Una argentina en Italia que plasmó su amor por la cocina en una cuenta llena de recetas fáciles y deliciosas. De búsqueda y encuentro, de escuchar lo que llevaba dentro y trabajar por ello, esta es su historia. 

Todo empezó cuando dos hermanas deambulaban por un blog de cocina en busca de alguna receta. Para Romina Fersche, la gastronomía forma parte de su vida desde que tiene memoria, desde que se levantaba al alba para ayudar a su abuela a preparar el desayuno para ella y sus amigas. Amaba su puntillismo en cada plato, sus mañas a la hora de combinar ingredientes y, sobre todo, su entrega al ofrecer amor a su familia en cada comida que hacía.

Fue su hermana, Directora de Fotografía, quien la incentivó para abrir un canal donde pudiera desplegar todo eso que llevaba dentro y que ansiaba compartir. Hace dos años que Romi es la cara detrás de @gastrominaok, un espacio en el que abundan recetas y anécdotas, y que está pensado para aquellas personas que aman cocinar, partiendo de la base de que la gastronomía es una actividad mucho más simple de lo que la mayoría cree. 

“Al principio, debo confesar, me daba un poco de vergüenza la idea de estar expuesta en redes. Soy tímida y perfeccionista, pero le gané al miedo y me tiré a la pileta (¡por suerte!)”, nos cuenta Romi desde Trieste, Italia, donde vive desde hace un año y nueves meses por trabajo de su marido que es Doctor en Física. Cuenta que, junto con su perro Rudo, conforman una familia nómade que han dejado su huella por España y Bariloche también. 

Licenciada en Administración Hotelera, desde el día en que dio este nuevo paso supo que debía capacitarse si quería transmitir contenido de calidad. Y se puso manos a la obra. Hizo un curso de foodstyling, y nuevamente su hermana le dio un empujoncito en la transmisión de las nociones básicas sobre fotografía para lanzarse de lleno a este proyecto por el que le sonríe el corazón todos los días. También tomó cursos de redes sociales para entender mejor Instagram y, poco a poco, fue perdiendo ese miedo inicial a la cámara y empezó a mostrarse a sus seguidores, poniéndole cara real a su marca. También había tomado varios cursos gastronómicos antes de zambullirse en su emprendimiento, sin saber todo lo que vendría después.

Encontrar el rumbo

Antes de que esta experiencia tomara vuelo, Romi siempre había trabajado en el rubro hotelero. Llegó a ser General Manager de un importante hotel que estaba comenzando a formar parte de una cadena internacional, pero enseguida descubrió que eso no era lo suyo, no era feliz a pesar de haber alcanzado esa meta. 

Su camino iba por otro lado. Las horas largas e intensas en la cocina de su abuela habían dejado su huella y le habían enseñado que la gastronomía significaba compañía y que siempre había motivos para cocinar. “Un festejo, la llegada del fin de semana, la lluvia, un desamor, el estreno de una nueva serie. Nos enamoramos comiendo, estudiamos, jugamos y hasta lloramos con comida. Cada momento, sea bueno o malo, especial o no, está vinculado a lo culinario”, nos cuenta Romi. 

Con su nonna descendiente de italianos y su tío, el otro gran chef, nacido en Perú de padres chinos, la variedad de sabores siempre fue una particularidad de su cocina. Especias, arroces, pescados secándose al sol, condimentos exóticos, conservas, dulces, pastas caseras. Todos integrantes fijos de su cotidianeidad. 

Fascículos, la oportunidad en la crisis

“Mis fascículos nacieron en plena pandemia. Son un poco hijos del caos mundial. En una época donde todo era angustia, crisis y malas noticias, me puse a pensar que tenía para aportar al resto y que brinde un poco de ayuda”, relata Romi sobre el nacimiento de este nuevo desafío. Las cuentas de IG se llenaban de recetas, y hasta lo más alejados de la cocina, se fueron arrimando en esta cuarentena.

Romi puso a disposición estos recetarios gratuitos y coleccionables para que los flamantes cocineros que dejará este tiempo encuentren todo en un mismo lugar. “Budines simples”, tres recetas de budines a partir de la misma base de ingredientes; “Masas express”, cinco recetas de masas para desayunos, meriendas, almuerzos y cenas excepcionales; y “Especial cookies”, trece recetas de galletas dulces y saladas.

Además, compartió dos entregas muy prácticas, bajo el nombre de “Ideas para freezer”, para cocinar en cantidad y comer sano siempre. Se trata de, por un lado, tres variedades de hamburguesas vegetarianas, para comer rápido, sano y casero; y tres variedades de sopas irresistibles para probar este invierno. Ahora se encuentra en plena preparación del “Manual de aprovechamiento del arroz”, para enseñar a transformar las sobras y no desperdiciar nada. Todos se encuentran disponibles gratuitamente acá.

Una rutina como aliado

“Ser tu propio jefe tiene sus pros, pero si no sabés organizarte bien, también tiene muchas contras”, asegura Romi. Su día empieza bien temprano respondiendo mensajes y mails que, por la diferencia horaria, se suelen acumular. Después hay una fase de brainstorming, y ya empieza a cocinar y hacer fotos con la mejor luz de la casa. Más tarde, hace compras y se toma un tiempo para la redacción y la edición de las recetas, así como también suma contenido a la web, a los fascículos o a las historias de IG. 

El primer agradecimiento es para su hermana que fue quien la incentivó a no tenerle miedo a aquello que tanto le apasionaba. Después a su marido, que entiende que durante los fines de semana también se trabaja y respeta cuando la cocina se transforma en un laboratorio de prueba y error. Por supuesto, su nonna se lleva un gracias especial por haberle inculcado el amor por este mundo, y su mamá otro, porque aunque no le guste cocinar, hace todas las recetas de Romi por amor.