Texto y fotos: María Mullen
Al placer que ya significa hacer una pausa y salir a tomar algo, ¿te imaginás hacerlo en medio de un vivero boutique en esplendor? Flora Café & Té, en Tigre, es un paraíso en miniatura que merece visitarse.
Puede ser en una mesa del patio a la sombra de un árbol y del canto de los pájaros, o adentro, en el vagón de amplios ventanales, con la música de Norah Jones. Aromas, plantas colgantes, rosas, jazmines, calas, sol y mucho verde por todos lados. Parecería un sueño… Lo es.
En un viaje familiar por Escocia -su tierra de origen-, Jacqueline Rodger se inspiró para dar vida a lo que hoy es el café Flora en Tigre, ubicado nada menos que en el vivero de sus propios padres, llamado El vagón, en la calle Liniers, a metros del Ramal Tigre. Con un café recién hecho sobre la mesa y su hija Catalina (23) a su lado, Jacqueline recuerda los orígenes de su joven emprendimiento en su viaje. “No podíamos creer que en cada pueblito perdido por la ruta siempre nos sorprendiera una maceta con flores colgando en una pared, en una mesa en la vereda, en un balcón, en una galería… Mucha vegetación en detalles. Además, por más chico que fuera el pueblo, siempre encontrábamos las puertas de un café abiertas. El viaje siguió hasta Londres y allí una amiga me recomendó conocer el vivero Petersham Nurseries, en Richmond. Quedamos fascinadas -recuerda mirando a Catalina-. Era un lindísimo café en medio de un vivero… Así que volvimos a casa y se lo propusimos a mis padres. No sin cierto temor, se sumaron al desafío”.
Como en casa y en familia
Si hay algo que llama la atención del café Flora y realza su encanto es la atmósfera familiar. Mientras que Jacqueline da la bienvenida a la gente, Catalina prepara un scon calentito y un yogur con granola. En una mesa tiene listos los crayones y hojas blancas para las familias que vienen con hijos chicos. Al frente del predio, los abuelos Jock (con o) y Catalina (padres de Jacqueline) atienden con gran dedicación a los visitantes. “Miren qué linda esta flor, está para la foto”, nos dicen. De repente, otro hijo de Jacqueline. “¡Todos participan! –dice sonriente-. Juntos pintamos las mesas, las sillas, emprolijamos el vivero, diseñamos la carta, los cuadros, las macetas colgantes…Fue un trabajo en equipo”. Como si fuera poco, su marido tiene la oficina a metros de allí, con un lindísimo emprendimiento de vagones de madera. Todo muy familiar. Así es fácil sentirse como en casa. “Lo que más disfruto es el trato con la gente y hacerla sentir a gusto”, agrega. Su calidez y sonrisa son contagiosas.
Licuados y limonadas para refrescarse
La propuesta de Flora es sencilla pero muy rica: ofrece variedades de café y té para los desayunos o meriendas, el clásico scon de manteca, tostados de pan árabe, yogur con granola, cuadraditos dulces, budín de zanahorias, medialunas, alfajores, jugos y, sobre todo ahora que se viene el calor, los licuados de frutas y la limonada. Hay capacidad para unas veinte personas y las mesas cuentan todas con enchufes y wifi. “El perfil de gente que viene sabe que éste es un lugar tranquilo, con música relajante… y donde buscamos respetar ese clima”. Algunos vienen de remar, otros son turistas, otros vecinos. Todos coinciden en que Flora es como una burbuja de tranquilidad. En medio del entorno de plantas y colores y un ambiente muy acogedor, Flora es ideal para disfrutar de un momento distinto y volver a asombrarse con la impresionante belleza de cada flor.
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Más Información:
Martes a Viernes 14:30 a 19:30
Sábados 9:30 a 12:30 – 15:00 a 19:30
Tel.: (011) 4731-9622 / (15) 3417-4727
FB flora-café y té-Vivero