Texto y fotos: Rosario Lanusse – @rochilanu
Toia Lecumberri es @toienlacocina en Instagram. Su cuenta es de cocina por supuesto, con recetas fáciles y ATP. En su feed se presenta como esposa, madre y ama de casa. Dice de sí que es “cocinera amateur” y “bloguera inexperta”. Y que su objetivo es compartir sus trucos y sus secretos para que todos sobrevivamos en la cocina.
“Mi propuesta es que cocinemos con lo que tenemos en casa, lo de siempre, lo de ayer y lo de hoy, sin tener que salir corriendo a comprar ingredientes que no sabemos ni que existían”.
Con esa introducción comenzamos nuestra jornada de fotos y algunos videos, un día entretenido y de lo más agradable. Entre toma y toma, Toia nos fue contando un poco de sí misma. Dijo que cuando se casó no cocinaba ni un huevo duro, que estudió dos carreras, pero que la decisión de formar una familia postergó el título. Que gracias a su suegra, que es una gran “hacedora” de conservas, y sobre todo al nacimiento de su hija Fati y la búsqueda permanente de “muchos nutrientes en una cuchara”, se encontró de golpe en el camino de la cocina, que hoy tanto disfruta y al que llegó para quedarse.
“Empecé haciendo conservas, morrones agridulces, cebollas caramelizadas en vino, chimichurri y mermeladas. Después sumé licores, lemoncello, naranchello”, nos cuenta divertida. Y aclara que hoy ya no vende, que su rumbo se re direccionó hacia el lado de la pastelería y que todo lo salado que sabe cocinar se lo enseñó su marido, gran cocinero y el mejor profesor (palabras textuales). Toia es una completa autodidacta, una que aprendió lo que sabe viendo videos y tutoriales, y anotando como sobresaliente alumna de escuela.
Sus primeros pasos en las redes los dio en FB, IG vino después. “De tanto ver videos me animé con un budín de limón”, suelta divertida (y agrega que lo cocinó varias veces en diversas versiones, hasta que se animó a otra cosa). Su gran mentora es Ana Olson, una reconocida cocinera canadiense, de quien se confiesa admiradora y seguidora fiel.
De esta historia la parte más linda es la que tiene que ver con su vida personal y su rol de madre. Fati tiene ocho años y algunas necesidades especiales. De los mil desafíos que tuvieron que enfrentar junto a su marido, el enseñarle a comer y que se alimentara sin necesidad de intervención médica fue uno de los retos más fuertes. “Comía mal, poco y nada, y siempre estábamos a un paso del botón gástrico”, confiesa. Así que, con paciencia y una cuota gigante de perseverancia, más la contundencia de ese amor que sentimos las madres por los hijos, Toia se propuso aprender a cocinar y a combinar ingredientes. A lograr no sólo que Fati comiera y que se interesara por la comida, sino que además que los pocos bocados que ella diera tuvieran una gran concentración de ingredientes nutritivos. Y lo logró, y con creces, y aprendió un sinfín de trucos. “Hoy Fati es mi principal catadora. Le encanta cocinar con la batidora y le encanta comer”, se ríe.
La cuenta de Toia es una cuenta amigable, sencilla y de esas que siempre nos proveen información útil y practicable. Sus seguidores la alientan, son fieles, cocinan sus recetas y las muestran. En toda esta historia, tanto IG como su blog son para Toia una gran herramienta para compartir lo que sabe (que es mucho).
Detrás de la pantalla nos topamos con una persona agradecida y feliz, que considera a su hija como el gran amor de su vida y la mejor bendición. “Fati es como tener un santo en casa. Celebramos cada logro como si fuera una gran fiesta, hasta cuando hace una macana”, remata.
Y así, entre foto y foto, pudimos catar unos “fudge” de chocolate, unos deliciosos panqueques y una tarta de verduras. Color, sabor y muchas risas. ¡Pasen por @toienlacocina y disfruten un poco ustedes también!
Cocinó para nosotros y nos dejó las recetas de un fudge de chocolate, panqueques y una veggie rose tart.