Por María Ducós

A veces no hay segundas oportunidades para una primera impresión. Y esto también aplica para nuestra casa. Los mudrooms aterrizaron en la Argentina como opción decorativa, como recibidor y como espacio de transición entre el afuera y el adentro en medio de una pandemia. ¿De qué se tratan? La experiencia de una emprendedora que instaló una costumbre inglesa en suelo porteño.

Tuvieron que pasar casi diez años para que Luli Hug se diera cuenta de que esos espacios de orden y cambio de vestuario en las entradas de tantas casas inglesas llamados mudrooms no la habían dejado indiferente. Lo que para muchos era un simple espacio decorativo y funcional de la cultura anglosajona, en ella había prendido una mecha que, por aquel entonces, ni siquiera era capaz de vislumbrar. ¿Cuál era ese encanto y fascinación que sentía?

Del boceto a la realidad

Practicidad y estética en un ambiente que siempre se recuerda caótico. Era una idea simple pero poderosa que por estas latitudes todavía no estaba explorada y que seguramente iba a despertar un mercado potente. “Yo lo que quería era lograr hacer un prototipo que pueda sostenerse solo, que no necesites amurarlo en la pared”, nos comenta Luli. Y es que es ideal para mudanzas o renovación de ambientes contar con estos módulos completos fáciles de trasladar.

Al momento de pensarlo, ya no como algo solamente propio, sino también como un producto atractivo, fue clave pensar en esos detalles que cambian cualquier ecuación. Que se sostenga solo, con topetones regulables debajo para estabilizar el módulo ante cualquier diferencia con el piso, que sea liviano y en una madera que pueda adquirir muchos colores. 

No eran premisas fáciles de cumplir, pero de a poco, se fueron armando. De madera de roble, algunos con cajones en mdf ranurado y aptos para pintarse en cualquier color de la paleta de Sherwin Williams. 

Una aventura que valió la pena

Si nos remontamos a cuándo empezó este nuevo proyecto, la pandemia, como tantos otros volantazos, tuvo mucho que ver. Después de un año entero de dar clases de inglés por zoom, había llegado la hora de animarse al cambio y concretar Mudroom Argentina (@mudroomargentina) como forma de cumplir un sueño.

Después del proceso de prototipado, en abril se lanzó de lleno con su primer modelo con baúl y estante de ménsulas de hierro. Hoy cuenta con un nuevo modelo con cajones y estante flotante y además con dos productos más: un baúl para niños y un carrito para el lavadero, ambos muebles funcionales y a la vez estéticos. Todos sus productos se pueden encontrar en el local de @paysanadeco en San Isidro. 

Con atención personalizada, ya que son piezas a medida, el contacto con los clientes es fundamental. Y como siempre, detrás de un gran proyecto hay un soporte clave. “No podría dejar de agradecerle a mi marido que siempre me apoya y me da valor para ser mejor persona y profesional, a mi familia, amigos y a gente divina que conocí a través de las redes como Rochi Lanusse que hoy la siento como la madrina de @mudroomargentina.