Educación en primera infancia y mirada global — San Isidro Delta School
En la primera infancia, todo es semilla. Una palabra nueva, un sonido desconocido, un juego compartido: cada experiencia deja una huella que moldea la forma en que los chicos miran, nombran y comprenden el mundo. Y dentro de ese universo de posibilidades, el aprendizaje de un segundo idioma ocupa un lugar privilegiado.
En conversación con Claudia Sole, directora bilingüe del Kinder del San Isidro Delta School, descubrimos cómo el bilingüismo temprano no solo amplía el vocabulario, sino que transforma profundamente la manera en que los niños piensan, resuelven problemas y se relacionan con los demás.

“La plasticidad neuronal que presentan los niños a edad temprana es campo fértil para el aprendizaje”, nos cuenta Claudia. Mientras habla, aparece con claridad ese concepto tantas veces mencionado en la educación: los primeros años son una ventana de oportunidades únicas. El cerebro está en plena expansión, multiplicando conexiones que sostendrán aprendizajes futuros.
Y es en ese instante donde el inglés se vuelve no una materia, sino una experiencia cotidiana.
En el Kinder, el bilingüismo no se enseña: se vive. Los chicos incorporan el idioma a través del juego, de las rutinas, de la exploración. Se vuelve parte de su manera de habitar el mundo. El inglés no es un contenido aislado, sino un puente que conecta curiosidad, creatividad y comunicación.
Claudia agrega algo clave: “El idioma crece con ellos. La alta exposición hace que se convierta en una herramienta facilitadora del aprendizaje, no solo de la lengua en sí, sino de todas las áreas”.


En las aulas se trabajan habilidades del siglo XXI , colaboración, pensamiento crítico, registro, solidaridad, que no solo ayudan a aprender una lengua, sino que construyen ciudadanía. “Aprendo sobre otras culturas, aprendo que hay un otro”, resume Claudia. Y en ese gesto se entiende la dimensión humana del bilingüismo: abre puertas hacia la empatía, la diversidad y la mirada global.
La evidencia aparece a diario, y muchas veces, con humor.
Familias que cuentan que en el supermercado los chicos nombran objetos en inglés sin darse cuenta; o esas frases espontáneas, “Nothing in the class”, que revelan que el idioma ya está incorporado, aun mientras siguen ajustando estructuras, igual que con su lengua materna. Cometen errores, reformulan, prueban. Y en esa dinámica natural está la verdadera adquisición del idioma.



A futuro, ser bilingüe será siempre una ventaja competitiva: en estudios, en viajes, en una entrevista laboral. Pero, como dice Claudia, “va más allá”. Hablar otra lengua es abrir una puerta al mundo y, a la vez, abrir una ventana hacia uno mismo.
Cuando se entiende que el aprendizaje comienza desde el juego y la curiosidad, el camino educativo se vuelve más auténtico, más profundo y, sobre todo, más feliz.
Desde Revista Tigris celebramos proyectos educativos que ponen a los chicos en el centro, que acompañan con respeto sus tiempos y potencian sus talentos.
Gracias a Claudia y al San Isidro Delta School por abrirnos sus puertas y compartir esta mirada tan enriquecedora.

Claudia Sole – Directora Bilingüe del Kindergarden de San Isidro Delta School
San Isidro Delta School | Italia 4046, Villa Nueva, Benavídez
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