Producción: @tramahomestyling – Fotos: @rochilanu
Pensada y diseñada por su dueño, esta casa revestida en chapa y madera logra esa combinación interesantísima entre lo que envejece con el tiempo y lo inalterable de lo eterno. Como siempre, contamos la compañía de @tramahomestyling para ayudarnos con la producción de los ambientes.
Hace dos años que Martín Mallaviabarrena y su mujer Josefina, junto con sus dos hijos, se mudaron al barrio San Rafael de Eidico. Diseñador y publicista, Martín, uno de los dueños de Negro y Santo, dos locales de interiorismo enfocados en crear espacios y experiencias, y uno de los dueños, también, del estudio de arquitectura llamado Regio se había propuesto diseñar y ambientar una casa para vender. Pero, a medida que se iba involucrando más en este proyecto cambió de idea, y quiso invertir tiempo y creatividad, esta vez, en algo propio. Así fue que pasó de planear una casa de 200 m², a construir una de 400 m² para instalarse a vivir con su familia.
A cargo de su propio estudio de arquitectura, esta construcción tradicional en este barrio en Villa Nueva, buscó resaltar dos materiales de una durabilidad y una calidad alucinantes: chapa y madera. Y ya, la caja de hormigón fría que veía en los planos iniciales, se transformó con su toque creativo y llegó a esa combinación y contraste perfecto entre lo que envejece y lo que permanece inalterable.
La cocina: versatilidad y comodidad
A este matrimonio que le encanta recibir en su casa, también le gusta que la cocina pueda formar parte de la experiencia de agasajar. Por eso, este ambiente fue pensado como un espacio que se pueda integrar al comedor y al living, o bien que pueda permanecer cerrada y recluida si es necesario. Se utilizó vidrio repartido en hierro y así se consiguió que el diseño acompañe el formato de vida y sea una cocina práctica y usable.
Living y comedor integrados
Con un 90% de los objetos de decoración o muebles diseñados por el mismo dueño de casa, Martín despuntó el vicio con la confección de uno de los sillones del living. Con una profundidad que lo único que busca es comodidad y descanso, el género elegido fue un lino exclusivo y super suave al tacto. Luego, ese modelo se convirtió en uno de los ejemplares del local. En cambio, otros artículos son piezas únicas diseñandas para esta casa.
La madera es la gran protagonista: piso de guayubira, paredes internas revestidas en kiri y externas en petiribí. Los muebles y objetos en color negro ayudan a resaltar este material. También la mesa del comedor de mármol colabora a romper hábilmente esa tendencia. Varios de los cuadros son fotografías de @vero.achaval.
Estos dos ambientes, son coronados por una diagonal negra que los atraviesa: la escalera. Aun teniendo hijos chicos, la baranda o los barrotes nunca fueron opción porque rompía totalmente con la composición y la simetría del diseño. “La escalera nunca se planteó como un problema ni sentimos vértigo; ya desde nuestra antigua casa los chicos están acostumbrados porque la forma de comunicar una habitación con la otra era a través de un puente sin barandas, y el más grande gateaba sin problemas. La escalera tiene que ver con un espacio de transición y de usos y costumbres, lo cual estábamos seguros de que nuestros hijos se adaptarían”, nos cuenta Martín.
Ambientes externos con distintas funciones
En el diseño de esta casa, la utilidad fue la mejor aliada. Al pensar los dos espacios de exterior, se priorizaron las rutinas de la familia. El patio interno, confeccionado especialmente para que quede protegido de los cuatro vientos, es uno de los ambientes más y mejor vividos. La ubicación es perfecta para que en invierno tenga sol toda la tarde, y para que en verano se pueda disfrutar de un desayuno fresco. La mesa que armó @tramahomestyling es bien veraniega, tratando de imitar ese desayuno de vacaciones.
Con un conjunto de plantas autóctonas como cantero central en el medio, la madera del piso, de la mesa y de los sillones invita a relajarse y descansar. La chapa blanca, que se mandó a pintar a horno, le da ese aspecto industrial que se compensa con las guirnaldas de lucecitas.
El otro ambiente es la galería que da a un jardín aterrazado que desemboca en la laguna. El movimiento del agua se debe a la conexión con un afluente del río, lo que además les da la posibilidad de practicar deportes náuticos. La galería tiene un uso constante. La enorme parrilla tiene la particularidad de ser baja en altura para que en invierno se la pueda utilizar como chimenea. También la bacha blanca sobre una mesada negra y con el fondo de la pared en madera le da ese toque personal y distinguido.
Acá, las chicas de @tramahomestyling desplegaron su magia y armaron una mesa siguiendo el estilo de la casa: masculina y en colores neutros. Pensando en un asado de amigos varones, utilizaron platos de madera de María Giménez (@mgplatos), una madera orgánica e irregular como centro de mesa con ramas y el detalle de unos ciervos blancos que aportan luz. Los vasos transparentes, las servilletas de gasa y los cubiertos negros ofrecen elegancia que resalta entre el verde del jardín.
Al espejo de agua del fondo, se suma la pileta a un costado que contribuye con un nuevo nivel visual. El baño, pensado para que los chicos lo utilicen cuando están afuera, es una obra de arte.
Arriba, intimidad con despliegue
El corazón de este segundo nivel es un gran playroom que conecta el ala padres con el ala hijos. Siendo un espacio de despojo total, los chicos son libres de hacer lo que quieran, desde mirar una película, armar un rompecabezas o jugar al fútbol, el espacio está pensado para cumplir muchas funciones.
Con vista a la laguna, la mastersuite con vestidor, oficina y baño, se convierte en un universo propio. El escritorio sigue con la tendencia en negro y blanco y lleva ese contraste al extremo.
Una casa pensada en todos sus detalles para que cada ambiente se pueda vivir a pleno.