¿Quién dijo que hay que irse lejos para vivir algo distinto?
Estas vacaciones de invierno, te proponemos mirar con otros ojos tu casa. Con una carpa, linternas y una buena bolsa de dormir, el jardín puede transformarse en escenario de una aventura que tus hijos no van a olvidar.

Junto a @spinit_pescaycamp, recreamos un campamento de invierno para demostrar que no hace falta viajar para vivir algo mágico. Solo un poco de imaginación… y muchas ganas de jugar.


Los esenciales del camping en casa
- La carpa: Es el corazón del plan. Ese pequeño refugio donde todo pasa: un picnic, cuentos, risas, juegos y confidencias bajo las mantas. Elegí un rincón del jardín, armala y llenala de almohadones, colchonetas o lo que tengas a mano.
- La linterna: No hay noche de camping sin linternas. Apagá todas las luces y dejá que la aventura empiece. Pueden hacer juegos de sombras, búsquedas nocturnas o simplemente contar historias a oscuras.
- La bolsa de dormir: Nada como meterse en una bolsa bien abrigada después de jugar. Esa sensación de estar «de viaje» sin salir de casa es parte del encanto.



Un detalle que suma mucho: armar la mochila
Antes de empezar el camping, proponeles que preparen su mochila como si realmente se fueran de viaje. Que elijan sus objetos más especiales:
- Un peluche
- Un libro
- Un mazo de cartas
- Una cartita escrita por ellos
- Algo «secreto» para mostrar en el campamento
Este pequeño ritual transforma el juego en una experiencia más auténtica y emocionante.
El fogonero, el bonus mágico
Si tenés un fogonero, prendelo y sentate alrededor con los chicos. Pueden tostar malvaviscos, calentar chocolate y dejar que la noche los envuelva de a poco. Si no, unas luces cálidas o faroles también ayudan a crear ese clima especial.


Ideas para sumar al plan
- Armar un TA TE TI extragrande con palos de escobas y algunos elementos que tengas en casa.
- Hacer carteles que digan «Campamento», «Zona de cuentos», «Prohibido aburrirse»
- Llevar el juego UNO a la carpa y jugar con linterna en mano
- Inventar un nombre para el campamento y hacer banderines o escudos
- Dibujar en un cuaderno las mejores partes de la experiencia
- Preparar un desayuno especial al día siguiente, como si siguieran de viaje


A veces, lo más simple es lo que más recordamos.
Regalales a tus hijos una noche distinta, sin pantallas ni relojes. Una noche para compartir, reír y mirar las estrellas desde el fondo de casa.
Gracias @spinit_pescaycamp por inspirarnos a vivir la aventura en lo cotidiano.