En agosto los días comienzan a ser más largos, y la primavera se asoma con las primeras floraciones de los Prunus. Otros árboles, arbustos y las herbáceas que están en los canteros ya tienen cargadas sus yemas. Para que nuestra primavera sea exitosa es muy importante trabajar el suelo desde esta época. Debemos fertilizar y agregar “alimento” en esas zonas donde todo sucede. ¡Hablemos de la materia orgánica!
En la jardinería se trabaja cada día con más conciencia para cuidar el medio ambiente. Una manera de hacerlo, es agregar a nuestro suelo lo que llamamos comúnmente sustrato; una enmienda con alta concentración de materia orgánica: compost, pinocha, resaca, turba, perlita, vermiculita, humus de lombriz, chips de corteza, entre otros elementos, que serán utilizados según las necesidades de cada suelo y especie vegetal.
¿Por dónde empezar?
Luego de las heladas y el frío al que se expusieron nuestros suelos durante el invierno, será necesario incorporar en ellos un sustrato poroso que no puede faltar en la base del suelo: el compost. Este logra retener el agua y el oxígeno en la planta, y es fundamental para su desarrollo.
Si armamos un nuevo cantero, o trabajamos sobre uno existente, agosto es el mes ideal para agregar el compost. Este mejorará la estructura del suelo y colaborará en la asimilación y absorción de fertilizantes químicos como el nitrógeno, potasio y fósforo y los micronutrientes. Estos fertilizantes nos ayudarán a lograr raíces fuertes y potentes y amplias flores, además de frutos sanos en el caso de los frutales, a los que se recomienda fertilizar cada cuatro meses.
Una aclaración necesaria
No se trata de elegir entre compost o fertilizantes químicos, sino que ambos son fundamentales. Si no cuento con las condiciones necesarias en la estructura del suelo, la planta no podrá tomar los aportes de químicos que mostrarán resultados positivos llegada la primavera.
¿Cuándo utilizar los demás componentes?
Turba y pinocha: Los agregamos junto con el compost en caso de tener plantas con demandas de ph ácido, como ocurre con las Hortensias, Azaleas, Aquilegias.
Humus de lombriz: Ideal para cuando necesitamos retener el agua en el suelo. Este aporta buena porosidad y proporción justa de nitrógeno.
Perlita: En el caso de tener mal drenaje, la perlita ayuda a mejorarlo y evita que las raíces sufran putrefacción.
Vermiculita: Es aplicable en suelos arenosos, ya que mejora notablemente la estructura del suelo.
Chips / corteza de pino: Estos elementos permiten que el agua se filtre rápidamente y que no quede retenida o encharcada cuando regamos.
Tanto el humus de lombriz como la perlita, son ideales para suelos arcillosos, ya que fertilizan e incrementan la inmunidad de las plantas en esas condiciones. Si es un suelo con sal, incorporamos con el riego yeso agrícola.
Al momento del armado de macetas, el compost reemplaza la tierra, y el humus de lombriz junto con la perlita evitan que esta se compacte.
Trabajemos para alcanzar suelos cada vez más ricos, plantas más sanas, libres de plagas y enfermedades.
María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers
Contacto: 15-4991-6073 – marialauravidal@hotmail.com
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