“No sé si dibujar es mi don, pero es lo que más alegría me da”. Un encuentro con nuestro ilustrador, siempre sensible y acertado con sus trabajos.
Texto: Loris María Bestani
Decir que Aldo Tonelli hace ilustraciones es quedarse corto. Tonelli arranca una sonrisa, alivia la carga de la diaria, señala un espacio de ternura. Sus ilustraciones producen esto y mucho más. Como todo lo que es potente, tiene a la simpleza como marca registrada. “Cuando un dibujo se complica demasiado es porque hay algo que no funciona”, confiesa. Entonces se aleja de la ilustración que está haciendo para tomar un mate o jugar con la perra, y ya con la cabeza despejada vuelve a la carga. Aclara que al primero que tienen que sorprender sus dibujos es a él mismo.
De chico, Tonelli dibujaba barcos y aviones sin parar y también imaginaba sus mecanismos internos. Sin embargo, la vocación de ilustrador en el sentido estricto se fue gestando más adelante. “Después de casi diez años de trabajar como diseñador gráfico y en un momento de búsqueda interior muy profunda, volví a conectar con ese niño que disfrutaba llenando cuadernos con dibujos y colores”, recuerda. En esta nueva etapa, primero publicó dibujos en su página, no sin cierta timidez. Pero pronto llegaron las propuestas, como realizar el libro Lunes Burbuja, que editó Lumen en España. Comentario al margen: la burbuja es una propuesta del ilustrador para ver las cosas desde otro lugar, y esto aplica para chicos y grandes.
¿Cómo definirías tu estilo?
“Creo que es despojado y simple. Mi idea es transmitir mensajes destinados a hacer reflexionar, a tomar conciencia sobre algún tema. Por ejemplo, las viñetas ‘Lunes Burbuja’ que publico cada semana proponen algún tip para comenzar la semana que me doy a mí mismo y que deseo compartir. Son mensajes de buena energía, a veces con reflexiones optimistas y otras, con ideas acerca de nuestros miedos o preocupaciones. Muchas personas me han dicho que justo toqué un tema que necesitaban leer, y esas sincronizaciones me movilizan”.
Tonelli ilustra frases célebres que le gustan en especial o, directamente, conceptos propios (como por ejemplo, “La vida insiste, mi amigo” o “¿Con qué inflás tu globo? Con gratitud, me lleva más lejos”). En ocasiones, dibuja primero una idea que le interesa explorar y luego le surgen las frases para anclar el significado, y otras veces lo primero que aflora son las palabras.
Cuenta con herramientas sobradas para hacer lo que aprendió de sus estudios y de su experiencia como diseñador gráfico. “En todos los casos, tiene que haber un criterio estético acertado y una idea conceptual que sostenga la composición. A veces se busca la sorpresa, otras, la claridad o la emotividad”, detalla.
¿En qué elementos te inspirás para hacer tu trabajo?
“Siempre fui muy observador. Me inspira mucho la música, componerla también; libros de autores como Je Foster o Eckhart Tolle, que están entre mis favoritos… También, ir a las librerías y ver por largo rato libros ilustrados, descubrir cosas nuevas, viajar y, por supuesto, también las relaciones, el amor y la muerte”.
Cuando ilustrás notas de revistas, como en el caso de Revista Tigris, ¿cómo es tu proceso creativo?
“Al recibir el texto, primero estudio el contenido, me informo sobre el tema, tomo notas e identifico palabras y frases. Luego defino qué elementos son representables visualmente, cuál es la mejor manera de mostrarlos y qué estilo se adecua mejor. Recién ahí hago la ilustración, que puede ser digital o con acuarelas o acrílicos”.
¿Ilustradores que admires?
“Jimmy Liao y Guillermo Decurgez plasman de manera sublime mensajes que me llegan profundamente al corazón. Miro, además, trabajos de ilustradores de todo el mundo, siempre estoy atento a las tendencias, a los libros que aparecen, a las muestras y eventos”.
Para ser ilustrador parecería indispensable tener el don…
“A veces miro mis bocetos de años atrás y veo que hay cosas que enfocaría de manera distinta, pero entiendo que ha sido un proceso que aún continúa. Cuando uno trabaja en lo que le gusta, existe una curiosidad inagotable que lo mantiene aprendiendo y evolucionando constantemente. Por otro lado, creo en eso de tener un don: todos lo tenemos, la alegría es descubrirlo y poder manifestarlo. No sé si dibujar es mi don, pero es lo que más alegría me da”.
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Novedades bajo el brazo
Editorial Sigmar acaba de incluir en su colección de Clásicos de la Literatura Universal una reedición de El Principito, de Saint-Exupéry, y el elegido para ilustrarlo fue Tonelli. El libro, extremadamente cuidado y de gran formato, está lleno de acuarelas y tinta del ilustrador. “La propuesta era reinterpretar cada dibujo original del libro, aportando una visión nueva de la obra”, explica Tonelli. “El Principito tiene algo mágico, no importa a qué edad llegue a tus manos. Su significado y sus enseñanzas se renuevan siempre, sus paisajes de arena o estrellas parecen estar vivos y con una energía misteriosa”, concluye.