La revolución tecnológica fue una gran ventaja para sobreponerse a la crisis que supuso el coronavirus. El mundo digital ha hecho rentable muchos emprendimientos a pesar del aislamiento y @rinconartesanomg fue uno de ellos. Las habilidades artesanas de Magda resurgieron durante la pandemia y fue el momento de apostar por ellas.

Canastos y espejos de macramé, tapices de fibras naturales, platos de sitio, mantas, accesorios. La creación artística de Magdalena, que muestra sus producciones a través de @rinconartesanomg, vio la luz en esta cuarentena. Si bien desde siempre el arte forma parte de su vida y el gen emprendedor la fue guiando por diversos caminos, fue durante el aislamiento que resurgió su veta artística y manual. En su historial cuenta con haber estado al mando de un local de blanquería y decoración, con haber vendido ropa de Mimo y Cheeky, y con ser una apasionada de la mimbrería y la cestería. Y todo lo que alguna vez hizo para su casa -lámparas, tapices, individuales, artesanías en alambre- decidió ofrecerlas al público después del empuje de amigos y familia.

Magda cuenta que lo que más le costó fue adaptarse al nuevo escenario de negocio donde las redes son las protagonistas. Sin embargo, desde que se lanzó de lleno a su nuevo proyecto, los pedidos no pararon de llegar. A veces, los tiempos para el abastecimiento de los materiales no eran los ideales, y trasladar ese retraso a los clientes le incomodaba. Pero luego aprendió que el público entendía esos contratiempos porque todos el mundo estaba en la misma situación. Más allá de eso, siempre logró llegar en tiempo y forma con todos los pedidos. 

Sacar partido de las redes

Una de las grandes ventajas que tuvo esta pandemia, a comparación de pestes anteriores, es que llegó en medio de una revolución tecnológica a la que, además, ayudó a acelerar increíblemente. Y con esta ventana al mundo para mostrar cualquier proyecto a pesar del aislamiento general, fueron muchos los que se animaron a resurgir lo artesanal porque hay una sociedad ahí afuera que valora lo hecho a mano, lo sostenible y lo local. “Aprendí que con trabajo y paciencia podemos lograr todo lo que nos proponemos. El mundo de las redes es un gran aliado”, dice Magda.

Sin una rutina fija, pero con el tiempo calculado para avanzar tranquila con sus pedidos, Magda trata de dedicar medio día a su proyecto. Pero las más de las veces, las redes con sus consultas y comentarios terminan enganchándola más tiempo porque el feedback viene siendo muy bueno. “La verdad que todos mis clientes me hacen comentarios buenísimos, me mandan fotos de cómo pusieron lo que compraron en su casa o me piden consejos para decorar sus ambientes con mis artesanías. Incluso muchos se sorprenden y me preguntan ¡si hago todo a mano yo sola!”, nos cuenta.

Desde su rincón artesano y bajo la técnica de macramé hace marcos para espejos, pantallas, platos de sitio y accesorios. Con diferentes texturas y materiales pone su creatividad al servicio de mantas, canastos e individuales, ¡toda su producción es artesanal y lindísima! Ideal para infundir calidez a todos los rincones de la casa.

Agradecida a su familia que la apoya con su proyecto, a sus amigas que siempre la alentaron a animarse a mostrar sus creaciones y a los clientes que confían en su trabajo y la siguen eligiendo, Magda tiene como proyecto a largo plazo abrir un showroom después de la cuarentena. Además, le encantaría poder participar de alguna feria para compartir sus artesanías.