Por María Ducos

Toda decisión habla de quiénes somos. Lola, siempre inquieta y en continuo desafío profesional, supo parar la pelota al ser madre y replantearse qué quería para su vida. La respuesta estaba en revitalizar su antigua pero siempre vigente pasión: la moda.

Nos alegra pensar que en muchas de estas historias es la maternidad el impulso para animarse a emprender. Laura, o Lola desde que su padre así la apodó, siempre tuvo un ojo especial para encontrar en la ropa el equilibrio perfecto de buen gusto sin descuidar los clásicos y la versión canchera y versátil que todas necesitamos. Por eso, hace muchísimos años que selecciona prendas de distintos diseñadores y talleres de confianza para ofrecer a una clientela fiel y comprometida. Pero esta que es su pasión no fue en todo momento su prioridad, hasta que llegó Delfina…

Su paso por multinacionales y después por el mundo inmobiliario forjaron en ella un espíritu de superación constante. Pero el quiebre fue cuando nació su hija Delfi. Ya con su vida anclada en Nordelta, combinar una beba con viajes diarios a Puerto Madero no era una opción. Y fue acá cuando su emprendimiento de ropa tomó vuelo propio para ya asentarse en el rubro que siempre la sedujo.

Animarse es el primer paso

Con la colaboración y el apoyo de su mamá, y la mirada de su hija, se animó a armar un showroom en su casa. Por fin, @elbauldelolaennordelta vino a confirmar que no hay nada más gratificante que trabajar de aquello que nos apasiona. Estar en la búsqueda constante de nuevas propuestas que van con su estilo y con la tendencia de cada temporada es un fino trabajo de curaduría indumentaria que extrañó mucho y ahora retomaba.

El foco de sus prendas está puesto en mujeres cancheras, dinámicas y divertidas; mujeres que aman la ropa, y también aquellas que no saben qué ponerse; mujeres que hacen de los básicos piezas únicas con un toque distintivo. Y si hay algo que Lola ama es asesorar a sus clientas en cómo combinar las prendas según los distintos estilos. Porque cada pieza se resignifica con la personalidad y el look de quien la porta.



Sus colecciones resaltan al contar con prendas elegantes y distinguidas. A los géneros net, básicos y lisos se suman en cada nueva estación algunos pocos estampados bien seleccionados que reavivan los conjuntos. En verano el lino, el algodón pima, el algodón flame y las telas imprescindibles de la temporada, como el símil cuero, el paño, la seda y el jean, toman protagonismo. 

Un sueño que se alimenta día a día

Con una rutina por demás ajustada, Lola tiene el tiempo milimétricamente contado para llegar con todo lo que se propone. Mientras prepara el desayuno y la launchera de su hija, chequea mails, Instagram, venta online y aprovecha a publicar posteo e historias. En general, los lunes los dedica a visitar talleres, ya que de martes a sábado abre el showroom en Nordelta.

“Creo haber cumplido uno de mis sueños: tener un showroom fuera de mi casa para ofrecer un espacio más accesible, más cómodo y con mucha más variedad”, relata Lola. Además de su oferta de indumentaria, sumó calzado, bijou y hasta deco que deja entrever sus ganas de crecer.

Otro gran sueño cumplido fue abrir su tienda online, la que lanzó en plena pandemia. Y si de seguir apostando se trata, Lola está por empezar la carrera de Asesora de Imagen para profundizar y profesionalizar lo que viene haciendo ya hace tanto tiempo. 

Muchas de sus fieles clientas la conocen desde hace años y Lola les está agradecidísima por su confianza. Pero si hay alguien a quien le debe el agradecimiento más grande es a su hija, gran compañera que estuvo junto a su mamá en ferias con horarios locos. También su mamá fue una de esas incondicionales desde el minuto cero, al igual que sus hermanas que, con su aporte de estilos, la orientaron desde el principio.

Para terminar, el abrazo más grande se lo lleva su papá, creador de su apodo y el que le dio sentido a su marca. “Siempre pero siempre me apoyó, me acompañó y confió en mí. ¡Gracias!”, concluye Lola.

Pueden visitar su tienda online acá.