. Y a la hora de pensarla, quiso transmitir la libertad y ese no se qué del verano. ¡El resultado lo confirma y estas fotos le hacen honor!