Algunos diseños, unas pocas herramientas y mucho empuje. Un emprendimiento que tiene a la madera y al hierro como protagonistas, y al diseño y a la utilidad como aliados.
Desde siempre, Fede se llevó muy bien con el trabajo manual. Arreglar cualquier imperfecto de su casa o construir sus propios muebles cuando se fue a vivir solo le dieron el impulso necesario para saber que se abría una veta que debía explotar. Eligió la madera para plasmar sus diseños por ser un material bien noble, y se lanzó de lleno a este nuevo proyecto. Quería apostar en serio y a largo plazo, por eso cada vez que lograba juntar un poco de ahorros invertía en alguna herramienta que le permitiera seguir perfeccionando el oficio. Cuando Sofi, su novia, le regaló una soldadora incorporó el hierro a sus trabajos sumando un gran distintivo a sus diseños.
Este hobbie dió sus primeros frutos cuando empezó a dar respuestas a varias cuestiones de su propia casa. “Se transformó en ´tengo que hacer un entrepiso en mi departamento´ y en ´tengo que equipar mi casa sin gastar tanta plata´”, nos cuenta Fede. Inmediatamente después siguieron los pedidos de amigos y familiares, alguna publicación en Mercado Libre y la apertura de una cuenta de IG (@estudiojammer) que le permitió llegar a un público mayor. Y en este nuevo mundo virtual, Sofi le da una mano importantísima con el manejo de redes sociales y el diseño, un complemento fundamental en su emprendimiento.
De oficio, carpintero
Después del esfuerzo de vivir tanto tiempo en una casa con aserrín, polvillo y hierros por todos lados, Fede logró alquilar un galpón compartido para asentar su taller. Aunque no se dedique full time a ser carpintero, la búsqueda de distintas madereras y aserraderos para conseguir materia prima de calidad es constante. Su trabajo es bien personalizado, en diálogo directo con el cliente para alcanzar un producto hecho a medida. Y algo que siempre deja en claro es que le tengan paciencia, porque cada pieza es única y especial, cada encargo equivale a traducir las expectativas del cliente dentro de los límites de la madera y el hierro.
Con un feedback muy positivo, no se cansa de repetir que para él la confianza que le ofrecen es un mimo y una oportunidad, y que si la pieza no termina gustando, siempre se puede devolver y se reintegra el pago. Fede es un agradecido, no sólo a su novia por ayudar a darle vida a este nuevo trabajo, sino a todos los que de alguna u otra forma colaboraron con este propósito: compañeros de taller, familia y amigos que desinteresadamente difunden su trabajo, clientes que confiaron y hasta los youtubers que con sus tutoriales de lo que se nos ocurra dan un gran soporte.
“Seguir aprendiendo en este mundo de la madera y el hierro que es apasionante e infinito”. Este es uno de sus desafíos a largo plazo. Mientras, buscará destacarse con diseños novedosos propios y consolidar este proyecto que cada vez acapara más tiempo y dedicación.