La historia del color es un tema que nos apasiona y nos atrapa, y en el que siempre hay novedades, por eso se ha escrito y se sigue escribiendo tanto. El mundo tiene colores, pero no todos los percibimos de la misma manera. Vamos a investigar un poco más, ¿cómo ven el color los animales?

La naturaleza es maravillosa por donde se la mire, pero ¿sabías que no todos la percibimos igual? Se sabe que los humanos y los gorilas detectamos mucho mejor los colores que el resto de los animales. Y aunque antiguamente se creía que los perros y los gatos veían el mundo en blanco y negro, luego se supo que el único color que no pueden distinguir es el rojo y que ven el mundo en una gama de verdoso opaco. En cambio, por ejemplo, los ciervos, los caballos y muchos insectos y reptiles, ven la realidad sólo en amarillo y en azul. 

Las aves, por su parte, pueden divisar más cantidad de colores que nosotros y además son capaces de distinguir la luz ultravioleta, reflejada por las flores y que se convierte en una gran guía para los insectos cuando no hay sol. Los animales de hábito nocturno, a su vez, tienen desarrollado un sistema de rebote de la luz en la córnea que les permite ver de noche. Por ejemplo, el gato y el búho agrandan sus pupilas al detectar oscuridad, mientras que con mucha luz las achican. 

Para cada especie, un don

Un dato curioso es que las abejas no logran ver el color rojo. Por eso, muchas flores en este tono, tiene generalmente su centro de color amarillo y blanco, para lograr así que se acerquen y puedan ser polinizadas. 

¿Qué podemos decir de las mariposas? ¡Son las más sensibles al color! Detectan colores que nosotros, los humanos, no vemos. Al principio, tienden a evitar el color verde, hasta que llega el momento de desovar, que lo hacen sobre las hojas que luego las larvas comerán.

Todo tiene una razón en este mundo. Si el langostino mantis, originario de Australia, es el campeón de la visión con doce fotoreceptores distintos, alcanzando a identificar colores totalmente desconocidos para el hombre, eso tiene una explicación. Y se debe a que, al ser un cutáneo de movimientos muy lentos, necesita de estos dones para poder visualizar desde muy lejos al enemigo o al alimento y poder sobrevivir. 

Las serpiente ve los colores en tonos amarillos/violáceos, mientras que las moscas los perciben en violeta oscuro. El Tiburón, por su parte, ve al mundo en tonalidades grises, y los peces en tonos verde/violáceos.

Una vez más el color nos hace descubrir las maravillas de un mundo que no nos deja de sorprender.

Bibliografía: La ciencia del color de Ana Von Rebeur

María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers

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