Todo aprendizaje temprano deja profundas huellas. La exposición de los niños a estímulos artísticos ejerce una influencia positiva para su desarrollo intelectual y afectivo. Hoy se vuelve protagonista una serie de iniciativas que le acercan a los chicos, de manera dinámica y pedagógica, grandes obras del arte y la cultura mundial. La Gioconda de Da Vinci, los éxitos de Pink Floyd, El principito y las Sinfonías de Bach son adaptadas y re versionadas dándole a los más pequeños la oportunidad de conectarse con los grandes maestros de la pintura, la literatura, el teatro y la música, en actividades que se plantean como placenteras y desprovistas de
toda obligatoriedad.
El murmullo casi imperceptible del pincel sobre la hoja se entremezcla con las voces superpuestas de media docena de niños que dan por terminada una tarde de arte. El taller cierra sus puertas y en el aire se percibe un clima calmo pero vivo. En un pequeño atril de madera descansa un libro que minutos antes fue testigo de pequeños artistas emulando algunas de las reconocidas obras que decoran sus páginas. Arte para niños con 6 grandes artistas, de Editorial Susaeta, busca conectar a los más pequeños con el talento de los grandes maestros del arte que, por mucho tiempo, fue reservado sólo para el deleite de los adultos.
“Vimos en la idea de publicar una colección de libros de arte dirigidos a la infancia, una herramienta fundamental para la educación y el aprendizaje de los niños. El color, el simbolismo, la creatividad… todo lo que conlleva el arte en sí mismo está relacionado con el momento inicial de la vida de un ser humano”, cuenta María Jesús Díaz, autora de varias publicaciones de Susaeta, editorial líder en la producción de libros infantiles en el mercado de habla hispana. Dalí para niños, Un paseo por el Museo del Prado, Da Vinci para niños y una docena de títulos más se han erigido como una oportunidad para que los chicos puedan observar, crear, copiar e imaginar aprovechando lo que otros artistas antes han creado e imaginado. “Es importante enfrentar a un niño a distintas obras de arte y no sólo a la pintura, también al teatro, al cine, a la música y a la poesía. Es fundamental que esté expuesto a todos esos estímulos para que su capacidad creativa y su imaginación comiencen a desarrollarse”, asegura Díaz mientras nos detalla la publicación de títulos como Federico García Lorca para niños y Rubén Darío para niños, libros en los que se les acerca a los más pequeños los versos de estos íconos de la poesía mundial. “Si el niño recibe estos estímulos desde pequeño, será más fácil que después, a lo largo de su aprendizaje, pueda enfrentarse y comprender mejor otros conceptos artísticos y otras formas de ver el mundo, que se haga más sensible a esos estímulos, y seguramente disfrutará mucho más de ellos”, concluye Díaz.
l’art et les enfants
Corría el año 2003 en París y Didier Baraud tuvo lo que él llama “no la idea más sabia, pero sí la más loca”: crear una editorial exclusivamente de libros de arte para chicos. “Veía que la gente iba a los museos con sus hijos y no encontraban libros para poder explicarles el arte a los niños”, cuenta Baraud. Así nació Editorial Palette, lo que su fundador define como “un pequeño taller”, pero que tiene presencia a nivel mundial y libros que han sido traducidos a más de veinte idiomas. Lejos de dedicarse a las publicaciones convencionales, Palette delimitó su enfoque editando libros de juego, de actividades, con stickers, de puzzles y visuales, cuyo eje principal son las obras de los grandes referentes de la pintura mundial. La originalidad en la propuesta le valió a esta editorial el reconocimiento mundial. Títulos como La pequeña galería de Pablo Picasso, El libro de actividades de Andy Warhol y varias decenas de publicaciones más acercan a los chicos a reconocidos artistas como Matisse, Mondrian, Frida Kahlo y Klee. “Los niños construyen sus propios universos, son increíblemente creativos, son curiosos porque no tienen los estereotipos o reglas preconcebidas; son de mente abierta y por eso pueden ser más sensibles al arte”, desarrolla Baraud haciendo foco en el enlace instintivo que une a los niños con el arte. Esto hace que, a fin de cuentas, una de las partes más complicadas sea la de convencer o seducir a los padres: “somos conscientes de que los libros de arte para chicos no son lo más convencional, y todavía estamos en el camino de cambiar las mentes sobre este punto”, explica Baraud.
¿Cómo atraer a los niños hacia los libros en un mundo de pantallas?
Editorial Palette invita a descubrir cómo el libro de papel también puede ser interactivo. “La clave para crear una interacción es la imaginación, no importa si es en la pantalla o en un libro”, cuenta Didier Baraud. Un claro ejemplo es la colección L’Art en formes, una serie de libros con stickers que permite a los niños pequeños reproducir pinturas famosas y poder crear sus propias piezas de arte como Picasso, Matisse o Miró. “La competencia con la tecnología existe, es real, pero en términos de educación para el ojo, el libro sigue siendo una necesidad, ya que permite que el niño consiga la distancia necesaria para el análisis de una imagen, para controlar el significado de la misma”, concluye Baraud.
Con el sello de Milo
“Siempre recibí una respuesta muy linda de los niños para con mi obra, y a partir de que en ese lenguaje nos pudimos entender y comunicar fue que me buscaron de una editorial para trabajar la línea de libros para chicos”. El que nos comparte su experiencia es Milo Lockett, reconocido artista plástico chaqueño, autodidacta, que desde su taller logró crear en poco tiempo una identidad pictórica que lo convirtió en un éxito de ventas sin precedentes. Junto con Editorial Atlántida encontró una buena forma de hacer llegar su obra a los más pequeños. “Tuvimos un primer acercamiento a la obra de Milo con el libro Milo tiene coronita, que combinaba los dibujos de Lockett con rimas de María Romano inspiradas en la obra del artista. Fue un libro de rápida llegada al público más pequeño, que tiene una empatía espontánea con la obra de Milo: sencilla, colorida, disparatada, de ensueño”, cuenta Natalia Ginzburg, directora de Editorial Atlántida Libros. En septiembre de 2015, esta editorial decidió publicar El principito, una edición original para la que ofrecieron a Milo ilustrar la obra. “Supimos que era un gran desafío y que se corrían riesgos porque el público de todo el mundo asocia a este personaje con los dibujos realizados por el propio Saint-Exupéry, pero había algo en los temas y personajes de esta historia que nos pareció afín a la obra de Lockett”, detalla Ginzburg. El artista chaqueño aceptó, y así surgió la edición de El principito ilustrado por Milo, que los lectores rápidamente apreciaron y va rumbo a su cuarta edición.
Tanto Milo como Editorial Atlántida coinciden en que la relación de los niños con el arte se alza como primaria y vital. “Es un espacio para ser libre, para expresarse; éste es el plus que les aporta a los niños el estar en contacto con el arte desde pequeños”, asegura Milo Lockett. “Nos gusta pensar que es parte de esa riqueza de paletas, estilos y personajes, de encuadres y mundos. Desde la escuela y en sus momentos de intimidad en el hogar. Mirar y dibujar. Leer y escribir. Garabatear y asociar. Aprender y jugar. Paletas plenas y hojas en blanco. No hay mejores y peores. Todo se complementa en el mundo ávido y curioso de los niños”, afirman desde la editorial, responsable también de la edición de El Mercado de las Pulgas, de Juan Lima, un libro que, incorporando al lenguaje de la poesía las imágenes y el diseño, ofrece una visita guiada por este pintoresco mercado porteño.
Resulta vital invitar a los niños a descubrir el placer que aporta la lectura, siendo los padres o familiares cercanos los primeros responsables en acercarlos a esta forma de cultura. Según cómo se den estas experiencias, dependerá el vínculo afectivo que en el futuro tengan con los libros. “Los primeros años de vida son cruciales para el establecimiento de hábitos saludables. Cuanto más los estimulemos, mayor será el complejo entramado de la mente. La lectura aviva el desarrollo intelectual, del lenguaje, del pensamiento, la construcción de la subjetividad, la imaginación, la creatividad, que forman parte del desarrollo cerebral y afectivo del niño”, aseguran desde la Sociedad Argentina de Pediatría.
Vamos al Colón
Con el afán de acercar nuevos públicos al teatro, una variedad de actividades es testigo de encuentros entre los más pequeños y piezas clave de la cultura. Vamos al Colón es la iniciativa que vincula a los niños con espectáculos de ópera, ballet y conciertos, proponiendo para ello visitas guiadas didácticas, ensayos abiertos, abonos familiares y encuentros de coros infantiles. “Vamos al Colón es un área que se creó este año con la propuesta de la formación de nuevos proyectos. Con el abono familiar se busca acercar nuevos espectadores de todas las edades a espectáculos de ópera, ballet y conciertos por primera vez. Resultó súper exitoso; sacamos una función y se agota en seguida”, detalla Eugenia Schvartzman, coordinadora general de este proyecto.
A su vez, los talleres, la historia, la arquitectura y los secretos de uno de los teatros más importantes del mundo podrán ser conocidos por los niños en el primer libro publicado por Colón Libros, el proyecto editorial del teatro. ¿Conocés el Teatro Colón? forma parte de la colección Pequeños lectores, y es un libro ideado para chicos de entre siete y once años. “Lo pensamos para que sirva didácticamente y como material de estudio. Es un acercamiento a la formación orquestal, a las características de la ópera, del ballet, un pantallazo del arte lírico y de todo lo que sucede en el teatro”, concluye Schvartzman.
Transmitiendo estilo
La tercera vez que Sofía se encontró, durante un viaje, escuchando otra vuelta de un CD con las clásicas canciones para niños, decidió que era momento de mostrarle a Luna, su hija, lo que ella consideraba lo mejor de la música. Fanática de Pink Floyd descubrió Babies Goes, una línea de CD en los que los grandes clásicos son versionados para que también los puedan disfrutar los más chicos. Y así, Sofía encontró lo que para muchos es una ecuación perfecta: música que le gusta a los padres, con sonidos que resulten placenteros para el bebé.
Jorgelina Benavídez, directora del Departamento de Terapias Basadas en las Artes de INECO, nos explica la importancia de la música en los niños: “La música impacta positivamente en todas las funciones cognitivas superiores, ya que al escucharla, éstas se activan y luego pueden ser transferidas a las otras áreas de desempeño, como la escuela”. Diversos estudios comprueban que cuando las personas son monitoreadas en tareas como leer o realizar problemas matemáticos, se activan áreas específicas del cerebro. Pero cuando los investigadores someten a los participantes a escuchar música, se obtiene lo que denominan “fuegos artificiales”: múltiples zonas de sus cerebros encendiéndose simultáneamente. RGS Music es el sello que produce y distribuye estos CD en nuestro país. Babies Go Beatles fue el primer lanzamiento, al que le siguieron una extensa lista de bandas y artistas que van desde Oasis hasta Bob Marley e incluyen también obras de lo mejor de la música clásica, un claro ejemplo de la cultura adaptada para el disfrute de todos.
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Pequeñas manos que se pierden entre bastidores de madera ayudan a despejar el taller de arte para montar un improvisado escenario donde hoy se presenta “Descubriendo las maravillas del arte oriental”. Una puesta en escena que los chicos protagonizarán, guiados por los conceptos adquiridos en sus clases de arte, que nos hará comprobar que los niños, por su propia cuenta y algunos pequeños empujoncitos, son capaces de adaptar el arte a su gusto.
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