Eidico Casas festeja un año desde las primeras adjudicaciones y nuestro Gerente General nos brinda una reflexión acerca de lo que esta unidad de negocios representa para Eidico.
Texto: Mateo Salinas, Gerente General de Eidico
Para imaginar lo que significa este producto para nosotros, deberían participar de un evento de adjudicación de Casas. No hay un momento de nuestra vida empresaria más impactante que ese instante. Antes eran los lanzamientos de los grandes proyectos, como Santa Bárbara, y las colas para reservar lugar; ahora son estas adjudicaciones las que se llevan todo el centro de emoción. Las horas de trabajo y planificación, las planillas de costos, los interminables seguimientos para que la logística funcione, todo el esfuerzo volcado durante el año, tienen su recompensa en el momento en que una familia se abraza y sonríe porque va a ser adjudicataria de SU casa. Porque para ellos, el esfuerzo de todos los meses y la locura de confiar en nosotros desde la nada culmina y se hace realidad cuando se llega a ese momento.
Cuando se nos ocurrió la idea, allá por 2009, no fuimos tan conscientes de lo que implicaría a nivel emocional para Eidico. A nuestra idea original con la cual nacimos como empresa, aquella que buscaba la misma solución en un paso previo, el lote, le faltaba el logro de la casa. Con Eidico Casas relegamos tamaño (no calidad) e hicimos accesible el lugar para muchas familias. Eidico Casas no es ni más ni menos que eso: la sencillez y el valor de emprender algo nuevo que pueda dar solución a algo básico y necesario como el hogar familiar.
Cada entrega es un examen para nosotros. Cada familia vuelca sus ilusiones y expectativas en este hito tan importante. Nosotros debemos estar a la altura de esta realidad y no es fácil la intersección de estos caminos. Ojalá que con el tiempo la gente convalide nuestro accionar, como lo hizo con los lotes. Que podamos demostrar que ese combo imbatible fue real. Que logremos mejorar y darles un servicio también único, como solucionadores de sus problemas y miedos.
Para Eidico, Casas fue un producto que volvió a tocar nuestra sensibilidad. Claramente somos una empresa, que como tal busca un fin de lucro, pero para nosotros es igual de importante ver a los jóvenes padres cumplir una parte de su rol principal. Todo aquel al que le tocó ser padre entiende que hasta que uno no le asegura el techo a su familia, está incompleto. Los primeros años de casados sólo pensamos en una cosa y es en cómo hacer para llegar a la casa, ya que como responsables de familia entendemos que esas paredes son una base clave para formar el Hogar. Un concepto mucho más grande y difícil que lo material.
Pensar que Eidico es parte de esto nos llena de orgullo. Pensar que gracias a nuestra idea hay padres que logran cumplir una parte indispensable de su rol es reconfortante. Pensar que el esfuerzo de cada día para llegar a cumplir con el producto es palpable en esa sonrisa o ese abrazo familiar del día de adjudicación, es algo que agradezco todos los días. No sé cuantos pueden tener este privilegio de ver tan claro el resultado de su esfuerzo.
Casas renovó nuestro espíritu, renovó nuestra energía para buscar siempre ser un lugar de esperanza y solución para los más jóvenes. La casa no debería faltarle a ninguna familia en este país, porque es la base para poder aspirar a hogares sanos y es así el paso indispensable para mejorar la sociedad. En Eidico estamos felices por aportar algo nuestro para solucionar esta realidad; lejos estamos de estar conformes, porque todavía hay millones de personas sin un techo propio. Ojalá logremos encontrar la vuelta para poder acercar esta solución a más personas.