El mundo ya se dio cuenta que está enfermo y además sabe que si no se revierten ciertos comportamientos, las consecuencias serán muy graves. Sólo los desechos plásticos superan las ocho millones de toneladas.
Texto: María Ducós
“El que quiera resultados distintos, que no haga siempre lo mismo” decía el físico alemán Albert Einstein.Así deberíamos actuar los hombres si queremos conservar el medio ambiente y, sobretodo, no causar más deterioro del que ya somos conscientes. El planeta que habitamos está sufriendo seriamente los daños de tanta contaminación y somos testigos de los fenómenos extremos que azotan a diversas áreas con olas de intenso calor, lluvias prolongadas y episodios de frío polar en latitudes medias.
Pero el respeto por la salud de nuestro hogar ya no está en discusión. “No hay plan B porque no existe un planeta B” decía Ban Ki Moon en Naciones Unidas. Muchos países, gobiernos, empresas y ONG empiezan a tomar medidas que incentiven la protección y el cuidado de los recursos. California, por ejemplo, se convirtió en el primer estado en prohibir con una ley las bolsas de plástico que contaminan playas, parques e incluso el océano. Las autoridades manifestaron que no era sostenible en el tiempo una sociedad donde se usa y se tira.
En África el enemigo también es el plástico porque además de dañar el suelo, el aire y el agua, mata al ganado. Un estudio realizado en Mauritania descubrió restos de bolsas en el 80% de los estómagos de las vacas, de las cuales muchas acaban muriendo porque el polietileno, del que está hecho este producto, crea una capa que impide al animal absorber los alimentos que ingiere. Además, las inundaciones causadas por obstruir los canales de desagüe contribuyen a la presencia de enfermedades mortales como la malaria.
Por eso en Ruanda, desde 2007 que están prohibidas. Un cuerpo especial del Ministerio de Medio Ambiente, en coordinación con la policía, realiza controles periódicos en los establecimientos comerciales y persigue sin tregua a los traficantes que han creado un floreciente mercado negro. En las fronteras terrestres, los autos y caminos se revisan con minuciosidad para impedir la entrada del producto prohibido.
El viejo continente sí recicla
Europa está más aventajada en las movidas de reciclado y sus prácticas han pasado a ser una costumbre mecánica que se realiza a diario. Con cubos contenedores de diferentes colores para el vidrio, papel o plástico, este hábito que empezó en la calle se trasladó a los hogares y, gracias a esto, España logró reciclar durante 2014 setecientas mil toneladas de vidrio, ubicando al país por encima de los diez puntos que exigía la Unión Europea.
El plástico reciclado tiene la misma vida útil que el plástico virgen, por eso es la gran esperanza del reciclaje. Lo primero que hay que entender es que nuestros residuos son valiosos y que, al reciclarlos, además de hacerle un favor a nuestro planeta, les daremos una segunda vida para el futuro y así ahorraremos recursos, tiempo y dinero en volver a generarlos desde un principio.
Ética que viste a la estética
La moda también tiene su porcentaje de culpa en este derroche. Desde la publicidad nos han querido vender que ésta es desechable y efímera.Nos han lavado el cerebro para que nuestra ropa no dure más que una temporada y que nuestra prioridad al cobrar el sueldo sea renovar nuestros placares. Además esta cultura de lo fugaz se lleva por delante la calidad de vida de miles de almas trabajadoras a las que no se les respetan sus derechos.
El nuevo concepto de economía circular viene a reemplazar la economía lineal y tirar por la borda el supuesto de que los recursos son abundantes y disponibles, fáciles de obtener y baratos de desechar. Por eso, en el nuevo modelo se impone la noción de que es mejor comprar menos, elegir mejor y hacer que la ropa dure.
CleanClothesCompany es una organización que reúne a otras ONG de dieciséis países de Europa y trabaja en todo el mundo para que los derechos de los trabajadores de la industria textil sean respetados. Su misión es concientizar y movilizar consumidores, empresas y gobiernos para ofrecer solidaridad y soporte en la lucha por sus derechos y condiciones laborales.
También SlowFashionNextes una plataforma que propone un nuevo armario lleno de prendas no perecederas. Con diversos cursos online fomentan la conservación de los recursos y el bajo impacto de los materiales como también el respeto por los derechos humanos y laborales, y por la salud de las personas que conforman todo el proceso de producción textil.
Reutilizar en tiempos de crisis
Además de querer ser custodios de la naturaleza, la recesión económica también invita a darle una vuelta de tuerca a nuestros objetos para que tengan una segunda vida. Esta reivindicación busca revalorizar lo antiguo o pasado de moda para dotarlo de personalidad. Acá se inscribe la moda de la bioconstrucción también que aporta salud, respetos hacia el medio ambiente y ahorro.
Durante 2014, en San Luis se inició la construcción de treinta y tres viviendas bioclimáticas en un predio recuperado por la provincia. Es el primer barrio bioclimático del país con casas tecnológicas que permiten el ahorro de recursos y es amigable con el medio ambiente.