Conocer el terreno antes de elegir qué especies plantar, nos permitirá tener un jardín exitoso los 365 días del año.
Si bien no solemos mirar con detenimiento el suelo, podemos asegurar que es el factor clave para tener éxito en el jardín. Microorganismos, hongos y bacterias conviven en el suelo y les permiten a las plantas desarrollarse, alimentarse y oxigenarse.
Obviamente, el terreno nunca es igual en todos lados. La buena noticia es que para cada tipo de superficie, existe una amplia variedad de especies capaces de crecer y sobrevivir sin problema.
Suelos arenosos
Cuando nuestro terreno sufre largos períodos de sequía, el secreto está en regar durante el día y cubrir la superficie con compost, piedrita, corteza de pino o arena para reducir la pérdida de humedad del suelo. Por otro lado, incorporar materia orgánica en cada nueva plantación, ayudará a las especies a soportar el calor en verano.
Especies recomendadas:
Acacia amarilla, Gleditsia triacanthos, Cercis siliquastrum, Buddleja davidii, echeveria, lavandas, Perovskias, Santolina chamaecyparissus, geranios y cortaderas, ruda, Agapanthus, Melianthus, Jarillas Phlomis fruticosa, salvia officinalis, amapolas, Euphorbia characias, Iris germánica, Yucca gloriosa y Stachys.
Suelos arcillosos
Cuando hablamos de suelos arcillosos, nos referimos a aquella tierra que permanece húmeda y pegajosa en invierno y que se endurece en verano. Si se la combina con materia orgánica puede alcanzar un alto nivel de fertilidad.
Existen varias especies aptas para este tipo de suelo:
Abeto coreano, Malus floribunda, sauco, Fumo bravo, Tecoma stans, chañar, naranjo amargo, chilca, deutzia, chaenomeles japónica, bulbos narcisos, watsonias, salicaria, amaranto, lantana, pavonia y portulaca.
Suelos pedregosos
Los suelos con calcáreo y piedras tienen un alto nivel de drenaje; dejan escapar gran parte del agua de riego. Para afrontar la sequía en verano, una solución es eliminar las piedras de gran tamaño e incorporar buenas cantidades de materia orgánica, sumado a un sistema de riego efectivo.
Especies ideales:
Cornus, achilleas, barba de chivo, Ceanothus, lino, verónica, clavellina, hortensia de invierno, sacha rosa, berberis, asclepia y crocosmias.
Suelos húmedos
Son aquellos que tienen poco drenaje o que se encuentran bajo la sombra de viviendas o de árboles. Algunas especies aptas para suelos húmedos son: Senecio bonariensis, ceibos, álamos, mahonia, hosta, Soleirolia soleirolii, calas, helechos, astilbe, Iris pseudacorus, alpinias, dichondra, totora, salvia Uliginosa, Sagittaria montevidensis y Brunfelsia.
María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers
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