Maschwitz nos sigue sorprendiendo – Un centro comercial y gastronómico afianza aún más el crecimiento de esta ciudad en opciones para salidas, entretenimiento, decoración y negocios.
Texto y Fotos: María Mullen
Atrás quedaron los años en los que Maschwitz era sinónimo de una ciudad remota en el Gran Buenos Aires, con una estación de tren, y una prominente presencia de quintas, calles de tierra con antiguos almacenes y aires de campo. Aquella precaria calle Mendoza, a metros de la colectora de la Ruta 9, ¿quién hubiera dicho que se convertiría en el símbolo de un polo decorativo, gastronómico y comercial, el más popular de la zona? Cada fin de semana, numerosos autos se encargan de ocupar todos los rincones aledaños para estacionar; turistas y vecinos se deslumbran paseando por sus comercios. Al ya conocido Mercado de Maschwitz, publicado en esta misma revista dos años atrás, hoy presentamos el Paseo Mendoza. Enmarcado en un entorno natural y con un predominio en el uso de la madera, la edificación de dos plantas del Paseo Mendoza transmite suma tranquilidad. El diseño integró en su fisonomía los árboles añosos que habitaban el terreno antes de la construcción; sus troncos, sombras e historia aportan un halo de magia y cobijo a la atmósfera, tanto de día como de noche. Sobre los techos de los locales centrales crece pasto bien verde, y los senderos curvos invitan a recorrer el lugar y a perderse por sus distintos espacios.
De la ciudad al campo
Recorriendo los distintos locales y vidrieras, descubrimos que Maschwitz genera un fenómeno comercial: muchas de las personas entrevistadas viajan a diario desde Capital para atender su negocio o emprendimiento allí. Entre ellas, Cecilia. Oriunda de Belgrano, en julio de 2014 abrió con su nuera y su consuegra el local Quasi Arte Deco, de objetos de decoración y regalos muy lindos, originales y variados, donde predomina el estilo rústico. Percheros con frases, cerámicas pintadas a mano, espejos rústicos, manteles, lámparas, almohadones… “Viajo todos los días desde Belgrano, sí. El Paseo es muy tranquilo y a la gente le gusta venir, ya nos conoce. Tenemos opciones de regalos desde cien pesos en adelante”, cuenta. Por ese mismo recorrido, la vidriera de la juguetería Caleidoscopio y sus productos de madera expuestos fuera del local atrapan la mirada de grandes y niños. Bonita tú eres, un nuevo negocio, ofrece tejidos, bolsos, jabones y almohadones, y trabaja con varias marcas.
Hacia el fondo, la vidriera de Pla!, instalado allí hace cuatro años, es digna de detenerse. Algunos turistas pasan un largo rato sacando fotos y observando las curiosidades en diseño que produce esta compañía; cuadernos y relojes hechos con viejos discos de vinilo, mates, fundas de tablets, gallinas de género para guardar las bolsas de la cocina, percheros con superhéroes… son algunos de los tantos productos.
Platos clásicos y cerveza artesanal
Entre las opciones para almorzar o cenar se encuentra Trebola: un restaurante, una cafetería y un bar ambientado con aire a tiempos pasados. Autos antiguos en miniatura, viejos avisos de bebidas en las paredes, botellas de colección. Con mesas adentro y afuera, lo más pedido son los burritos de pollo con ensalada y el salmón sobre papas, champiñones, cebollas y hojas verdes. A metros de allí, El Chiringuito ofrece hamburguesas, pizzas, cerveza artesanal, cocktails y licuados naturales. Para tener en cuenta: casi ninguno de ellos acepta tarjeta de crédito, por lo cual conviene llevar efectivo. Por el paseo tampoco se pueden dejar de visitar el espacio de la artista Inés Repetto y sus obras. Sobre las paredes de su local, un mural de su autoría llama la atención de las miradas que se acercan desde la calle.
Una heladería, una casa de tatuajes, un vivero, más casas de ropa y accesorios, un rincón de alimentos orgánicos… y la lista continúa. Vale la pena alejarse de la rutina, acercarse a Paseo Mendoza y sus alrededores a disfrutar de su tranquilidad y variedad de entretenimientos.
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Más información:
Mendoza 1578, Ingeniero Maschwitz
FB paseo mendoza