Ya son más de cuarenta y cinco Empresas B en la Argentina y Salommon no pasa desapercibida. Es la primera agencia de publicidad en el país en aplicar como Empresa B y día a día redobla su apuesta para cumplir con su misión: ser de las mejores empresas para el mundo.
Texto: Catalina Rothberg
Se precisaron años y años en la vida de Mariano Leguizamón para lograr estar parado exactamente donde quería, haciendo lo que quería y con quienes quería. Muchos fueron los años, pero fue uno solo el clic que necesitó para entender que quería dejar una huella en el mundo social. Un creativo publicitario de cuarenta y cinco años que decidió lanzar su propia agencia de publicidad y darle su toque personal.
Ya a los veinticinco años manejaba campañas publicitarias importantes y las luces de colores -como se refiere él a los años en que consiguió los logros que parecieran socialmente importantes- empezaban a aparecer con premios como el Clio Awards (uno de los más famosos premios a la publicidad internacional). Pero no fue sino hasta los veintinueve que hizo el clic y corrió la mirada para fijarla en el ámbito social. Un 2001 de crisis mundial lo llevó a darse cuenta de que la necesidad estaba en tomar el don que uno tiene -en su caso la publicidad- y llevarlo al mundo de manera tal que éste genere un cambio.
Muchas personas a su alrededor habían comenzado ya a despegar con diferentes ideas para ayudar desde el asistencialismo y decidió sumarse. Arrancó ayudando a unos amigos con el logo de Rugby Solidario, fundación que promueve el desarrollo de comunidades rurales de muy bajos recursos a través de la continuidad educativa de los jóvenes. A partir de ahí empezó a formar parte en los inicios de varias causas solidarias como USINA, una fundación que busca generar trabajo para personas con discapacidad ofreciendo productos y servicios desarrollados por ellos mismos a gran escala. Ésta es hoy una de sus grandes aliadas.
Todo se fue desencadenando hasta llegar a 2008, año en que decidió vender su parte de Oyster y aventurarse a abrir otra agencia de publicidad. «Mi idea era abrir una agencia con el eje que quería. Fue toda una jugada. Me arriesgué y volví a empezar», comenta Mariano. Inspirado en su entrenador de rugby que lo apodaba «Salomon», decidió nombrar la empresa como el rey Salomón y buscar una innovación social trabajando con marcas con una estructura, sin perder sus rasgos esenciales: el personal reducido y el trabajo en equipo, contratando talentos externos y específicos para cada caso. «Trabajamos en equipo. Vamos armándolos dependiendo el trabajo. Hay veces que uno tiene que tomar el papel de líder y otras, el de jugador, depende el caso».
Salommon está planteada de manera diferente. Lo fundamental es poder jugar en equipo en el rol que sea necesario en cada campaña. «Hay que saber jugar en diferentes puestos, tanto en el trabajo como en la vida misma. Hay que acostumbrarse a jugar en equipo. El líder no tiene que aplastar, sino acomodarse a los roles.
Gracias a diferentes profesionales tales como Nicolás Pimentel, Salommon logró realizar trabajos en lugares como Villa La Cava y sumar clientes que buscaban dar un mensaje socialmente trascendente. Se realizaron trabajos con empresas como Grupo Falabella, Direct TV, Renault, Pepsico, Toribio Achával y Radio Noticias Positivas, entre otras.
No fue un camino sin tropezones. Al poner como prioridad lo social, los primeros años se descuidó lo comercial y el nivel de ingreso inevitablemente bajó. Había que conseguir un equilibrio para que la empresa cumpliera con todos sus fines, tanto sociales como económicos. Mariano llegó a conocer Sistema B y encontró la conexión con Salommon. Era exactamente lo que ellos hacían: ser una empresa comercial que busca el triple impacto. Luego de realizar la evaluación, lograron ser la primera agencia de publicidad en aplicar este sistema en la Argentina.
Hacer publicidad de manera diferente es algo que toda agencia quiere. Salommon intenta mostrar siempre, de alguna forma, lo social en su comunicación. A los equipos de creativos se suman personas con discapacidad intelectual, y a partir de un concepto, se buscan ideas creativas y nuevas para comunicar una idea. Trabajar con la USINA fue un paso importante, ya que significó la posibilidad de mostrar la capacidad e inteligencia de las personas con discapacidad. Posibilidad que el mercado de hoy no facilita tan a menudo.
Salommon va por distintos canales, trabajando con empresas como Clean Energy y la energía renovable, y CONIN, buscando así, seguir creciendo a nivel de empresa y de sociedad.
El concepto de empresa está evolucionando. El estilo del empresario está cambiando y las Empresas B tienen el poder para modificar la realidad. La sensación de ir contracorriente puede surgir, pero el sueño está en lograr un equilibrio y poder vivir y trabajar bien, apostar a más y seguir empujando para lograr que más causas sociales se lleven a cabo.
_
Más información:
www.salommon.com.ar