Si pensás en Atenas, seguramente lo primero que te viene a la cabeza son ruinas arqueológicas, museos de historia o la famosa Acrópolis. Pero la realidad es que la capital de Grecia no sólo es una de las ciudades más antiguas del mundo, también es una de las más vibrantes, desde lo artístico hasta lo gastronómico. No es casualidad que muchos viajeros Millennials comiencen a identificar las calles laberínticas de los alrededores del Partenón como “un Brooklyn al costado del mar”: lo tradicional y lo cool se fusionan de una manera perfecta, entre mercados callejeros y locales de diseño, tabernas típicas y rooftops de moda, museos de historia y muestras de arte local, música en vivo en las esquinas y DJ internacionales en los bares tendencia. Hace falta caminar sus rincones y explorar a fondo su mística para descubrir la magia de este clásico que sigue intacta desde su famosa “habitué”, Jackie Kennedy, hasta hoy. Tomá nota de los mejores datos de la city ateniense y prepará los sentidos para vivir un recorrido diferente y súper local.
DIA 1
- Empezá el día con un desayuno al estilo local: pedí un frappé (el famoso café frío; si no te gusta tan fuerte pedilo glikó que quiere decir “dulce”). ¿Dónde? En Yiasemi, uno de los barcitos más lindos de la calle Mnisikleous, en el barrio de Plaka. Date un gusto y probá la Cherry Pie, una tarta casera de cerezas de estación. ¡Vas a necesitar energía para el city tour!
- Recorré las calles de alrededor sin Google Maps; lo más lindo del barrio de Plaka es perderte y descubrir tus propios rincones. Caminá hasta la capilla Saint George of the Rock y seguí por la calle Thrasyllou para explorar la zona de Anafiotika: un refugio de origen cicládico que sus primeros habitantes construyeron a imagen y semejanza de la isla de Anafi.
- Andá al Mercado de Monastiraki; el recorrido comienza en la plaza que lleva el mismo nombre y que es el punto de encuentro de locales y turistas las 24 horas. En el famoso mercado callejero vas a encontrar los mejores souvenirs locales en medio de un ambiente tan milenario como vibrante. Los productos de oliva como los jabones, los aceites y las cremas son un must.
- Hacé un stop para almorzar en Thanasis, en pleno Monastiraki (Mitropoleos 69). ¿Qué pedir? El famoso souvlaki: trozos de carne de cortados al estilo gyro, suaves y tiernos, intercalados con verduras asadas o frescas y salsas, como la típica tzatzikia base de yogur, pepino rallado, limón y ajo (¡sólo apta para paladares valientes!), todo envuelto en un pan de pita recién salido del horno. Vas a terminar con la boca sucia de salsa, pero el sabor lo vale cada bocado. Si preferís algo más liviano, la ensalada Horiatik nunca falla: pepino, queso feta, aceitunas, tomates, aceitunas negras, ají verde y mucho oliva y orégano.
- A la tarde caminá hasta la Plaza de Syntagma y cruzá al Parlamento para sacarte una foto con los típicos soldados de la guardia griega. ¡Vas a sorprenderte con su look!
- Terminá el día con un atardecer panorámico desde la colina más alta de Atenas, el Lecabithos. Podés subir caminando o en cable-car y arriba vas a encontrar un bar para sentarte a disfrutar de la vista o cervezas frías a 1 euro para relajarte en el piso con una vista alucinante.
DIA 2
- ¡A conocer la Acrópolis! Es clave ir bien temprano así evitás las filas y el calor sofocante del mediodía (¡no hay sombra!). Si sos amante del arte y de la historia, sumá al recorrido una visita al Museo Moderno de la Acrópolis que está enfrente a la entrada principal.
- Almorzá en alguna de las tabernas sobre la calle Adrianou, en frente de la antigua vía de tren. Elegí una mesa afuera y, mientras esperás la comida, pedí una Mythos bien fría, la cerveza local.
- Visitá el Estadio Panathinaiko, el primer estadio olímpico del mundo, y seguí el city tour con el Jardín Nacional, un oasis verde en plena ciudad.
- Para terminar el día en la capital griega, nada mejor que una comida y unos cocktails en una terraza secreta con vista a la Acrópolis iluminada. Una de las más trendies es 360 Bar, en el corazón de la plaza de Monastiraki, en donde coinciden locales y viajeros. ¡A celebrar a lo griego!
Texto y fotos: Sofía Stavrou