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Texto: Lucía Oliverio – @luchi.oliveriowww.luciaoliverio.com  –  Ilustración: Aldo Tonelli – @aldotonelli

La transformación digital avanza más rápidamente que nuestra capacidad de acomodarnos a ella, y por momentos hace que tengamos más preguntas que respuestas. Para seguir siendo relevantes en un mercado laboral que cambia día a día, sí sabemos con seguridad dos cosas: que empleados, líderes y organizaciones deben estar a la altura de estos cambios, y que la clave está en la capacidad de adaptación que podamos desarrollar. En esta nota, nos preguntamos sobre este fenómeno y sobre qué busca el mercado, de cara hacia el futuro.

El concepto de trabajo, tal como lo conocemos, ya cambió. Lo que al principio de la era tecnológica parecía una batalla entre hombres y máquinas se fue complejizando. Porque las soluciones digitales vinieron a resolver, pero también es cierto que nos exigen una sobreadaptación para convivir con ellas. Hoy trabajamos con herramientas tecnológicas, desde nuestras casas o a la distancia, a través de reuniones virtuales, con atención al cliente remota y soluciones de negocios que se dan desde otros países o a kilómetros de distancia. Conceptos como big data, inteligencia artificial y algoritmos que predicen conductas de consumidores ya no pertenecen a un futuro distante: están entre nosotros y son parte de nuestra vida cotidiana. 

En este panorama, un gran número de expertos brinda pronósticos optimistas y aconseja no considerar este avance como amenaza sino como una oportunidad para aumentar nuestra productividad. Si logramos identificar y combinar lo mejor del hombre y de la tecnología, podemos generar un círculo virtuoso que beneficie a todos y que se pueda sostener en el tiempo. Y en el camino, simplificar los procesos para concentrarnos más en nuestro desarrollo.

¿Cómo nos impacta a nosotros, los seres humanos que trabajamos y buscamos mejorar nuestro desarrollo profesional? ¿Nos alcanza con las habilidades “de siempre”? ¿Cómo tienen que ser los nuevos líderes? Muchas preguntas y una clave: adaptación.

Atributos para la transformación constante: actitud + conducta

La habilidad principal tiene que ver con aprender continuamente y, además, disfrutarlo. María Pía Márquez es profesora de psicología y especialista en recruitment, con más de 10 años de experiencia en selección de talento para multinacionales. Hoy reconoce que los atributos más buscados tienen que ver con la flexibilidad y la capacidad de autogestionarse. Es clave poder adaptarse a estructuras diferentes y mantenerse motivado con espíritu explorador, optimista y constructivo. “El trabajo a distancia también requiere encontrar personas altamente comprometidas con la tarea y con los objetivos, y que tengan creatividad para encontrar soluciones a escenarios variables”, afirma María Pía. En nuestro país, a los cambios tecnológicos se les suma la coyuntura habitual, que nos obliga a rediseñar planes y estrategias según vaivenes económicos y reglas de juego oscilantes. Por eso “un manejo adecuado de la inteligencia emocional es otra de las claves”.

Hacer frente a lo impensado es esencial para todos los niveles de mando, pero especialmente crucial en funciones de liderazgo. El management actual también está en transición, ya que muchas veces no vemos a nuestros jefes cada día, están en otras geografías o no los conocemos. Pasamos del clásico modelo autoritario a uno más basado en la inspiración y en la capacidad de dar el ejemplo. Cada líder debe dar dirección y convicción para que pueda cascadear el entusiasmo. La metamorfosis laboral también se da en lo generacional, entre milennials y centennials. “Los más jóvenes tienen la necesidad de entenderlo todo. Por eso, los nuevos líderes deben ser abiertos, tener capacidad de escucha y saber transmitir la importancia de los objetivos finales, para que todos se sientan comprometidos y puedan desarrollarse en conjunto”, agrega María Pía. El pensamiento out of the box será lo más necesario para que un líder sea capaz no sólo de gestionar la transición, sino de sacar el mejor provecho de tantos cambios. 

Ángeles Burone es Associate Partner en Talenters, consultora de RRHH líder en la Argentina y la región, y lleva los últimos años seleccionando y gestionando talento para compañías tecnológicas, tanto puramente digitales como en plena transformación. Al tratarse de un mundo nuevo en miles de aspectos, el manejo del talento también lo es. Hoy “los perfiles deben tener una gran capacidad de tolerancia a la incertidumbre y a la frustración, ya que muchas veces su camino es una hoja en blanco”, cuenta Ángeles. Para quienes se incorporan a transformar culturalmente una organización o para los que ya son parte de una compañía puramente digital desde su génesis, siempre es clave el think big: ese mirar amplio hacia afuera, donde hay más casos de éxito, experiencia y soluciones. “Los miembros de equipos nuevos son agentes de cambio y generan disrupción. Por eso es necesario que sean traductores de la realidad, entre el futuro y el pasado”, concluye Ángeles.

Por todo esto, el desafío es mantenernos activos y en continua adaptación, inquietos y curiosos. El concepto de learnability es un anglicismo que nos lleva a la idea de aprender continuamente al ritmo de los procesos que se presentan, sumado al deseo de seguir conociendo. Y es la base de las nuevas habilidades para seguir siendo competitivos y relevantes en un mercado que cambia tanto. Lo verdaderamente importante va más allá de la destreza técnica: está mucho más vinculado con lo que nos hace humanos y nos distingue de las máquinas. Resolver problemas, texturar el pensamiento crítico, sentir, discernir e inspirarse son capacidades únicas y serán cada vez más necesarias. 

En el fondo, la transformación digital parece ser sobre tecnologías, pero en realidad es sobre las personas y cómo seguimos dando respuestas al mercado, a nuestros equipos, a nuestros clientes y a nuestra comunidad.

Adaptarnos antes de que lleguen los cambios

En un mundo que cambia todo el tiempo, sólo sabemos que la era digital seguirá modificando nuestras vidas y la manera en la que trabajamos. Y como todo es incierto y muy veloz, lo mejor que podemos hacer es no quedarnos en lo que conocemos y salir a buscar aquello que todavía no llegó. Para eso tenemos que hacernos preguntas distintas y darnos respuestas más honestas: ¿qué somos y qué podemos ser para mantenernos en movimiento, motivados y felices?

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