Fernanda Valdez siempre fue fanática de las tortas y de los momentos que estas generan. En  2014 decidió relanzar Despacho de Tortas, un proyecto que había interrumpido años atrás. La atrapó el encanto de crear tortas increíbles y riquísimas en base a lo más sencillo como huevos, azúcar y harina. Hoy, su trabajo es lo que más le apasiona. Su historia en primera persona.

Texto: Fernanda Valdez – Fotos: Rosario Lanusse

Haciendo tortas desde siempre
Siempre hice tortas y la aceptación del público me motivó a seguir estudiando cada vez más en distintos institutos. Comencé a vender de manera profesional bajo una primera marca que llevaba mi nombre. Luego, cuando me enteré que mi tercer embarazo era de riesgo, tuve que interrumpir. Cuando mi hijo cumplió dos años, decidí relanzar mi proyecto, que es mi gran pasión, con otro nombre, otra propuesta y energía. Despacho de Tortas nació en 2014 con la idea de hacer tortas clásicas (y no tanto) con mis trucos pasteleros, apostando a crear y cocinar para que el cliente reciba lo que se imaginó en su mente y su paladar.

El primer pedido
Una prima mía me recomendó con un compañero de su trabajo. Él era súper exigente y festejaba su cumpleaños ese fin de semana. Sabía mucho de dulces y también sabía muy bien lo que quería. Charlamos y me confió la elaboración de varias tortas.

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La satisfacción más grande
La verdad es que desde que retomé esta pasión que llamo “trabajo” no tengo más que satisfacciones. Hace un año y medio que salí de nuevo a las canchas y la respuesta del público, puedo decir honestamente, fue súper positiva. Los mensajes que me mandan los clientes después de una entrega o un evento son siempre divinos.

Momentos únicos
A mí me inspira, entre otras cosas, la certeza de que el postre es, en definitiva, el cierre de ese momento. Son momentos únicos, hitos en la historia de las personas que eligen Despacho de Tortas porque confían y saben que van a degustar exactamente la torta que esperan. Tiene que ser así porque es lo último que van a comer y por eso es tan importante como lo que comieron antes. Es el último sabor que les va quedar grabado en el paladar. Eso no es poco.

Los tropezones en el camino
Una vez, cuando estaba recién arrancando, me encargaron una torta de ricota. La preparé y la metí al horno. Después de un rato, cuando consideré que ya estaba lista, abrí el horno y ¡pus, no le había puesto tapa! Era una torta de ricota sin tapa. Tenía que entregarla esa tarde. Hablé con la clienta, le conté y le dije que para compensar mi error, le había preparado una confitura de berries. Ella quedó chocha, acompañaba su torta de ricota con esta confitura. Al día de hoy sigue encargando su torta de ricota sin tapa.

El evento preferido
Creo que los cumpleaños son los eventos que más me gustan. Sólo el hecho de que alguien me elija para encargarme la torta, festeje o no, es algo inspirador. Que me escuchen o que soliciten mi asesoramiento es muy lindo. Hay clientes que cuando les entrego el pedido me dicen “estaba esperando este día para encargarte algo”. Esos gestos de confianza absoluta no tienen precio.

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A seguir proyectando
El crecimiento de Despacho de Tortas en el último año fue tremendo. Ha demostrado tener la actitud y la altura para afrontar todos los desafíos que se plantearon hasta ahora. Me gustaría que siga por ese camino y lo que proyecto es que se expanda, que llegue a más gente y que todas esas personas que ven una foto de una torta mía y saben que es de Despacho de Tortas puedan ir a comprarla a un local a la calle.

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Rogelitos

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Lemon Pie

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Conitos

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Brownies

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