El jardín es el lugar donde pasamos muchas horas, solos, en grupo o en familia. En este año tan particular, supimos sacarle el jugo, pero también descubrimos que hay mucho por hacer. Estos meses de calor nos pueden servir para ir pensando los cambios que realizaremos en el otoño. Algunos tips y secretos para tener en cuenta.
- Armar una agenda con las diferentes tareas a realizar, divididas por prioridad y por época estacional.
- Estudiar las horas de sol con las que contamos en las zonas más concurridas. Si nos falta sombra, podemos colocar un árbol pequeño como la lagerstroemia, la acacia frisia, el espinillo, carnaval o prunus, que nos proyectan sombra luego del mediodía, y a la vez nos permiten sumar mobiliario debajo. Siempre conviene que el árbol sea caduco, para aprovechar el sol en invierno en esa zona tan vivida.
- Mover y dividir las matas de las herbáceas (salvias, gauras, gramíneas, achilleas, asters, agapanthus, iris) a partir de finales de marzo/abril y mayo.
- Identificar con pintura los diferentes colores en las floraciones de arbustos, bulbosas y herbáceas como la rosa China, laurel, heliconias, rosales, hemerocallis, watsonias, anémonas, en el caso de que se hayan mezclado por error o hibridado los tonos de sus flores.
- Chequear las especies que están funcionando bien, sin problema, para repetirlas donde tengamos necesidad de reponer.
- Observar aquella vista que no me agrada de mi jardín para estudiar cuánto espacio real dispongo y así saber con qué tapar. De acuerdo a los metros disponibles, será con verde o con construcción.
- El uso de perfume no es menor. Vestir un jardín con aromas ya sabemos que mueve emociones, sentimientos y recuerdos, por eso agregaremos aquellas plantas perfumadas que nos gustan. Trabajaremos en la construcción de sus soportes: reja, pérgola y empalizada.
- Si tenemos huerta, corregir su diseño y aprovechar para ampliarlo. Agregar más cajones o macetas. Tener en cuenta qué fue lo más consumido durante el 2020 para volver a sembrar.
- Plantas florales de estación, son muy importantes ya que atraen polinizadores, pájaros e insectos.
- Los frutales y cítricos aportan color, combinación de follajes, frutos y floraciones muy interesantes durante los 365 días del año.
- Generar senderos, aunque sean angostos y cortos, nos infunde misterio al recorrerlo. De madera, laja o ladrillo podemos trabajarlos de forma sencilla.
- El césped, ¡qué tema tan importante! Para tener una carpeta verde hay que estudiar cuál variedad se ha desarrollado mejor en cada sectorización del jardín por las horas de sol y de sombra. Armar un calendario de fertilización.
- El compost está ubicado en un lugar de fácil acceso ¿tiene el tamaño necesario según los integrantes de la familia?
- Chequear bien los drenajes y pendientes del terreno para poder realizar una micro nivelación en abril junto con la resiembra otoñal.
- Tengo agua en el jardín? Si me gustaría tener un estanque o espejo de agua hay que buscar la zona con más horas de sol y dibujar, con una manguera, la forma y el tamaño imaginado.
- Por último, ¿qué elementos estructurales sostiene mi jardín? Ya sea utilizando arbustos persistentes o árboles en grupo y repetición, saber que mi jardín siempre estará sostenido con un verde de base, más allá de mis flores y frutos puntuales. Puedo agregar esculturas, bancos, iluminación o pérgolas para generar un mayor interés visual y sensitivo.
Vivamos este verano disfrutando y observando la naturaleza y sus mensajes diarios por medio de las flores, follajes, frutos y formas en las plantas.
Texto: María Laura Vidal Bazterrica – @itasflowers
Fotos: Maggie Lennon – @magglennon