No es un pasatiempo económico, pero cada vez tiene más adeptos. Impuestos y costos asociados a la tenencia de una embarcación pequeña arrancan entre los $3000 y $4000 mensuales, y escalan de acuerdo al valor de la lancha, velero o barco.

Texto: Mónica Fernández

El buen clima invita y el agua tienta. Con la llegada del calor, las familias que se suman a la “onda navegable” son cada vez más. La cercanía con el río e incluso la salida directa al agua en algunos barrios de Zona Norte del Gran Buenos Aires hacen que el hobbie que hasta hace algunos años era de pocos empiece a extenderse.

“La evolución de la náutica en los últimos años fue claramente ascendente”, afirma Juan Llerena, gerente de El Portal, una guardería náutica ubicada en Tigre. “Esto se relaciona directamente con el crecimiento que hay en la zona, tanto de barrios privados como de distintas áreas cercanas al río”.

“La cantidad de gente que navega viene aumentando año a año, tanto en lo deportivo como en el esparcimiento”, señaló recientemente Luis Velasco, presidente de la Federación Argentina de Yachting (FAY) en una entrevista con La Nación. Relaciona la tendencia con la apertura de los clubes a sus comunidades, la proliferación de cursos de deportes náuticos y la creación de escuelas municipales de vela. La moda parece que no será pasajera.

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En términos monetarios
Comprar un barco es como comprar un auto; es un bien registrable. Hay distintos valores y tamaños, adaptables a cada tipo de público y bolsillo. Y al igual que con un vehículo, en la adquisición no termina el desembolso, sino que ahí arranca una serie de gastos mensuales.

Mantener un  barco lleva implícito impuestos, seguros, service y un lugar donde guardarlo: club, guardería náutica o barrios que tengan bahía donde los propietarios puedan “estacionar” su embarcación. Tales son los casos de algunos barrios de Eidico como San Juan, Santa María de Tigre, San Isidro Labrador, San Marco, San Benito, El Durazno y El Aduar.

El tamaño de las embarcaciones se mide en pies. El costo mensual de mantenimiento se encuentra entre los $3500 y los $4000, según los datos recabados entre propietarios y navegantes.

Subiendo una categoría, para el caso de un velero, por ejemplo, valuado en u$s160.000, el propietario paga u$s1600 (10%) en concepto de seguro anual, unos $30.000 anuales de ARBA y $3000 anuales del impuesto que cobra la Prefectura. Además, debe abonar la cuota social del club.

A modo de guía para quienes estén pensando en lanzarse a la aventura náutica, elaboramos una short list de gastos fijos a tener en cuenta.

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Toda embarcación debe pagar los siguientes:

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Con registro en mano
Quien va a tomar el timón debe tener aprobado, como mínimo, el curso de timonel que es el que habilita a navegación fluvial a menos de 12 millas de la costa (sería como el registro de conducir para los autos). Esos cursos tienen también su costo y demanda entre un semestre y un año de prácticas y clases con un examen final.

Con la cercanía al agua de muchos vecinos de los barrios de Zona Norte, la posibilidad de familiarizarse con el manejo de embarcaciones deportivas puede darse desde la infancia, incluso aunque la familia no tenga embarcación propia. En ese sentido, Tomás Virasoro, coordinador general de Selailú, escuela náutica, asegura que “los deportes náuticos siempre tuvieron un atractivo particular, pero algunos factores los hacían inaccesibles para la mayoría de las personas. Con la llegada de los barrios náuticos con lagunas y salidas al río, se posibilitó el acceso a un público que querían practicarlo, pero no podía”. Y continúa: “Lo interesante es que los más chicos (a partir de los siete años), pueden aprender en condiciones mucho más amigables que las que se dan en el río abierto”, concluye Virasoro que con su equipo dan clases en los barrios de San Marco, San Isidro labrador, Santa Barbara y Santa Clara.

Algo más que un parking
Buscar un lugar donde anclar la embarcación mientras no se usa no es una decisión menor. Lo que está en juego es algo más que un parking. Los servicios “en tierra” y los costos tienen mucho que ver en la elección: vestuarios, grupo electrógeno, restaurante, wifi, seguridad y estacionamiento privado de autos.
Juan Llerena, gerente de la Guardería Náutica El Portal, cuenta que tienen lugar para guardar quinientas cincuenta y dos embarcaciones, desde motos de agua hasta barcos de 24 pies. Destaca su ubicación como un dato estratégico: “Estamos ubicados en Villa la Ñata, muy cerca de las conexiones a otros ríos, cerca de surtidores de nafta, pero en una zona en la que no hay tanto transito de embarcaciones”.
En El Portal esperan llegar a diciembre con doscientos clientes y el costo mensual de la guardería parte de los $2.200 para embarcaciones de 15 pies y trepa a $5.000 para los barcos de 24 pies. En el caso de los clubes, los costos tienen mucho que ver con el tipo de institución, su trayectoria y si requiere o no una admisión especial para hacerse socio. La cuota mensual no baja de los $4000, y los clubes náuticos más tradicionales tienen, en general, valores bastante más elevados.

 


Más información:
www.elportalguarderia.com.ar
selailu.com.ar

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