Por María Ducós
La alegría es un tesoro que se expande y se contagia a medida que se comparte. Muy unida a su madre del Cielo, Agustina Mingote quiso volcar su sensibilidad de hija en piezas que inviten a rezar y a tener ese encuentro cotidiano con Dios. Estos es @corazones_de_maria_.
En el centro de la historia de esta mujer enamorada de la vida está la alegría. Todo lo que le sucede -bueno o no tan bueno- es estímulo y semilla para fortalecer su fe y su costado más creativo. Agustina Mingote estudió Diseño en Comunicación Visual después de haber crecido en una atmósfera estética, artística y mística. Y este fue el primer engranaje de su emprendimiento..
Su mamá, la mujer más creativa que conoce, es Decoradora de Interiores y su abuela, costurera. Fue a través de sus ojos y de sus manos que germinó en ella el buen gusto y la mirada vanguardista que años más tarde supo capitalizar en @corazones_de_maria_, un proyecto que va latiendo al ritmo del corazón de la Virgen. También fue de estas dos mujeres que heredó la fe, el mejor regalo que pudo haber recibido.
De la mano de María
Este emprendimiento que es un homenaje a la Virgen y a la vez la forma más sincera de expresar todo lo que lleva dentro de su alma, nació en el año 2008 en la Patagonia. Año de un gran giro en su vida, de caminos inesperados y de una transformación espiritual y personal muy hondos, el proyecto vio la luz recién en el 2020. Porque cuando algo tan grande se quiere compartir, primero debe enraizar profundamente para transmitirlo de forma auténtica.
De objetos que regalen paz y oración, y que faciliten ese encuentro sagrado con Dios, versa Corazones de María. “Me gustan mucho las flores, adoro viajar y estar rodeada de amigos. Me inspiran la naturaleza y los diálogos profundos. Valoro mucho el arte”, nos comparte Agus y su trabajo es un mix perfecto de todo eso.
Felizmente casada con Emiliano y madre de dos hijos, su matrimonio y familia es el regalo más grande que le han hecho. “Tenemos en común la pasión y el deseo de crecer hacia lo alto. Con mucho corazón y diálogo, es la Virgen quien nos acompaña en los vaivenes de nuestra vida y quien nos llevó a ser papás adoptivos de un niño y una niña amorosos y hermosos. Nos sentimos inmensamente agradecidos y bendecidos por nuestra familia”, nos relata Agus.
La vida como fuente de inspiración
Siempre inquieta y abierta al cambio, los primeros pasos los dio explorando la serigrafía, el bordado en tela y en papel, el grabado, la cerámica, el yeso, la madera y el hierro. Sumó flores, hojas secas, agua, piedras. ¿El resultado? Piezas intervenidas que ayuden en la búsqueda de Dios.
Intensa, comprometida, sensible y profunda, cuenta que su mayor desafío fue aprender a delegar. “Corazones de Maria me enseña mucho. Al ser una red de muchas manos artesanas, la confianza se debe ejercitar día a día y en ese proceso sigo aprendiendo”.
El secreto: proveedores cuidadosamente seleccionados
Las ganas de transmitir su fe, esa fe que fue un regalo desde chica, la llevó a emprender este camino. “En esta propuesta se trata de compartir lo sagrado a partir de un objeto bello, y para eso me rodeo de una gran cantidad de proveedores que me acompañan no sólo en el trabajo manual, sino en el objetivo de visibilizar a Dios”, nos relata.
Son muchas las manos de mujeres con su mismo amor y sensibilidad para lo sagrado que también comparten la esencia de Corazones de María. Como una cadena de eslabones que se unen en armonía para lograr una pieza única, así es el trabajo de este proyecto de corazones compartidos en donde Agus afirma haber aprendido a confiar en su intuición y a escucharse más.
Sembrar rincones de paz
El feedback tan lindo y satisfactorio por parte de los clientes también es muestra de que va por el camino correcto. “No solo he quedado asombrada de lo que se genera, sino que me emociona mucho las diferentes historias de vida que me comparten por privado”, nos cuenta Agus.
Agus está agradecida a la Virgen por confiarle este proyecto; a su familia que la apoya siempre y son fuente de inspiración; y a sus seguidores que confían en su propuesta. “Para mi, Corazones de María es un bálsamo para el alma, un intento de sembrar rincones de paz y la excusa perfecta para visibilizar a un Dios amoroso y sereno”, termina.