Si queremos que el verde invada nuestra casa a través de las ventanas, que importante es que el jardín hable de sus dueños.

La vista es, sin duda, el sentido que más satisfacciones nos ofrece. Por empezar, nos permite despertar recuerdo de aquello que entró por los ojos y así revivir alegrías, sensaciones, vivencias, logros. También es el que nos permitirá crear nuestra propia historia al diseñar un espacio verde.

El ojo es el órgano más evolucionado del ser humano. Su retina tiene la responsabilidad de transportar el contenido de lo que vemos al cerebro, en donde se la interpreta y se convierte en la imagen que luego veremos 

El color, entonces, como todo lo que percibimos, está en el cerebro. En su obra Teoría del color, el escritor Johann Wolfgang von Goethe nos dice que lo que vemos no depende tanto del afuera, sino de nosotros mismos. 

Vivimos en un mundo de colores, el color nos importa y mucho. Por eso, a la hora de decidir qué crear con una paleta en particular, es importante detenernos y observar. ¿Cómo es el entorno del jardín? ¿Qué visuales tiene desde el interior de la casa o departamento? ¿Qué veo cuando miro? Así podremos armar un diseño potenciando las vistas más lindas y tapando aquello que se encuentra fuera de la armonía visual.

El color en el jardín nos da infinidad de posibilidades de diseño. Basta saber que el escenario del mundo exterior cambia de acuerdo a los meses del año y a las horas del día, para dejar volar nuestra imaginación y lograr una explosión de colores, o una gama más bien uniforme.

Un color que muta

El otoño me hace disfrutar de los colores cálidos que variarán según las horas de frío y el ph del suelo. Si queremos despertarnos con un amarillo dorado intercalado con un rojo anaranjado deberemos plantar dos árboles como, por ejemplo, un Fresno americano (Fraxinus) junto a una Lagerstroemia; o combinar un Roble (Quercus) y una cortina de Cupressus estricta; o juntar un Tulipanero (Liriodendron tulipifera) con un cerco de Berberis. 

Para almorzar debajo de unas ramas del rosal trepador, color rojo pasión, combinado con el verde oscuro de la Hiedra, tenemos que saber de la perfecta convivencia que tienen los colores complementarios. Una galería colorida, cuyo techo es abrazado por una Ampelopsis (Parthenocissus tricuspidata) o una Trompeta de San Juan (Pyrostegia venusta) y rodeada de maceteros con Malvones (Pelargonium hortorum) y Geranios (Pelargonium peltatum) combinados completa la postal con los tonos más lindos.

Si queremos tener un atardecer donde el cielo es el protagonista y despierta el romanticismo que guardamos, podemos seguir su paleta de celeste y blanco. Y para eso, desembocaremos en los canteros de flores de herbáceas como Agapanthus, Salvias Guaraníticas y Uliginosas, Gramíneas, Lantanas, Verbenas y Achilleas que se mueven al compás del viento y los picaflores no paran de bailar. 

La belleza que se respira

También podemos diseñar teniendo en cuenta el perfume. Y para eso combinaremos los delicados aromas de las diferentes variedades arbustivas de jazmines, gardenias y trepadoras. El Jazmín de Madagascar y el Jazmín chileno (Mandevilla laxa) son los encargados de llevarnos rápidamente al pasado, a nuestra infancia quizás, a nuestra abuela, el barrio. 

El color del césped, un verde intenso, nos invita a saltar por la ventana para ir a jugar descalzos. Y ni hablar si tenemos la suerte de disfrutar del aroma del pasto recién cortado.

El color en las estaciones fuertes

El invierno, con sus grises, marrones y beiges, construye escenarios para disfrutar desde una hamaca con un libro, mientras esperamos que las intensas yemas florales de un Prunus indiquen que la primavera está por llegar. 

El calor del verano, en cambio, sólo se apacigua con la intensa sombra de un Ibirá Pita. Reflejará sus flores amarillas en un fresco espejo de agua, rodeado de Zephyranthes candida y contenido por un cerco de Pavonia misionera roja.

Qué ves cuando miras es la pregunta que me hago todos los días. Cada amanecer, al observar desde mi ventana el mundo exterior, son mis ojos los responsables de llevarme, a través de los colores, a mi mundo interior. Es acá cuando coincidimos en que “una imagen vale más que mil palabras”.

María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers

Contacto: 15-4991-6073 – marialauravidal@hotmail.com