Alalma recibió ese nombre justamente porque yo iba a buscar mi alma”, nos contó Mariana Hogg cuando le preguntamos el por qué de esta marca de significado mayúsculo. Mariana es paisajista y durante muchos años se dedicó a reciclar elementos para usarlos como muebles en los jardines. “Era como estar permanentemente buscando el alma de las cosas”. Y dice que cuando desembarcó en este lugar lo hizo anhelando calma. Combinando sus búsquedas, de calma y almas, llegó a “Alalma”. Y quedó, y gustó y enamoró. Y así nació esta tienda, esta huerta, este jardín, este mágico lugar de encuentro, el de los atardeceres más bellos y el de los cielos más maravillosos.

Venir a desayunar entre los pastos y debajo de las pérgolas, o hacerlo a la hora del té es como haber viajado al extranjero, pero sin aviones de por medio. Aquí la naturaleza explota, envuelve, hipnotiza. Aquí cada cosa fue elegida, pensada, y expuesta con amor. La curaduría es única y todo lo que ves está a la venta. Queda en Nordelta, muy cerquita de todo, pero lejos del ruido de la ciudad. ¿Lo conocen?

Tranformar y reciclar

Alalma es una tienda de jardín, de productos creados y curados para personas que se dejan llevar por la magia de un diseño diferente y sofisticado. Recorrer sus diferentes espacios y perderse entre sus pasillos supone olvidarse de lo diario, y llenarse de una energía diferente y renovadora. Alalma es un espacio creativo, donde abundan los elementos reciclados como la madera y los metales. Único y especial.


“En Alalma recuperamos el material dañado por  el hombre. Aquellos metales como el hierro utilizados en pozos de petróleo o maderas taladas de bosques naturales cortados hace más de cien años. Todo es recuperado y transformado en muebles y en objetos de diseño”.

Huerta, café y tienda

Más allá de tienda de jardín, Alalma  —ubicada dentro de Nordelta— es también casa de diseño y decó, casa de té, huerta y vivero. Es, sobre todo, lugar de encuentro y una propuesta con actividades, talleres y workshops en un entorno diferente a cualquier otro, rodeado de elementos naturales y con un cuidado especial por los detalles.

En el lugar, tres containers y una carpa de invierno hacen al mismo tiempo de refugio y de tienda (allí están los baños y la cocina). Sus exteriores se amalgaman con los alrededores a través de murales pintados con la fauna y la flora del lugar.

Aquí todo se puede sentir, oler, probar, oír. Los materiales artesanales reflejan la vuelta a lo natural, con una mirada “trendy” y varias pistas de referentes del paisajismo y del diseño. Este un espacio de relax, inmerso en la naturaleza más pura. Un lugar al que llegás, y ya no querés irte. Y una vez que partís, te llevás productos frescos cosechados en el día, semillas, plantines y objetos de decoración “hand made”, delicados y únicos.

La huerta

En Alalma hay 3400 m2 para recorrer, con una huerta de 1500 m2. Uno llega y puede elegir la cosecha del día. Una experiencia que te transporta y que te deja con una sensación de paz que se prolonga durante varios días.



Workshops

Aquí se dictan talleres de todo tipo. En las vacaciones de invierno hay uno de huertas para chicos.

Todo el que viene, vuelve. Vuelve porque es diferente. Porque su entorno natural lo hace único, lo envuelve. Lo abraza. Alalma es mágico, y la impronta de Mariana se ve en todos los detalles. Si nunca se sintieron aturdidos por el canto de los pájaros, quizás esta sea la primera oportunidad para experimentar esa sensación.

Horarios

Miércoles, jueves y viernes: de 10 a 18 / Sábados y domingos: de 9 a 18

No es necesario vivir en Nordelta, el ingreso es libre. Sólo necesitarás decir que vas a Alalma.

IG: @alalma.demarianahogg