Texto: María Laura Vidal Bazterrica – @itasflowers

El otoño ha llegado para deslumbrarnos con sus cálidos colores. Las hojas de los árboles y arbustos se van cayendo para vestir las calles, el césped y hasta los pisos de balcones y terrazas, dejándonos un espectáculo escenográfico único en esta época del año. 

¿Por qué cada otoño vemos este colorido fenómeno?

La naturaleza es sabia, generosa y buena compañera pero, sobre todas las cosas, es lógica. Trabaja en lograr y mantener una biodiversidad y un equilibrio entre todos sus elementos del mundo animal y vegetal. Hoy observaremos un ejemplo con los árboles otoñales.

Los árboles cuyas hojas se caen en esta época se llaman caducos. Cumplen un ciclo fisiológico en otoño, cuando sus hojas cambian de color antes de  desprenderse de las ramas y caer. En este proceso fisiológico llamado senescencia se redistribuyen los nutrientes que están en las hojas en el tronco, las raíces, las semillas y las ramas para que en la primavera puedan brotar sanamente. 

Cuando la temperatura comienza a bajar, los días se acortan y la potencia del sol disminuye este fenómeno y afecta al pigmento llamado clorofila. Su producción disminuye en árboles y arbustos, trepadoras y herbáceas, y en todo ser vivo vegetal. Con la desaparición de la clorofila, toman protagonismo los colores amarillos, rojos, ocres y naranjas que están siempre en los follajes, pero que no vemos tan fácilmente porque son tapados por el color de la  clorofila. 

Cuando las hojas dejan de recibir nutrientes, se desprenden de las ramas y con el viento van cayendo al suelo. No caen solas, vienen cargadas de gotas de agua, insectos y microorganismos que no llegamos a ver, pero que son muy importantes para que siga trabajando su descomposición ecológica.   

¿Vieron que cuando llegamos a un bosque el olor a tierra fresca invade nuestro olfato? Es el compost natural, ese colchón de hojas que está en permanente descomposición. La naturaleza se protege a sí misma, se ocupa de sobrevivir año tras año, reutilizando sus nutrientes, sus azúcares y minerales. Por eso, debemos estar alerta. Al podar las ramas de un árbol o arbusto con hojas, le estaremos quitando sus nutrientes si no estamos en la época adecuada. Es importante esperar a que termine este fenómeno de senescencia para habilitar la poda y no eliminar el reservorio de nutrientes para la primavera.

Una vez que el árbol o arbusto caduco esté desnudo de follaje comenzaremos la poda. Trabajar cuidando nuestra arboleda pública y privada es responsabilidad de todos. 

Potenciar los colores otoñales en el diseño del jardín

Los Fresnos, Álamos, Sauces Tulipaneros, Tilos, Paraísos son las primeras especies arbóreas en tomar el color amarillo en sus hojas apenas llega el otoño. Continúan, en este sentido, aquellos que tornan sus hojas rojas como los Acer, Robles, Liquidámbar, Rhus, Prunus, Cercis, Cornus, Haya, Castaño. También especies como la Lagerstroemias, Ginkgo y Taxodium toman colores amarillos, rojos, naranjas y ocres, en ese orden. 

Cuando diseñamos un foco ornamental otoñal es bueno trabajar siempre con especies perennes por detrás para que el verde potencia los colores otoñales. Ejemplo: Araucarias, Libocedrus, Cipreses, Tuyas, Abetos, Pinos, Cedros, Ficus, Brachychiton, Casuarinas.

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