“Le damos nueva vida a las cosas”, así sintetiza Clara lo que hacen en Casa Garish, una marca de decoración y restauración de muebles donde los verbos más usados son: renovar, reciclar y reparar. Un mundo lleno de segundas oportunidades. 

Después de vivir un tiempo en Londres, Clara Luelmo creó Casa Garish (@casagarish) como respuesta a tantos cursos que fue haciendo sobre decoración y recuperación de espacios y muebles. Hace un poco más de dos años, se embarcó en este proyecto con la idea de contagiar esa experiencia creativa que busca la particularidad y el estilo único de cada experiencia. El camino la fue llevando a formar una comunidad de talleres y asesoramiento personal en la decoración y restauración de muebles. 

“Colorido, psicodélico y un poquito kitsch”, eso es lo que significa el nombre de este emprendimiento y que también hace honor a un amigo galés de la dueña. 

Muebles con nueva vida

Recuperar el alma de un objeto, de eso se trata la restauración. Y acá es imprescindible la comunicación continua con el cliente. Ya sea una reparación, una restauración a su estado original o una renovación total del estilo del mueble, el diálogo fluido es la clave del resultado final. 

El objetivo es entregar la pieza lista en el plazo de un mes, y como cada obra es única, se vuelve un trabajo dinámico, original y de constantes desafíos. El multitasking es el modus operandi de este proyecto: jornadas enteras de trabajo en obra, horas y horas de rasquetear una madera o días frente a la computadora preparando propuestas. Todo confluye para que nunca se pierda la magia.

Antes de la cuarentena ofrecían dos talleres: uno netamente sobre restauración, y el otro más abierto en el que los alumnos podían llevar distintos proyectos para aplicar diferentes técnicas. Si bien procuraron acompañar y contestar virtualmente todas las dudas que fueron surgiendo en este tiempo, la realidad es que en el distanciamiento se pierde la sinergia que tiene el taller presencial. 

Conquistando “garishers”

En los talleres y workshops la relación con los clientes se afianza. Allí cada uno da vida a su propio proyecto, pero también está en continua convivencia con otros artistas y entonces la comunidad crece. A la vez, el feedback se genera en el mismo proceso de la restauración, donde el camino se va haciendo en conjunto. 

Las redes sociales, y más en tiempos de cuarentena, se convirtieron en el canal por excelencia con los seguidores. “Hoy nos enfocamos en afianzar el vínculo dando tips, resolviendo dudas, e intentando crear un ida y vuelta que logre trascender el aislamiento”, cuenta Clari. 

Un oficio que se hace en equipo

Casa Garish rueda gracias a un gran equipo en el que cada uno de los profesionales que forman parte contagian amor por el oficio y el trabajo con las manos ¡y eso se nota! Las marcas que acompañan y que ayudan a hacer crecer esta comunidad inquieta son a quienes Clari quiere agradecerles especialmente: Acrilex, Casablanca, El Galgo, Pintalatte, Apron y muchas más. La colaboración entre emprendimientos y marcas es clave, y por supuesto la audiencia pasa a ser la pieza clave para que todo el engranaje funcione.

La cuarentena fue un desafío interesante para Casa Garish. La adversidad y la incertidumbre hicieron posible volver a pensar su comunicación y ampliar los canales con su comunidad. Al ser un proyecto moldeable, diverso y motivador, abrió muchas puertas para generar un círculo de cooperación y colaboración con diversas marcas y emprendimientos. Dicen que todo ocurre por algo, y sin duda este proyecto supo reinventarse y sacar brillo aún en las circunstancias más difíciles.

Contacto

www.casagarish.com.ar