“No tenemos que hacerlo perfecto, sino hacerlo posible”. Esa frase resume la filosofía de vida y de entrenamiento de Cata Guimarey, una mujer de 33 años que decidió transformar sus propias frustraciones en una oportunidad para miles de mujeres.

Durante años, Cata intentaba arrancar el gimnasio todos los lunes. La rutina empezaba con entusiasmo, pero para el miércoles ya no podía sostenerla. Lo que encontraba online tampoco la convencía: rutinas impersonales en PDF, sin motivación, sin cercanía, sin la chispa de sentirse acompañada. “Volvía siempre al punto cero: empezaba y dejaba”, recuerda.
Fue en ese ciclo repetido donde surgió la idea: lo que faltaba no era sólo una guía de ejercicios, sino el acompañamiento de una comunidad y la motivación compartida. Así nació Befit, una plataforma de entrenamiento 100% enfocada en la mujer, donde Cata se mete de lleno en cada video, entrenando junto a las usuarias como si estuvieran lado a lado.
Para ella, entrenar dejó de ser solo una cuestión física. “Hoy entreno por cómo me siento después: para liberar endorfinas, para sentirme fuerte mentalmente. En ese momento de vulnerabilidad, cuando parece que el cuerpo no da más, aparece una fuerza interior que te demuestra que podés ir mucho más allá”.
Cata sostiene que los verdaderos resultados no se miden únicamente en lo visible, sino en la confianza, en la energía diaria y en la capacidad de trasladar esa disciplina a todos los ámbitos de la vida.
Su mensaje es claro: no se trata de esperar el momento perfecto ni de tener todo bajo control. Se trata de empezar, de dar el primer paso, aunque no sea impecable. “La manera ideal no existe. Lo que sea que te saque de donde estás hoy ya es un montón. No tenemos que hacerlo perfecto, sino hacerlo posible. Y eso, al final, es lo que nos lleva a algo mucho más real y verdadero”.
Con su historia, Cata nos recuerda que la constancia no nace de la perfección, sino de animarse a empezar. Su camino inspira a muchas mujeres a entrenar no solo el cuerpo, sino también la mente y el alma.

Gracias Cata por recordarnos que lo posible vale más que lo perfecto, y por inspirar a tantas mujeres a encontrar en Befit un espacio real, humano y motivador.