¿Quién dijo que los colores del jardín se reservan sólo para la primavera? Ya vimos cómo llenar nuestro verde de colores otoñales. El próximo paso es decorar nuestro jardín también en invierno. Follajes, flores y frutos para combinar y darle vida al frío.

Texto: María Laura Vidal Bazterrica – Foto: Pachu Tüfró

El invierno también tiene su encanto pleno de aromas y transformaciones propias. El mundo vegetal configura las líneas verticales del jardín, tapa visuales, funciona como cortina contra el viento y oculta vistas feas. Y existen flores y frutos propios de esta estación, especies que presentan muy pocos problemas y que, una vez plantados en el lugar correcto, necesitan poco mantenimiento (sólo hay que fertilizarlos dos veces al año).

FOLLAJES

> Dodonea, leptospermum y Cotinus: sus hojas se tiñen de bordó con el frío y luego en primavera vuelven al verde.

> Aucuba Japónica Variegada: es un arbusto de media sombra con follaje disciplinado. Da frutos rojos en invierno.

> Abelias: sus flores fructifican en invierno en sus ramas terminales, formando una masa rojiza.

FLORES

> Laurentinos: florecen con el frío. Su follaje es verde oscuro y, junto con el ramillete blanco, hacen de este arbusto una especie que encontramos en casi todos los jardines.

> Forsithia: sus flores amarillas salen antes que las hojas a fines del invierno y provocan una fuerte explosión floral.

> Camelia: con toda su paleta de colores, es un arbusto con mucha historia y romance por lo que es casi indispensable plantarla en macetas o en el suelo.

> Myrtus: produce flores blancas en julio y agosto con hojas que, al estrangularlas, emanan un perfume seguido de bayas azules.

> Phlomis: dan abundante floración amarilla sobre ramas de color grisáceo en pleno invierno. Son ideales para un cantero colocado al sol, y quedan muy bien combinadas con lavandas.

> Clivias: dan flores naranjas en invierno con follaje verde oscuro. Se desarrolla muy bien junto al aloe vera. Y al igual que la Knifokia y la Chaenomeles, florecen a fines del invierno, cubren grandes extensiones y aportan color.

> Solidago: es una herbácea nativa que crece sin nuestra atención y florece en un amarillo oro silvestre. Es ideal pra sectores amplios y desestructurados.

> Frantemun: es un arbusto de muy bajo mantenimiento que se desarrolla con éxito en macetas a media sombra. Sus flores son celestes-liliáceas.

TREPADORAS

> Bignonia naranja: es una trepadora invasora de paredes, árboles y pérgolas. Sus flores de color naranja dan una sensación de fuego. Si las plantamos en muros y pérgolas, tendremos mucho color en el jardín.

> Actinidia: es una trepadora lenta, poco conocida, capaz de cubrir un árbol viejo. Su follaje varía de color en las hojas que van desde el verde rojizo al rosado.

> Malus sylvestris, de flor blanca, y Acacia bayleyana, de flor amarilla: son árboles pequeños que cubren los cielos durante el mes de agosto.

FRUTOS

En el ciclo vegetal, después de las flores, vienen los frutos o las bayas.

> Ligustro: da frutos de color azul oscuro.

> Nandina y mahonia: aportan gran cantidad de bayas amarillas.

> Ilex: mejor conocido como muérdago. En esta época, da bayas rojas que permanecen en la planta por muchos meses.

> Cotoneaster y Pyracantha: sus frutos son de color naranja, rojo y amarillo, y duran muchos meses.

> Pittosporumy Mahomías: son arbustos con follaje denso y flores blancas que en invierno se transforman en bayas oscuras. Son ideales para cortinas y cercos.

Los cuidados que necesitan estas especies son pocos: buena tierra abonada y rico sustrato en fósforo, nitrógeno y potasio. A la hora de plantarlos en el suelo, es necesario corroborar que haya un buen drenaje. La poda sólo debe realizarse una vez que la flor o el fruto estén marchitos.

+INFO

María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista

(15) 4991-6073

marialauravidal@hotmail.com

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