Hace cinco años, el nombre de su profesión no existía. Josefina Álvarez Castillo es instagramer, influencer y de las primeritas en animarse a mostrar su arte sin pudor, y a nada menos que vivir de él.
Texto: Inés Hardoy
El reportaje se hace por nota de voz porque estamos a diez mil quinientos kilómetros de distancia y es la forma más eficiente de hacerla. Igualmente -pienso ahora- si estuviéramos las dos en Buenos Aires, tal vez también hubiéramos coincidido en que hablar por Whatsapp era una buena idea. Hoy, el “cara a cara” suele ser la menos popular de las comunicaciones. Del avance de la tecnología -ése al que tanto le debemos y le tememos- y de la exposición de su propia vida vive Josefina Álvarez Castillo.
“Una galería virtual que tiene alcance internacional”, así define Jose a Instagram, la red social con más de setecientos millones de usuarios en todo el mundo. Casi por destino, su vida laboral surgió justo cuando esta aplicación llegaba al país. En Jack Brothers, la agencia de publicidad en la que trabajaba con quien hoy es su novio (y también instagramer), decidieron subir una foto por día, como ejercicio creativo. Pronto se transformó en una herramienta fundamental de trabajo y, finalmente, la agencia terminó mutando para dedicarse exclusivamente a hacer contenido de Instagram.
Hoy, Jose trabaja por cuenta propia. Éste consiste en generar contenido para que las marcas publiquen en sus perfiles de Instagram. También su cuenta personal, @shelterfordragons, se convirtió en una herramienta laboral: algunas marcas pautan posts especiales para que los vean los casi noventa mil seguidores de Jose. “Soy mi propia marca y eso implica tener el cuidado suficiente de seleccionar con quién trabajar en base al perfil que quiero mantener en mi cuenta”, explica, y agrega que como todo trabajo freelance, es poco rutinario y permite cierta libertad de tiempos, pero a la vez puede volverse algo solitario.
Estudió Publicidad en la UCES, fotografía en Andy Goldstein, y ahora está haciendo un curso de ilustración creativa en Barcelona. A sus 27 años, decidió irse al exterior a vivir “un año de transición” y pensar qué es lo que quiere decirle al mundo.
Lo original, lo genuino y lo natural se ven en su cuenta @shelterfordragons, donde se define ante sus ochenta y nueve mil seguidores como una artista visual argentina que reside en Barcelona. Desde ahí promete repensar qué es lo que quiere expresar y transformarlo en arte.
REPASANDO LOS NOMBRES DE CADA UNA DE SUS SERIES, NOS METEMOS EN SU CABEZA PARA ENTENDER, A TRAVÉS DE ELLA, EL ARTE DE “INSTAGRAMEAR”
El aura de la gente.
«A través de mi cuenta, me expongo y muestro mi vida y mis sueños, y aunque recién estoy arrancando, el feedback que recibo me emociona y me motiva. La gente es muy abierta, por lo menos en el ámbito de la fotografía en redes sociales. Noto que hay muchas ganas de conocerse y eso está bárbaro. Es lo más impactante de mi trabajo: la oportunidad de ver lo que inspiro en el destinatario.»
La comunidad de pie.
«Gracias a Instagram conocí gente de todas partes del mundo y de la Argentina que nunca imaginé conocer. Es un nicho muy específico. Dentro de cada grupo de amigos somos los ‘freaks instagramers’, y entre nosotros es muy fácil congeniar. Conocí personas de todo el mundo que hablan el mismo idioma.»
Cuando la luz encuentra la oscuridad.
«Tengo una especial afinidad por las personas que sufren y que transforman ese sufrimiento en maldad o en odio. El nombre Shelter for Dragons viene por eso: nadie se acuerda de que los dragones, además de ser los malos de la película, también sufren y necesitan un refugio. En las fotos trato de mostrar luces y sombras; creo que todos tenemos mucha profundidad y es eso lo que quiero contar. En la integración entre la luz y la oscuridad de cada uno, está quien verdaderamente somos. No me gusta el Instagram plástico, que muestra el instante perfecto de la familia feliz.»
Éste es mi arcoíris.
«Estoy incursionando en el mundo de la ilustración. En algún momento me gustaría publicar una novela gráfica, pero para eso falta. Hace poco hice un curso de cosmética natural; estoy investigando el mundo de lo orgánico. También me interesa la simbología, lo esotérico y las Ciencias Ocultas. La Astrología me está sirviendo mucho como herramienta de autoconocimiento. Me gusta mucho viajar a las ciudades importantes; algo me pasa ahí y se me mueve todo. Me doy cuenta de que cuando viajo, duplico la cantidad de fotos que saco, las ideas que tengo y me pongo a escribir.»
Potenciate con la naturaleza.
«Sigo sin poder creer que la gente se interese por mis fotos. Creo que todo el mundo tiene algo para decir. Tengo la suerte de poder crear algo distinto todas las mañanas, expresar lo que tengo adentro y que esa expresión sea recompensada. Estoy muy agradecida de poder vivir de esto. No sé si me veo sacando fotos toda la vida, pero sí creo que siempre voy a estar ligada al arte y a desnudarme en frente del público para contar quién soy. Puede sonar ambicioso, pero yo quiero cambiar el mundo con mi granito de arena. No quiero morirme sin haber hecho algo que me queme.»
ARTE EN INSTAGRAM: sus cuentas recomendadas
DE LA ARGENTINA
> @jacktheartist: “Es mi novio. Al conocerlo y ver el backstage, sé que todo el tiempo está innovando y buscando la vuelta para hacer una foto distinta a la anterior”.
> @nadineid: “Tiene un gran manejo del color y una estética muy limpia y minimalista. Además, cada foto tiene mucha producción”.
> @dagurke: “No sigue las leyes de la estética y eso hace que sus fotos tengan mucho contenido y sean conceptualmente muy interesantes”.
DEL MUNDO
>@love.watts: «Curadora de contenido; elige y ‘repostea’ publicaciones algo disruptivas e incómodas de ver».
> @furrylittlepeach: «Excelente contadora de historias; invita a conocer su vida cotidiana a través de sus fotos».
> @ohareeba: «Adolescente paquistaní que escribe en su diario íntimo y le da su toque artístico con collage».
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