Por María Ducós

Una forma de viralizar el buen gusto y la originalidad en el diseño es involucrarse en la confección misma de productos de decoración. Así lo entendió Flor Sampietro que, a la hora de renovar su living, puso su talento al servicio y además de vestir su casa creó @mercer.ba.

Flor Sampietro es Diseñadora de Interiores y después de trabajar y aprender de los mejores maestros, dentro de los cuales se incluye el paso por el mundo de la moda de la mano de Inés Duggan, llegó el momento de volar. Y hacerlo sola, valiéndose de su creatividad, sus ideas y su personal y tan auténtica manera de resolver los caminos del emprendedurismo. 

Tan así debía ser su camino que ni una pandemia frenó su proyecto. @mercer.ba nació en agosto de 2020, cuando el shock había pasado, pero aún quedaban las cenizas de ese sacudón impredecible que al mundo emprendedor tanto afectó. La idea surgió buscando almohadones para decorar su living, y al no encontrar con exactitud los que quería, decidió confeccionarlos. 

Primeros pasos

Visitas a casas de géneros y talleres fueron las primeras pinceladas de un proyecto que surgió de la pasión por los textiles. Y todo comienzo está en conocer en profundidad a los clientes. “Con ellos, analizamos colores y texturas, y una vez hecha la elección, enviamos la idea a nuestros talleres de total confianza”, nos cuenta su dueña.

Almohadones, ropa de cama y de living a medida hechos con terciopelo de algodón teñidos, lavados y de lino 100%. Además cuenta con alfombras naturales y marroquíes originales que le dan un sello de calidad y buen gusto que realza la marca. Así, café en mano Flor arranca el día coordinando entregas, pedidos, talleres y demás cuestiones de esta profesión que la lleva a escuchar mucho a las personas.

Abrirse en vuelo

El poder de las redes confirma, una vez más, que el esfuerzo tiene su recompensa. La gratitud se multiplica porque Flor asegura que gracias a Instagram y Whatsapp pudo lograr cosas increíbles. Llegar a ciudades como Río Negro, Neuquén, Rosario, Salta fue una de ellas y la satisfacción es gigantesca.

La calidad de la materia prima de cada producto marca la diferencia. Y eso se nota en el resultado final. Además, la paleta de colores acompaña con la combinación perfecta ese rincón que necesita un refresh. 

“Mi mayor agradecimiento es para mi familia; mis hijas, que me tienen una paciencia infinita; mis amigas, que me impulsaron a empezar este proyecto; y para mis maestros, Eugenio Aguirre, Ines Duggan, que me enseñaron el amor por los materiales de buena calidad, cómo reconocerlos y quererlos”, termina nuestra protagonista. 

Como próxima meta, se propuso seguir creciendo cuidando la calidad y la elección de cada fibra natural, y así incorporar algunos muebles que acompañen sus asesoramientos. No hay techos para el que quiere superarse.