Sabemos que la adolescencia es una etapa de transición y de crisis y es inevitable que como padres, nos sintamos confundidos y no sepamos cómo manejarnos con nuestros hijos en algunas ocasiones. Pasamos del amor infinito al enojo amoroso en milésimas de segundos, de querer compartir con ellos todo el tiempo a pelearnos ante la primera cara de fastidio o de mal humor en un intento de conversación; y así, se podría enumerar una serie de momentos que hacen a la vida cotidiana.
Nuestros amados adolescentes transitan el camino hacia la vida adulta buscando su propia identidad. La resistencia a abandonar ese lugar de confort, en donde el compromiso y la responsabilidad parecieran no tener cabida, es un común denominador en la mayoría de las familias con adolescentes. Este transitar conlleva emociones y sentimientos encontrados. Las incertidumbres, los miedos y el temor al futuro, van ocupando un espacio preponderante, y cruzar esa línea imaginaria hacia la adultez, los colma de ansiedades y tensiones al mismo tiempo que, los vínculos y todo aquello que acontece a su alrededor, se potencia desmesuradamente.
En esta etapa de alto grado de vulnerabilidad, es cuando ellos se enfrentan a su primer gran desafío y al de tomar una decisión por sí mismos: la elección de una carrera. Algo tan simple como complejo por todo lo que ello implica. Mil y una cuestiones rebotan en sus cabezas sin encontrar el rumbo. Caer en la simpleza de preguntarse cuán redituable es o qué salida laboral tiene una u otra carrera, pareciera ser el único enigma a descubrir, sin importar demasiado si estas inquietudes son, en definitiva, vitales para reflexionar sobre su propia vida.
Es fundamental, en estas instancias, hacerles saber que no están solos y nosotros como padres, sabremos acompañarlos y ofrecerles los medios para que puedan resolver este dilema.
La orientación vocacional es un recurso válido para tener en cuenta. Se trata de un proceso de autoconocimiento que, por medio de la toma de diferentes técnicas, ellos podrán descubrir sus propios intereses y aptitudes.
Hoy en día, hay prestigiosos centros que ofrecen esta propuesta así como también, las universidades suelen contar con este servicio para aquellos postulantes que se acercan sin saber cuál carrera elegir.
Cada centro de orientación vocacional tiene su impronta en cuanto a contenidos y modalidades.
En el caso de la Universidad Austral, Camino Universitario, consiste en un proceso de 4 encuentros consecutivos más una entrevista inicial y otra, al final a cargo de la psicóloga que se ocupará de interpretar los resultados de las técnicas para luego, hacer la devolución correspondiente al interesado. Como valor agregado, la Universidad ofrece talleres dictados por las diferentes unidades académicas, para que el alumno participe a modo de recabar mayor información respecto a las carreras. A su vez, una orientadora familiar, entrevista a los padres de los candidatos para asesorarlos y ayudarlos a dilucidar las dudas e inquietudes que se instalan en la familia durante este lapso.
La orientación vocacional no determina el futuro de un adolescente o joven; pero sí, lo ayuda a bucear en su interior – en lugares desconocidos – y a descubrir sus propias habilidades, gustos e intereses que le permitirán decidir el camino a seguir.
Texto: Susana Stock, docente de la Tecnicatura de Orientación Familiar y de la Escuela para Padres, Coordinadora del Centro de Orientación Familiar EL ROCIO y miembro de CAMINO UNIVERSITARIO de la Universidad Austral
Gracias por la información, tengo un hijo que está en la etapa donde tiene que decidir que carrera elegir, esto me ayudará a tener más claro como proceder con él. Un saludo.
Un placer Goergina, nos alegramos que esta información te sirva
Saludos!
Muy buen artículo. Una etapa confusa que con el tiempo podemos ir descubriendo.