El otoño es la estación más colorida, romántica y dinámica. Las hojas de los arboles varían entre el amarillo, naranja, bordó, rojo y óxido; una sinfonía de colores invade los jardines y las calles. Esta estación despierta nuestros sentimientos y vivencias, y las hojas sobre el césped nos invitan a acariciarlas, desparramarlas y jugar con ellas. 

Los árboles pueden encontrarse aislados, ser parte de un monte, permanecer sobre la orilla de la laguna, proteger los juegos de los niños, o simplemente generar sombra en un estacionamiento. Sea cual sea la función, son un elemento clave en cualquier paisaje. Ni hablar si elegimos plantar especies que en otoño se transforman. En esos casos nos aseguraremos de que cautiven la mirada de todos, y generen sorpresa en los observadores.

¿Cómo se explican los colores de los árboles en otoño?

La clorofila es el pigmento que le da lugar a la fotosíntesis y al color verde de las hojas. Es el elemento que le permite a las hojas de lo árboles transformar la luz del sol en dióxido de carbono, y el agua en azúcares para alimentarse. 

Para que este proceso sea exitoso, es clave la luz solar y la temperatura cálida; en su ausencia (durante el otoño e invierno), la presencia de la clorofila disminuye hasta desaparecer. En ese momento se manifiestan otros pigmentos que siempre están en las hojas “tapados” por el verde, y empiezan a deslumbrarnos colores como el amarillo, rojo, bordó y naranja.

Especies protagonistas

La sinfonía otoñal entra en acción con los amarillos de los Fresnos y Tilos; con el dorado del Ginkgo Biloba; los rojizos del Liquidámbar, y los anaranjados de las Lagerstroemias, Acer Palmatum y Acer Burgeriano. Los colores óxidos están dados por árboles como los Robles, los llamados Fresnos Rojos y los Frutales.


A tener en cuenta:

  • El otoño es la mejor época para elegir nuestros árboles, ya que podemos seleccionarlos según el tono de sus hojas.
  • Durante los dos primeros años será necesario colocarles un tutor para que sobrevivan a los vientos fuertes.
  • Llegada la primavera, es fundamental cuidarlos del ataque de las hormigas.



  • No podar las ramas hasta que hayan caído todas sus hojas.
  • Elegir las especies otoñales según el espacio disponible.
  • No barrer las hojas del césped. Se recomienda colocarlas en canteros y en la base de los árboles. 


Los árboles crecen casi en cualquier lugar y zona. En el campo naturalmente; en las ciudades, en veredas, parques y plazas gracias a la mano del hombre. Albergan la fauna nativa, bajan el termómetro del planeta y transmiten vida a través de sus flores y frutos. Se asocian simbióticamente con los microorganismos del suelo, y apartan el nitrógeno y fósforo.

Con sus colores, los árboles son capaces de despertar en nosotros sentimientos de placer y alegría. ¡Por más ejemplares en el mundo! 

María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers

Contacto: 15-4991-6073 – marialauravidal@hotmail.com