Las propuestas y respuestas de los espectáculos en vivo a las restricciones de la cuarentena. Las iniciativas para adaptarse a los formatos virtuales y las limitaciones con las que se encuentran. Reflexiones sobre la situación actual y a futuro sobre uno de los sectores más afectados. Una alternativa original que invita a la vuelta de un clásico.
Por Gonzalo Lanusse – @arengappt – Club Artístico y Social Arenga
“Una nueva definición de teatro podría ser: representación escénica dónde público y espectadores respiran el mismo aire”. La frase surgió de una charla entre el autor y director de teatro Gonzalo Demaría y su colega Ciro Zorzoli. Fue por teléfono, obviamente, y cada uno desde su casa. Entre otras cosas, estaban comentando la cantidad de gente (más de 70.000 personas) que vio de forma online “Tarascones”, la obra escrita por Demaría y dirigida por Zorzoli, uno de los mayores éxitos de los últimos años y que el Teatro Cervantes puso a disposición del público, en formato streaming, durante 72 horas. “Me dio mucha alegría que tanta gente se haya conectado, pero lo que vieron no es teatro y la filmación ni siquiera fue pensada para mostrarse de esa manera, sino que se hizo, en su momento, para tener un registro de la obra”, declara el autor.
La iniciativa del Cervantes fue una de las tantas respuestas y propuestas que surgieron durante esta cuarentena. El foco estaba en contrarrestar la imposibilidad de realizar espectáculos en vivo. La Plaza Online es otra de ellas y consiste en que cada sábado se “presentan” distintas obras que fueron parte de la programación de las salas del Paseo la Plaza y el teatro Metropolitan. La opción para verlas es gratuita, pero se puede colaborar a voluntad y lo recaudado se dona a la Cruz Roja Argentina. Hasta el primer fin de semana de mayo, se habían conectado más de 1.600.000 personas.
Damián Zaga, productor ejecutivo del Grupo La Plaza cuenta: “Fue un gran acierto, una forma de volver a conectarnos con la gente y de dar un servicio de entretenimiento en la medida de lo posible. Fue una gran oportunidad de brindar espectáculos de alta calidad de manera gratuita y con un trasfondo solidario”. Aunque luego agrega, también en línea con lo que decía Demaría: “Este formato de teatro digital es un “mientras tanto”, que podría continuar en el tiempo pero, sin duda, el teatro tiene que volver a ser presencial, para que pueda darse el encuentro entre el espacio, los artistas y su público, y que el triángulo se una y vuelva a tener sentido”.
Adaptándose
“Tarascones” es, quizás, la propuesta virtual más exitosa que se hizo desde el teatro oficial y las obras de La Plaza Online. Pero también en el circuito independiente surgieron iniciativas del estilo que vale la pena mencionar. Por ejemplo, Timbre 4 ofrece distintas obras con un formato de gorra online, también a voluntad del espectador. La mitad de lo recaudado es para la sala y la otra mitad para la compañía de artistas del espectáculo en cuestión. “Cualquier colaboración es vital para sostener nuestro trabajo. ¡Trabajo que seguiremos haciendo como sea!”, se lee en la web de la sala. La frase sintetiza la situación de la enorme cantidad de espacios y artistas que componen el circuito teatral de Buenos Aires y del país. Teatros que dependen del estado, como el Cervantes o que conforman un gran sistema comercial, como el Grupo La Plaza, pueden permitirse ofrecer alternativas gratuitas o solidarias. Para las salas pequeñas, o no tanto, pero sin una gran estructura detrás, sostenerse en esta situación se convirtió en una pesadilla.
Según un censo de APDEA, la Asociación de Profesionales de Dirección Escénica de la Argentina, durante la cuarentena se cancelaron, en todo el país, 239 obras que estaban en cartel y se dejaron de estrenar otras 285. Esta parálisis involucró a un total de 1914 artistas. A ellos habría que sumarle técnicos, boleteros, vestuaristas, escenógrafos, agentes de prensa y demás rubros vinculados al teatro. En la mayoría de los casos, tanto para los espacios físicos como para las personas, los ingresos se redujeron a cero.
“Esta realidad, que golpea tan fuerte a nuestro sector, deja en evidencia la precarización preexistente de nuestro trabajo, nos hace ver con total claridad y nitidez que estamos en una situación tremendamente frágil, porque una cosa es ser independiente y otra es estar totalmente desprotegido”, afirma Javier Daulte, figura relevante y multifacética de las últimas décadas. Es autor de éxitos de teatro y televisión, director de las obras más taquilleras, dueño de la sala independiente Espacio Callejón y maestro de unas cuantas camadas de actores y dramaturgos en Argentina y en España.
La situación es difícil. Además de la opción de la gorra online, se ofrece venta futura de entradas y de abonos para cuando se reinicien las funciones. La pregunta es ¿cuándo y cómo podrá suceder? “El alternativo, en ese sentido, tiene más posibilidades de arrancar antes que los teatros más grandes, por una cuestión de cantidad de gente. Nosotros haremos funciones con veinte personas si es necesario”, afirma Daulte. Y también reflexiona sobre cómo será la asistencia del público cuando sea posible hacerlo: “Creo que habrá gente que va a querer volver y que, con cuidados, lo va a hacer. Otros que no y contamos con esa resistencia, con ese miedo. Pasó con el post gripe A. Después está el tema del factor económico, ¿quien va a poder pagar una entrada?”. De todas maneras, cuenta que en el año 2002 estaban haciendo una obra suya, “Bésame mucho”, y creían que tendrían muy pocos espectadores, “pero ese verano fue una temporada que explotó: estas cuestiones son de ciencias sociales, no exactas, y nunca se sabrá cómo reacciona una sociedad frente a determinados fenómenos”.
Reinventando maneras
El teatro no fue el único perjudicado en esta coyuntura. La música en vivo también, y Matías Loizaga, director de Pop Art, una de las productoras más importantes de nuestro país cuenta que, dentro de todos los espectáculos que tuvieron que suspender o postergar, probablemente el más representativo sea el show Gracias Totales de Soda Stereo. Las funciones, suspendidas, iban a realizarse el primer fin de semana de cuarentena, y se reprogramó lo que restaba de la gira para el 2021. “La decisión fue postergarlo para el primer semestre del año que viene, más que nada porque la gira se tiene que hacer de corrido, ya que cuenta con muchos integrantes y cantantes invitados de distintos países que hay que coordinar. Teníamos tres fechas en Estados Unidos, nos quedaban fechas en México y las de Argentina”, explica.
El otro gran proyecto de la productora para este año era el show de Messi10 de Cirque du Soleil y aunque aún las funciones durante junio y julio en Costanera Sur no están oficialmente suspendidas, parecería difícil que puedan realizarse.
De cualquier modo, las circunstancias también los obligaron a repensar la actividad. “Tuvimos que volver a reinventar un poco la manera en que se relaciona el artista, el público y las marcas. Es un año muy complejo si dependés solamente de espectáculos en vivo y hay que tratar de ser creativos e identificar nuevos hábitos de consumo, porque la gente está consumiendo más que nunca música, películas y series” declara Loizaga.
Entre otras cosas, se encuentran trabajando con registros audiovisuales de algunos shows emblemáticos, y produciendo otras propuestas innovadoras online como encuentros entre músicos y sommeliers. Pero lo más destacado fue el regreso del Quilmes Rock, esta vez totalmente virtual. El fin de semana del 9 y 10 de mayo se presentaron más de 60 artistas vía streaming y también con fines solidarios. Como en las ediciones anteriores del festival auspiciado por la marca de cerveza, Por Art fue la encargada de la producción.
La vuelta de un clásico
Dentro de las propuestas que la cuarentena impuso, quizás la más llamativa sea la vuelta del autocine. La productora Cinergia Agency ya tiene listo el engranaje para montar pantallas inflables que permitirán ver 350 obras con un sistema que emite el audio de la película por una frecuencia de FM. “Estamos realizando gestiones con diferentes localidades de Buenos Aires y de Córdoba para armar los autocines cuando la cuarentena lo permita”, cuenta Gastón Sztutwojner creador de Cinergia. Aunque antigua, la modalidad parece la alternativa más novedosa y orgánica en estos tiempos tan particulares, en los que compartir un espectáculo artístico parecería algo de otro planeta.
Las fotos para ilustrar esta nota fueron sacadas de Google.