Maria Eugenia Di Tullio nos cuenta como en pleno auge de la pandemia, nació una idea que hoy ya es proyecto: OnWorld, un entorno educativo digital pensado para poner al alumno en el centro de su aprendizaje.

«Me llamaba Montserrat del Pozo y me dijo: tenemos que crear un colegio digital», recuerda Maria Eugenia Di Tullio. Ese llamado fue el punto de partida: las escuelas estaban físicamente cerradas, pero también había un confinamiento invisible —el de las pasiones, los intereses y el bienestar emocional de los chicos— que había que atender.

La propuesta surgió junto a Nazareth Global Education, y de esa alianza nació OnWorld, un sistema educativo digital pensado para ofrecer múltiples oportunidades de aprendizaje a estudiantes en los cuatro puntos cardinales. «Queríamos una escuela que representara la pasión y la inclusión», explica Di Tullio. Esa ambición se traduce hoy en una oferta concreta para Argentina y Sudamérica: OnWorld es una de las grandes organizaciones autorizadas para impartir el Bachillerato Internacional, y además cuenta con una particularidad distintiva en la región: somos los únicos que tenemos los dos edificios, lo que nos permite combinar robustez institucional con flexibilidad digital.

Un modelo 100% digital con sello humano

OnWorld no busca reemplazar al docente, sino potenciarlo. «El equipo dice: 100% digital, 100% OnWorld. Lo que hicimos fue trasladar el lenguaje digital y sumarle la parte humana», describe Di Tullio. En OnWorld los profesores actúan como facilitadores y guías: acompañan, desafían y confían en el estudiante para que aprenda a aprender. Ese cambio de rol es clave: la meta no es llenar una «caja vacía» con información, sino desarrollar habilidades cognitivas, emocionales y de investigación que permitan al alumno enfrentar cualquier reto.

Personalización y autonomía: el uno a uno que hace la diferencia

En el centro del proyecto está la personalización del aprendizaje. OnWorld trabaja sobre el uno a uno: cada estudiante es observado en cómo procesa la información y se le propone un recorrido autónomo, autodirigido, que respeta sus tiempos y sus intereses. «La tecnología no es lo que les hace mal —aclara Di Tullio—; lo que les hace mal es una recepción donde ellos no son protagonistas. Cuando la tecnología es tu asistente, tu aprendizaje mejora.»

Este enfoque permite que los estudiantes identifiquen su propia «ruta de aprendizaje», reciban nuevos retos y se sientan capaces de dominar tanto contenidos como habilidades: investigar, pensar críticamente, debatir y colaborar en entornos digitales.

Mirada a futuro

OnWorld propone una visión optimista y práctica sobre la integración de la tecnología en la educación: no se trata de condenarla ni de idolatrarla, sino de usarla como herramienta que amplía posibilidades cuando coloca al estudiante como protagonista. «Buscamos que investigue, que piense, que se desafíe a sí mismo y que debata en OnWorld sobre ese conocimiento», concluye Di Tullio. Esa capacidad de aprender a aprender —más que un contenido— es, según ella, la habilidad que definirá a las próximas generaciones.

Muchas gracias Maria Eugenia Di Tullio por compartir tu visión y por abrir esta conversación tan necesaria sobre el futuro de la educación.

Maria Eugenia Di Tullio, @onworldeducation

FacebookTwitterEmailShare