Texto: María Laura Vidal Bazterrica – @itasflowers

No hace falta esperar al 21 de septiembre para festejar la llegada de la estación más florida del año. Contamos con los azahares de los cítricos y las flores de los arboles llamados Prunus.

Los perfumados cítricos

Pertenecen a la familia de las rutáceas y son del género citrus como mandarinas, pomelos, naranjas, limones y quinotos. Los cítricos son pequeños árboles de fácil cultivo. En el jardín se plantan en macetas, y también en balcones y terrazas.

Tienen hojas perennes con flores llamadas azahares muy perfumadas en primavera. Crecen mejor en suelos ácidos, ya que tienen un ph de 5.5 a 6.5. Necesitan suelo arenoso y muy bien drenado.

¿Cómo plantarlos según el suelo?

  • Para plantar en macetas, hay que colocar una mezcla de tierra abonada con humus de lombriz, pinocha y turba. Colocar en el fondo leca y piedra pómez luego de haber hecho el orificio de salida para mantener la tierra bien drenada y la planta bien aireada. Agregar al sustrato una cucharada de quelato de hierro para aumentar su acidez. Una vez pasado el tiempo, el sustrato sufrirá una compactación y se le deberá agregar más humus y tierra abonada con sulfato de hierro diluido en agua (250 g en un balde de 10 litros).
  • Para plantar en suelo directo, hacerlo en un suelo elevado, ya que a sus raíces no les gusta el encharcamiento cuando es de relleno. Hacer un pozo de un metro por un metro, descartar la tierra y agregar tierra nueva. La tierra deberá abonarse con humus y pinocha mezclando un puñado de sulfato de hierro. Regar enseguida. Es importante respetar la distancia de plantación cada tres o cinco metros entre ellos y tutorarlos con estaca o zuncho. Esto hará que la planta soporte mejor los vientos y las tormentas durante los tres primeros años.

Clima

Les gusta el calor y la humedad, pero sufren las heladas, por eso es preferible plantarlos en primavera.

Consejos para evitar daños de las heladas:

  • cubrirlos con tela antiheladas en mayo
  • pulverizar con líquido protector de helada
  • no podarlos hasta avanzada la primavera
  • regar bien las hoyas a la noche antes de posibles fuertes helada
  • plantar una barrera contra el viento y las heladas de árboles o arbustos

Cuidados

Si bien son árboles de bajo mantenimiento, podemos mejorar y mantener su fructificación. Las palanganas deberán estar limpias de yuyos y ser anchas para que no sufran cortes por la bordeadora. Debemos 0065liminar los chipones y colocar chips o pinocha en la base para mantener la humedad del suelo. La reproducción puede realizarse por semilla o injerto de gajo.

Poda

El primer año hay que podar las ramas a un tercio. Luego se podará después de su fructificación.

Enfermedades

Fumagina: es un hongo que aparece en la cara superior de la hoja y se manifiesta como una capa fina de color negro. Combatir con fungicidas y pulverizar las partes afectadas con agua y detergente.

Cancrosis bacteriana: en los frutos y hojas aparecen manchas de color marrón con relieve. Combatir con sulfato de cobre.

Mosca blanca: se ubica en el revés de la hoja, chupando la savia. Combatir con dimetoato repitiendo la segunda aplicación dentro de las 48 hs.

Gusano minador: es común ver los brotes deformados y las hojas surcadas por pequeños gusanitos. Combatir con confidor o mamaboreta.

Pulgones: se esparcen en las brotaciones de hoja y de flor. Combatir con permetrina o confidor.

Cochinilla: chupadores que penetran por el tronco deformando la planta y el fruto. Combatir con dimetoato.

Los cítricos son especies vegetales ideales para trabajar en diseños de jardines mediterráneos, coloniales y modernos. Además de su perfume primaveral, dan en invierno un toque de distinción con sus frutos, que no sólo aportan belleza, sino también vitaminas para nuestra alimentación y la de nuestros niños.

Los maravillosos árboles Prunus           

La primavera está por llegar… Los Prunus son los primeros en florecer a fines de julio y de agosto. Los almendros junto con los damascos son los primeros frutales en explotar con sus elegantes y coloridas flores y formas.

  • Duraznos, ciruelos y cerezos. Le siguen con su paleta pastel y hacen de esta estación invernal, una más cálida y energizaste. Transmiten vida, alegría y romanticismo. Ya sean aisladas, como un foco importante por ejemplo frente a un ventanal, o en grupo. Como monte componiendo una masa floral a los lejos, son las especies que anuncian de esta manera tan audaz que la primavera está en puertas.
  • El almendro (prunus dulcis) florece temprano en pleno invierno. De fruto comestible, su corteza es gris y el follaje verde. Llega a medir diez metros de altura, con flor blanca, y sólo necesita suelos profundos, clima seco y soportan las sequías.
  • El damasco (prunus armeniaca) junto con el almendro, florece al final del invierno. Mide hasta seis metros y tiene una copa esférica con tronco robusto. Se utiliza mucho como árbol para sombra. Requiere suelo suelto, rico y profundo. Necesita vivir el invierno y el verano. Bien definido. Sufre heladas fuertes.
  • El prunus pissadi (prunus cerasifera atropurpuria) es ornamental. De copa redonda, llega a los ocho metros de altura, con follaje bordó. Esta especie se utiliza mucho en los diseños de todos los espacios verdes, sin importan su tamaño.
  • El durazno (prunus pérsica) fue uno de los primeros frutales traídos por los conquistadores para asegurarse la alimentación y la madera. Necesita el frío sin heladas fueres y la calidez del verano. Suelos bien drenados con fertilización equilibrada de nitrógeno, fósforo y potasio.
  • La ciruela (prunus doméstica o europea) tolera el clima más frío. Su altura ronda los cinco metros. Vive hasta 25 años.
  • El prunus salicina es conocido como ciruelo japonés y se desarrolla muy bien en Buenos Aires en suelos pesados con calores estivales.
  • El prunus serrulata es ideal como planta ornamental, ya que cuenta con diferentes formas de copa (péndula, redonda y achaparrada). Recomendado para diseños paisajísticos. Las flores dobles duran más tiempos en la planta y necesita suelos sueltos. Su altura varía desde 1.50m hasta 10m. De mantenimiento sencillo, casi no requiere poda. Sólo se la recomienda para mantener la armonía de su silueta. De ser así, se podarán las ramas que cruzan hasta un tercio de su longitud, fertilizar luego la flor y el fruto. Debajo de su copa, cultivar bulbosas de floración primaveral que recibirán todo el calor del sol en invierno y luego en pleno verano cuando entran en reposo.

La frecuencia de floración es escalonada, comienza con los almendros y damascos, seguidos del cerezo japonés, del europeo, de los duraznos y las peras y al final los manzanos.