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Cada año son más los argentinos que se animan a romper el molde y jugarse por un proyecto propio. El año 2017 promete ser más estable en materia económica y se presenta como una oportunidad para dar el salto.

Texto: Mónica Fernández – Ilustración: Lu Paul

 

Enero, con su agenda en blanco, invita a pensar, a planificar, a trazar metas. Es un buen momento para ir atreviéndose a concretar proyectos más grandes o más pequeños. Con más tiempo para uno mismo, el gen o “bichito” emprendedor que muchos llevan dentro se despierta. Surgen ideas nuevas o toman forma las que vienen dando vueltas en la cabeza. ¿Será hora de ir animándose?

2017 será, seguramente, un año más positivo desde el punto de vista económico. Muchas variables como la inflación y el tipo de cambio están más controladas, y se prevé que el PBI vuelva a terreno positivo, con el consecuente efecto derrame sobre el consumo, el crédito y otras variables. Bajo ese escenario, habrá muchas oportunidades para emprendedores con ideas originales, competitivas y bien desarrolladas.

“Es importante destacar que en un contexto como el argentino, la actividad emprendedora puede ser la gran igualadora de oportunidades y movilizadora social”, apunta de entrada Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship del IAE Business School. Las motivaciones para emprender pueden ir desde deseos de trabajar en forma independiente, hasta jugarse por una idea de servicio o producto que consideran de alto valor agregado (a los que se denomina emprendedores de alto impacto) y, en algunos casos, emprender como único recurso ante la falta de empleo. Ya sea movidos por una o por otra causa, lo cierto es que en la Argentina, la cantidad de emprendedores va en aumento.

Regla de oro
La regla básica: emprender con éxito requiere una inversión muy importante de tiempo y dedicación. No basta con invertir dinero. Hay que estar atentos a todos los aspectos que encierra un negocio, desde la producción hasta el pago de impuestos y las acciones de marketing o publicidad. Debe tener un plan de negocios, que es algo así como la piedra angular u hoja de ruta de cualquier proyecto.

Financiar la idea
Encontrar los recursos para poner en marcha un emprendimiento es el primer paso y uno de los puntos clave. Por más innovadora que sea la idea, sin un empujón financiero es imposible llevarla a cabo. Saber administrarlos y pedir asesoramiento para hacer un adecuado plan de negocios es el segundo. Desestimar la importancia de este segundo paso puede ser la diferencia entre sobrevivir o naufragar.

“Los emprendimientos acceden a distintos tipos de financiamiento a medida que van creciendo y validando sus modelos de negocio. Inicialmente, se financian con capital propio de los fundadores y con dinero de familiares y amigos”, explicó Carolina Dams, decana de la Facultad de Ciencias Empresariales de la Universidad Austral en un artículo que escribió para la agencia de noticias Télam.

“Las barreras existen y los obstáculos son reales”, apunta un trabajo recientemente publicado por Endeavor Argentina. “Probablemente el acceso al financiamiento inteligente y a redes de contactos de alta calidad sea uno de los temas clave”, puntualiza.

Superada esa primera etapa, en la que el emprendimiento se pudo poner en marcha con lo propio, para hacerlo crecer y llegar a convertirse en lo que los especialistas denominan “emprendimientos de alto impacto”, es necesario encontrar un socio que aporte capital, o tomar un crédito bancario o valerse de algunas de las líneas que gobiernos y organismos multilaterales tienen desarrolladas para este fin. De otro modo, es probable que los logros del comienzo se desvanezcan por falta de dinero fresco para seguir armando la estructura.

Programas para emprendedores
Acá, una pequeña guía de entidades públicas y privadas que tienen programas especiales para emprendedores, sea de asesoramiento o de financiamiento.

· Endeavor Argentina: tiene sedes en distintos puntos del país y en cada oficina se trabaja con los emprendedores de la región, acompañándolos en su crecimiento hasta convertirse en emprendedores de alto impacto.

· Incubadoras de proyectos y capital semilla como IncuBAte, un programa lanzado a fines de 2016, impulsado por la Dirección General de Emprendedores del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires (GCBA), financian proyectos en sus comienzos a cambio de una pequeña participación en el negocio porque creen en su potencial. El monto de capital semilla por cada empresa incubada es de $150.000.

· El Gobierno Nacional también tiene propuestas: la Dirección Nacional de Capital Emprendedor del Ministerio de Producción lanzó en junio el primer programa Fondo de Fondos y Aceleradoras de la Argentina. El programa ofrece instrumentos de co-inversión para financiar y desarrollar empresas nacionales de alto impacto. La propuesta plantea asistencia financiera por un monto mínimo de $50.000 y un máximo de $150.000, además de asistencia técnica.

· Buenos Negocios es una comunidad pensada para dueños de pymes y emprendedores creada por el Banco Galicia con el objetivo de dar soporte al desarrollo de habilidades empresariales y generar oportunidades de negocios. Da cursos y charlas en distintas ciudades.

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