Aunque hoy nos resulte tan común obtener cualquier color desde un pomo, una paleta de acuarelas o lápices, los primeros pigmentos fueron obtenidos por casualidad de la naturaleza; de raíces, de diferentes suelos, rocas y hasta animales. 

Los cavernícolas pintaban bisontes en las cuevas con tonos amarronados obtenidos a partir de la mezcla de tierra con minerales. El blanco se obtenía de las piedras calizas y el negro del carbón. Caminaban hasta 40 kilómetros para conseguir los colores para sus paredes.

Hasta la llegada  de los colores sintéticos, los pigmentos se conseguían machacando insectos, plantas, líquenes, que luego mezclaban con diferentes líquidos como agua, resinas, aceites y hasta yema de huevo. 

Tuvieron que pasar siglos hasta que los artistas consiguieran conservar los colores originales eternamente. Fue a prueba y error. En ese proceso ciertos productos tóxicos han dejado en el camino a varios artistas.


El origen de los colores

Blanco: En el año 2300 a.C. el blanco se preparaba de una manera muy particular. Se suspendían platos de plomo sobre vapor de vinagre y cuando estos alcanzaban una alta temperatura, se los sumergía en estiércol por dos meses. Luego, del raspado de esos platos, nacía el pigmento blanco.

Marrón: Como ya mencionamos, con el marrón se decoraban las cavernas; podemos decir entonces que este es el pigmento más antiguo. Siempre se obtuvo de la tierra. De acuerdo al grado de hidratación o calcinación se obtenían los diferentes tonos: desde el ocre hasta el marrón rojizo y el marrón más oscuro –casi negro–.

Rojo: El rojo se consiguió de diversas fuentes, una de ellas, la tierra colorada. En la época del imperio romano y de la antigua China, el rojo se tomaba de un mineral con alta proporción de mercurio llamado cinabrio.

Rosa: Es un pigmento que se originó con el tinte de un caracol. ¡Leíste bien! Otro dato curioso: hasta 1930 los bebés varones utilizaban prendas color rosa, mientras que las mujeres vestían de celeste. No hay indicios de por qué más tarde esta costumbre se invirtió drásticamente.

El lila y el violeta también fueron extraídos del mar. Nacieron a partir de un caracol que, cuando se lo hervía, emanaba un tinte violeta que teñía todo lo que tocaba.

Naranja: Un trisulfuro de arsénico venenoso fue mezclado con el óxido de plomo, lo que le dio origen a los primeros pigmentos anaranjados.

Amarillo: Es, junto con el marrón, uno de los pigmentos más antiguos, obtenido de la flor del azafrán, una flor lila que aparece cada otoño, y cuyo estambre rojizo proporciona este color intenso.

Verde: Aunque sea un color tan presente en la naturaleza, su pigmento no fue extraído de las plantas, sino del vidrio de las botellas. Los griegos descubrieron que al sumergir trozos de cobre en vinagre dentro de botellas con estiércol, obtenían un bello tono de verde.

Azul: El primer pigmento azul proviene de una planta específica que se fermenta con vinagre y clara de huevo, u orina con alcohol. Su “receta” se mantuvo en secreto durante muchos años por ser el color más difícil de alcanzar. Se dice que Julio Cesar robó la fórmula y la llevó a Roma.

Negro: Los hindúes inventaron la tinta china a partir del hollín de los pinos, mientras que los griegos consiguieron este pigmento quemando la leña de la vid.
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Fuente: La ciencia del color. Von Rebeur. Editores siglo veintiuno.
Fotos: @magglennon
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María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers

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