Por María Ducós

Inspirada en la naturaleza, después de abandonar el caos de la gran ciudad y de empezar una vida nueva en San Luis, llegó el momento de volcar su creatividad en un proyecto propio con el diseño de textiles como bandera y la sustentabilidad como norma. @casapepadeco es colores pasteles, géneros de puro algodón y buen gusto.

“¿Y si reactivamos Casa Pepa?” Ese fue el inicio del despegue de lo que había sido un emprendimiento de decoración sustentable. Había nacido en 2014 en Buenos Aires, pero por una reforma en su hogar, Daniela debió posponer. Ahora, ya instalada en Villa de Merlo, San Luis, fue su marido quien formuló la pregunta correcta en el momento adecuado. Y ese proyecto que había quedado en stand by por circunstancias externas, pero que tenía mucho potencial hacia adelante, vio nuevamente la luz.

Ahora con más tiempo y con la inspiración que decanta después de haber encontrado el lugar ideal para vivir, Daniela puso en marcha @casapepadeco, una cuenta con la naturaleza como soplo creativo. “Nos mudamos acá por la tranquilidad y el entorno agreste y natural; y eso es lo que quise reflejar en esta nueva etapa”.

Un proyecto familiar

Daniela está detrás de la compra de materiales, el diseño de nuevos productos, el corte antes de enviar al taller, el contacto con proveedores y el manejo y seguimiento de un negocio, con todo lo que eso implica. Bien variadas sus funciones, su rutina es siempre nueva y dinámica en este emprendimiento familiar en el que está involucrado su marido, con la venta mayorista, y su hija, con la fotografía. 

Pero lanzar Casa Pepa no fue una decisión improvisada. Mientras Daniela era madre full time, en sus ratos libres siempre estaba haciendo cursos y talleres. Desde encuadernación, cerámica, dibujo, pintura, diseño de interiores, diseño de parques y jardines, entre otros, esta emprendedora no perdió el tiempo y ya se estaba preparando para lo que vendría después. 

Con el foco en el cliente

“Pensar en las necesidades de nuestro público es el primer paso”, nos confía Daniela. En base a eso, se diseñan diferentes productos y se arma la ficha técnica de cada uno para entregarlos a los talleres. Una vez confeccionada cada pieza, un único taller se encarga de coser las etiquetas de Casa Pepa. Con este último paso solucionado, se procede al empaquetado y se prepara el envío.

Tejidos naturales y tusores de puro algodón clásicos y atemporales, respirables, hipoalergénicos y amigables con el medio ambiente son las materias primas de los productos de ropa de cama como fundas nórdicas, sábanas, mantas y pie de cama, almohadones y acolchados. 

Mil roles en un proyecto hecho a pulmón

Cuando se empieza a emprender, sobran las tareas y falta el tiempo. Trabajar en lo administrativo, cerrar ventas, contestar mails, diseñar flyers, nada escapa si se quiere crecer en ese negocio propio. Y aunque la tentación de trabajar sin pausa se presenta muchas veces, lo más sabio es saber equilibrar y, por lo menos como intenta hacer Daniela, reservarse los fines de semana para el descanso y la familia.

En cuanto a la repercusión, todos son halagos de parte de su público. Lo que más se elogia es la calidad de los géneros y a Daniela se le dibuja una sonrisa si solicitan su asesoramiento porque ahí, el servicio es completo y la satisfacción sin igual. 

Agradecer, siempre

Si hay alguien a quien quiere agradecer Daniela en esta historia es a su marido, que le dio ese empujoncito para volver al ruedo. También a sus hijos, quienes la escuchan hablar del proyecto todo el día; y a su mamá, quien sembró el amor por el arte y la decoración y que siempre la incentivó a ser emprendedora. 

Rina Di Maggio de @alo_rina merece otro aplauso por su gran aporte a la organización, la división de tareas y el relanzamiento de marca. Mejorar cada día sin prisa y sin pausa es el gran propósito para esta nueva etapa.