El recuerdo más viejo que tengo de Mónaco es un circuito del juego de carreras F-1 World Grand Prix. Con mis hermanos y primos nos pasábamos horas jugando a ese juego en el Nintendo, peleándonos por quién era mejor que quién. Hoy, ver las definiciones de ese juego o nombrar Nintendo parece algo prehistórico.
Texto: Felipe Aranguren
Sin embargo, para mi mujer Flor, Mónaco y Montecarlo fueron siempre sinónimos de realeza, glamour, la familia Grimaldi, Grace Kelly o los Casiraghi.
Debo confesar que nunca nadie me supo contestar por qué es que se habla tanto de Montecarlo. ¿Qué es Montecarlo? ¿Dónde está? ¿Por qué lo nombran? ¿Acaso es la capital del principado?
Resulta que el principado de Mónaco está dividido en barrios como cualquier otra ciudad del mundo, y una de sus divisiones administrativas (distrito o barrio) es precisamente Montecarlo. Es tan famoso porque es ahí donde se encuentran el casino, el café y el hotel París, el Hotel Hermitage, casi todo el circuito de F1 callejero y, además, debido a que grandes marcas de lujo poseen locales en esta parte de la ciudad, suelen verse celebridades paseando por sus calles.
El Gran Premio Histórico junto con el Gran Premio de F1 son las mayores atracciones y eventos que acogen este lindo lugar, y este año no fue la excepción.
Lamentablemente, el Gran Premio Histórico, se hace cada dos años; no todos los años se puede disfrutar de ver andar estas maquinas con mucha historia como los Lotus negros y dorados con la famosa publicidad de John Player Special (JPS), o las Ferraris de Niky Lauda, o los McLaren de James Hunt, inmortalizados en la película Rush. Ni hablar de otras leyendas rodantes como la Maserati con la que Stirling Moss ganó en 1956, u otra Maserati con la que nuestro queridísimo Juan Manuel Fangio ganó aquí en 1957.
Cuando llegamos el domingo, la ciudad estaba revolucionada y totalmente transformada. No se parecía en nada a lo que habíamos visto tan sólo unos días antes, cuando comimos con unos amigos sobre el Puerto de Hércules. Las calles linderas al circuito estaban cerradas al público, colmadas de tribunas y enrejadas con protecciones y alambrados, llenas de puestos de venta de merchandising y recuerdos de la carrera. La plaza de armas, que acostumbra a estar llena de chiquitos jugando a la pelota o a la mancha, parecía un desfile de modelos. Gente sumamente arreglada y vestida como para acudir a un evento de gala de la máxima realeza.
Luego de pasar varios controles de seguridad y llegar hasta los boxes, nos encontramos con un tumulto de gente medio extraño. El Príncipe Alberto y su mujer Charlène estaban paseando por los boxes saludando a los pilotos y a los propietarios de los equipos. El protocolo real y de protección hace que cuando alguien de la realeza aparece en público, el mundo se detiene. Y así fueron esos cuarenta minutos que duraron las visitas de los soberanos del principado.
Luego del protocolo y de ver tan de cerca la realeza, pudimos disfrutar lo que habíamos ido a ver. Escuchar el sonido ensordecedor que producen esas maquinas, ver cómo trabajan los mecánicos lidiando con problemas de último minuto, arreglando sobre la marcha problemas técnicos para salir a correr durante un largo rato con autos que tienen hasta sesenta años de vida, fue algo único.
El Gran Premio Histórico arranca el día viernes. Las exhibiciones comienzan temprano; allí son presentados los autos al público. Al final del día, los autos que ya compitieron quedan expuestos uno al lado del otro para que la gente los pueda ver y sacar fotos.
El día más importante de la competencia es el domingo, día en que se llevan a cabo las carreras. Éstas están divididas en las categorías cincuenta, sesenta y setenta. Además, durante los tres días hay un desfile en el que pasean autos de la preguerra y autos míticos piloteados por pilotos de aquella época.
Así pasó todo el domingo, chusmeando y apreciando lo que cambió la categoría más importante de carreras de autos, en la que todo era mecánico y lo que realmente importaba era el talento del piloto.
A las dos semanas volvimos para ver la F1 actual, y confirmamos que el deporte de hoy es algo totalmente diferente. Los autos actuales parecen naves espaciales, y a mi criterio no son tan lindos como son los autos que corrieron en el Gran Premio Histórico.
La próxima aventura de autos clásicos en esta ciudad tendrá lugar en 2018. Sería lindo poder volver a disfrutar de un evento de esta magnitud y repercusión mundial con el máximo glamour. En otras oportunidades, se vio a celebridades de la talla de Michael Fassbender, Michael Douglas y Will Smith paseando por los boxes, saludando a los pilotos o charlando con la gente. Dio la casualidad que este año, el Festival de Cannes se celebro en ese fin de semana, ¿Habrá tenido algo que ver? No lo sé.
Excelente la nota de Felipe Aranguremn sobre el premio de Mónaco. Me sentí allí recorriendo el lugar que él describía tan bien!
Excelente la nota de Felipe Aranguren sobre el premio de Mónaco. Me sentí allí recorriendo el lugar que él describía tan bien!