Podcast: Maritchu Seitún

Algunos lo tienen claro, otros dudan y muchos no tienen ni idea. La elección de la carrera parece ser un tema que, a medida que se acercan los meses de fin de año, toma más y más protagonismo en los próximos universitarios. @Maritchu nos cuenta el panorama actual: las opciones son muchas y hay que tener en claro que los cambios en el mercado laboral son constantes. Los jóvenes buscan, cambian y no se quedan en el mismo camino si es que eso no los hace felices. Es sabido que el test vocacional no hace magia y no soluciona dudas existenciales, y que para esto se necesita un trabajo de autoconocimiento e introspección. ¿Una característica? Los chicos se apuran a cambiar ante la más mínima insatisfacción o ante el primer escollo. Están en juego muchas cuestiones: ¿estudiar mucho por un título prestigioso?, ¿menos estudio pero un título con menos excelencia?, ¿mucho viaje y lejos de casa?, ¿perder la cotidianeidad con nuestros amigos del colegio? Son dolores que hay que procesar para que no tiñan la mirada al momento de las decisiones.

Se acerca fin de año. Algunos adolescentes que terminan el secundario están seguros de lo que quieren estudiar, otros dudan y muchos no tienen ni idea. ¡Era más fácil hace unos años! No sólo las carreras eran pocas sino que nuestros padres no daban muchas alternativas sobre la carrera a elegir. De todos modos, yo me salí de las tradicionales y me sorprendió que mi padre no pusiera el grito en el cielo cuando le dije que estudiaría Psicología. En ese momento pensé que él tenía la cabeza más abierta de lo que yo había creído, hoy estoy más cerca de pensar que mucho no le preocupaba lo que estudiara su hija mujer, porque me imaginaba como esposa y ama de casa, no como profesional. De todos modos, años más tarde estaba muy orgulloso de que yo hubiera decidido trabajar y lo hiciera con entusiasmo y responsabilidad.

Hoy las opciones son muchas, los chicos tienen libertad de decisión, hay carreras de las que los padres no oyeron hablar pero tienen claro que los cambios en el mercado laboral y sus necesidades son constantes.

Estemos atentos de que no se “cuelen” nuestros anhelos o expectativas.  Los adultos tenemos que aprender a callarnos, a hacer preguntas que no presionen y que los dejen pensando, incluso permitir que se equivoquen. Los chicos también tienen que aprender a hacerse fuertes y a elegir lo que quieren, tolerando el dolor o la desilusión de papá o mamá.

Por otro lado, fueron cambiando los objetivos personales y profesionales de los jóvenes. Nos vemos muy tentados de decir que los millennials no se proyectan hacia el futuro y les auguramos los peores destinos, sin darnos cuenta de que en algunos aspectos no están tan errados como creemos. Buscan, cambian, no se juegan enteramente por una carrera ni por una empresa y, con un poco de suerte y mucha voluntad, en algún momento se estabilizan al encontrar lo que les gusta.

Un test vocacional puede orientar a los chicos en esta búsqueda, al hacerles preguntas claves que los deje pensando. A veces refuerza sus ideas y otras los ayuda a abrirse a nuevos intereses.

El test vocacional no logra su objetivo cuando la confusión se relaciona con dudas existenciales. De todos modos, es un muy buen comienzo para conocer materias “pendientes” en la carrera de la vida.

El último año escolar se ha ido convirtiendo con los años en una farra continua que no los ayuda a tomarse el tiempo y a prepararse para ese futuro ya no tan lejano de la elección de la carrera.

Muchos chicos hoy salen del colegio con menos fortaleza interna que las generaciones anteriores y, a menudo, las supuestas dudas vocacionales están atravesadas por las dificultades ante el esfuerzo, la paciencia, la frustración, el miedo al fracaso o la falta de voluntad.

En la decisión de la carrera, hay duelos de todo tipo porque cada vez que ponen foco en una opción se alejan de otras varias. Además, cada alternativa está atravesada por muchos otros aspectos: ¿título prestigioso y mucho estudio, o menos estudio pero un título con menos excelencia? Lejos de casa, mucho viaje y perder la cotidianeidad con los amigos del colegio son dolores que hay que procesar para que no tiñan la mirada a la hora de tomar decisiones.

Pongamos desde el comienzo pautas claras: mínimamente tienen que tener claro que en nuestra casa trabajan y/o estudian y que no hay una tercera alternativa. Tienen que saber si podemos pagar facultad privada y si es necesario que trabajen mientras estudian. Es importante que lo sepan a la hora de tomar decisiones. Y dejemos claro también que les recomendamos estudiar, ¡porque este es el mejor momento y la mejor oportunidad para hacerlo!