Texto: María Laura Vidal Bazterrica – Paisajista – @itasflowers

Las vacaciones quedaron atrás, las disfrutamos, descansamos y recargamos energía. Pero el verano y los calores agobiantes nos dejaron un jardín desgastado y con muchas necesidades.

Nos encontramos con que las altas temperaturas han dañado tanto las plantas de interior como las de exterior. Pero llegó el colorido otoño, la estación que le da frescura a nuestros jardines. Época ideal para realizar ciertas tareas en nuestros barrios. ¿Por dónde empezar?


La poda de otoño

  •  Eliminar todas las hojas amarillas y deshidratadas: si las amarillas pasan del cincuenta por ciento,  también tendremos que cortar dos terceras partes de sus raíces.
  • Quitar las hojas y ramas secas: estas no solo reflejan desprolijidad en el jardín, sino que también implican peligro: pueden ser transmisoras de plagas y enfermedades.
  • Despunte de formación de arbustos como Laureles, Oletexanas, Callistemun o Rosales que culminaron su floración: tendremos que controlar tanto el tamaño de las herbáceas como de las Gauras y gramíneas, eliminando las ramas basales sin podar en altura, ya que esa tarea tendrá lugar en primavera.
  • Eliminar todas las varas secas de los Agapanthus, Hemerocalliz, Coreopsis y Lirios: es importante no dejarlos semillar, de esta manera evitaremos que los nutrientes se acumulen en la semilla en lugar de en las raíces.
  • Especies tropicales: estas sólo deberán podarse con calor, de lo contrario sufrirán quemaduras con las próximas heladas. Entre las especies tropicales se encuentran: el Jazmín celeste, Salvias, Aralias, Santa Rita, Rosa China, Alocacias, Alpinias, Heliconias, entre otras.
  • Árboles: no hay que podarlos hasta que sus hojas hayan caído totalmente. Estos deberán estar bien tutorados y zunchados para resistir los vientos del invierno. En cuanto a los Jazmines y las trepadoras, debemos podarlas para eliminar las ramas secas y cruzadas. Luego no las trabajaremos por el transcurso de un año.

Cesped y canteros

El calor no sólo desgasta el agua, también lava los nutrientes y abonos de los canteros y del césped.

¿Qué hacemos al respecto?

  • Fertilizar: utilizar productos orgánicos como la tierra abonada, compost, humus de lombriz y pinocha para las plantas de suelos ácidos como el Jazmín del Cabo, Helechos, Calas, Magnolias, Anémonas Japónicas y Salvias Procurens.

El césped comenzará a ponerse amarillo y sufrirá las heladas. Salvo la variedad “Grama”, todas se quemarán. Este es entonces el momento de la resiembra otoñal tan conocida por nosotros los paisajistas y por los jardineros.

Huerta

  • Consumir los restos  de lo que se sembró en verano.
  • Preparar el suelo con abundante compost y estiércol para comenzar a plantar la verdura y los frutos de invierno.
  • Realizar recolección de semillas y guardarlas en un lugar seco sin sol para luego sembrar en almácigos con la llegada de la primavera.

Otras tareas otoñales

  • División  de matas para reproducir la misma especie: podemos hacerlo con Iris, Gauras, Hemerocallis  Agapanthus, Salvias, Dietes, Pasto inglés, Liriopes, y Aster
  • Plantar bulbos como Fresia, Marimonias, Astromerias y Lilium que florecerán en primavera.
  • Limpiar estanques y fuentes: vaciarlos y retirar las plantas y piedras. Lavarlos y llenarlos con agua limpia para volver a armarlos.

Este es nada más y nada menos que el comienzo de la recolección de hojas de arbustos, árboles, y por qué no, de frutos para llevar nuestras compoteras.

El otoño viste los pies de los árboles de color, con hojas amarillas, rojas y naranjas.

Mientras comenzamos a poner en marcha los trabajos de mantenimiento en los jardines de nuestros barrios, ¡disfrutemos de la belleza natural de esta increíble estación!