A mediados del verano, el calor y el aire caliente son nuestros desafíos en el jardín. ¿Cómo hacerles frente? Acá, algunos tips: 

Césped: durante el verano pueden aparecer montañitas de tierra que solemos confundir con el Grillo Topo, pero es isoca, el famoso bicho torito. Nos esperan dos meses con este visitante. Lo ideal es ir a un vivero o agropecuaria y pedir el producto ecológico adecuada. Es muy importante en esta época aplicarlo muy temprano por la mañana o a la tardecita/noche. Muchas veces estamos tentados de aplicar detergente a estos orificios; sepamos que no es bueno, porque lastima el rizoma. 

Riego: es la tarea más importante de la estación. Mantener el suelo húmedo y bien regado hará que césped, canteros, árboles y macetas sobrevivan hasta el otoño. Cada jardín tiene su propio clima, por eso estudiemos el nuestro sabiendo que a más horas de sol, sobre todo después de las 12 del mediodía, necesitaremos mayor riego. No existe una receta para esta tarea, lamentablemente. Es muy importante priorizar el riego en las especies que  estén desarrollando flor y fruto, ya que lo necesitan mucho para seguir creciendo y madurar. 

Árboles y arbustos: la naturaleza  es tan sabia, que solita sabe defenderse de las altas temperaturas. Para evitar transpirar mucho, las especies logran generar un “suave otoño” hasta fin de marzo, largando algunas hojas que toman colores marrones y ocres y luego vuelven a brotar. ¡A no preocuparse si vemos un leve cambio en las plantas! Se puede decir que se broncean ¡como nuestra piel!

Canteros: cortar flores y ramas marchitas. Tutorar las Salvias, Penstemon y Campánulas. Agregar dos puñados de compost y uno de humus de lombriz a cada planta. Si es posible cubrir los canteros nuevos con corteza de pino (chips) para cuidar las raíces de los rayos fuertes del sol. 

Las rosas necesitan una pequeña poda de limpieza que consiste en ir eliminando las flores marchitas por encima de una hoja. Así evitamos que sea atacada por plagas y enfermedades. 

Huerta: época de sembrar en almácigo (las bandejitas donde se siembran para su posterior trasplante) repollo, brócoli, coliflor, puerro. Limpiar las hojas ya marrones de las sandías, los tomates, los melones, los zapallitos y las calabazas. Podar el orégano en flor, poniendo a secar las flores boca abajo. La cebolla de verdeo y el ciboulette, ya dieron flor y podremos guardar sus semillas. 

Las Lechugas siguen produciendo hojas vigorosas, recogerlas y llevarlas a la mesa. Sembrar la escarola este mes para cosechar en otoño. Los puerros pasarlos a tierra cuando tengan el diámetro mayor a un lápiz. También podremos sembrar espinaca, remolacha, rábanos, ajíes, rúculas.

Los frutales en general eliminan el follaje claro y amarillento tras la fructificación. Por eso conviene esperar al fin del verano para realizar la poda para así estimular las próximas flores que vendrán en primavera. Agregar mucho compost en la base del tronco y no descuidar el ataque de hormigas y liebres. 

Bulbos: para hacer bulbos de Azucenas: levantarlos, limpiar sus escamas y lavarlos con agua y fungicida. Luego, introducirlos en una bolsa transparente de polietileno repleta de vermiculita húmeda para que broten. Una vez que echen las primeras raíces, plantarlos en macetas y guardarlos hasta la primavera cuando los llevaremos a suelo.

Tutor y división: para las Dalias, es necesario colocarles un tutor para evitar que se caigan por el peso de sus flores o por el viento. Los Crocosmias que ya terminaron de florecer (este año más tarde de lo común) los podaremos y los dejaremos en su lugar. Cuando las bulbosas cumplan 3 años, será necesario levantarlas y realizar la división de sus raíces para que florezcan en abundancia. Eliminar las varas secas de Iris, Agapanthus, Hemerocallis y Bulbines. 

Esquejes: podemos hacer hijos de Geranios, Fucsias, Salvias, Hortensias, etc. Colocarles hormona de enraizar. 

Trepadoras: las que son caducas, esperar a después del otoño. Las perennes, eliminar sólo las flores marchitas. Fertilizar con compost su base. 

Composteras: seguir armando nuevas para agregarle los carozos y las frutas de verano, ya que aportarán mucho fósforo y potasio al sustrato futuro. 

Plagas y enfermedades: atentos al ataque de cochinilla, pulgón y hormigas. Cada una se puede combatir con productos específicos. 

Macetas y plantas de interior: no nos olvidemos de girarlas una vez por mes. Chequear su drenaje, agregar un puñado compost y humus de lombriz. 

Estanque: disfrutar de las floraciones y limpiar de repollitos y lentejuelas si se volvieron muy invasoras. Controlar el nivel de agua, ya que sufrirá evaporación durante estos meses en forma notable. 

No es conveniente hacer un cambio de maceta en esta época, esperemos a que afloje el calor. Tener cuidado de que el aire acondicionado no le dé directo al follaje. 

Por último, limpiar cada herramienta luego de ser utilizada, vestirnos con ropa adecuada, con sombrero y guantes.

Es lindo ver como cada mes aprendemos y disfrutamos de nuestro jardín.

Ahora, ¡a trabajar!

Texto: María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers