Por: Flavia Tomaello – flaviatomaello.blog – IG: @flavia.tomaello
El Cipriani tiene una historia muy divertida porque nació del préstamo que un bartender le hizo al dueño del hotel cuando era un joven perdido en la Venecia de los ’50… Esta aventura dio origen al Harry’s Bar y, más tarde, al hotel Cipriani, el preferido de George Clonney. Aquí la crónica.
Acoplarse a la terraza con vista al Gran Canal mientras el sol se pone, derramándose sobre las cúpulas es ver como todo Venecia se convierte en color ocre. Trago en mano, reuniendo en el vaso toda la historia del Véneto en un solo sorbo. El paisaje lo pone el lugar y la mística, el Belmond Hotel Cipriani, un palacete que combina la modernidad de un modo sutil, insertándose en el barroco con una armonía inusual.
Su origen proviene del Harry’s Bar, que abrió en 1931 en lo que fue una antigua casa de indumentaria. Debe su nombre a un estudiante norteamericano, Harry Pickering, quien llegó por primera vez al hotel en 1927 cuando viajaba con su tía, la pareja de ésta y su perro pequinés. Llegaron a Venecia con el afán de poner fin a la adicción al alcohol que estaba comprometiendo cada vez más su salud. Pero Harry se instaló rápidamente en el bar, pasando todo el día allí, bebiendo la fortuna de su adinerada familia bostoniana. Los Pickering comenzaron a darse cuenta de que esto no estaba funcionando.
El hombre que había estado sirviendo sus bebidas era un ambicioso veinteañero llamado Giuseppe Cipriani. Nacido en Italia pero criado en Alemania, Cipriani había heredado una gran ética de trabajo de sus padres y fue quien le prestó a Harry los 500 dólares que necesitaba para volver a su país.
Pasaron tres años antes de que el joven regresara a devolver el dinero. Y lo hizo con creces: entregó a Cipriani 1500 dólares y lo instó a abrir su propio bar, al que el nuevo propietario bautizó con el nombre de Harry´s bar en su honor.
El inicio de una saga
Harry´s bar ofrece la esencia misma de la sociedad del café, que alguna vez tuvo un papel muy importante en los asuntos de Europa. La atmósfera del restaurante te envuelve con su cálida inmediatez, con la compañía de personas que se conocen, un personal con modos familiares y la posibilidad de conversar tranquilamente. En 2001, el Ministerio Italiano de Asuntos Culturales lo declaró un hito nacional. Harry’s Bar es por ahora uno de los restaurantes más famosos del mundo. El propio nombre del lugar no evoca simplemente una cocina, o una especie de bebida, sino un estado de ánimo que, incluso después de ochenta y dos años, no fue copiado por otros.
En 1956, Commendatore Giuseppe Cipriani, restaurador extraordinario y visionario como nadie, se encontró entre sus clientes con una audiencia entusiasta para un proyecto que había cultivado durante muchos años: construir un hotel con fácil acceso a la Plaza de San Marcos y lo suficientemente lejos para garantizar la paz y la privacidad.
Su equipo inicial incluyó a las tres hijas del segundo conde de Iveagh, cabeza de la familia Guinness, que más tarde se convertirían en sus socias. Cipriani ya tenía el sitio propuesto en mente.
Las cosas procedieron rápidamente y en dos años, el hotel abrió sus puertas. Disfrutó de la aclamación instantánea por su servicio personal y su comida sencilla pero magníficamente preparada. Durante la primera década, la popularidad del hotel se extendió a tal grado que en 1968 se adquirió un terreno contiguo y se construyó una magnífica piscina de 600 metros, la única olímpica de Venecia.
Moltofelice
El hotel puede parecer bastante diferente al construido por Giuseppe Cipriani. Las incorporaciones han incluido el Cip’s Club, los Graneros de la República y el restaurante con estrella Michelin oro. Pero se mantiene fiel a la aspiración original: proporcionar un santuario indulgente a un mundo de distancia, pero que en realidad está a un tiro de piedra de la Plaza de San Marcos.
En este año trascendental, se proponen organizar una serie de festividades espectaculares. La primera es un concierto por el aniversario número 20 del Cip’s Club. Montado sobre una plataforma frente a la Plaza de San Marcos, contará con la participación de Marco Ballaben.
También habrá una aventura vinculada a Venecia-Simplon-Oriente, espectaculares cenas de gala y recuerdos de aniversario, como un perfume exclusivo llamado Merchant of Venice. Además, se está desafiando a todos los cantineros de todos los hoteles Belmond del mundo a que inventen un cóctel por el 60º aniversario, e incluso habrá una habitación ofrecida al precio original de 1958.
Llegar allí es sentirse parte de una Venecia diferente, donde se puede vivir su esplendor a la par de que es posible visualizarla desde cerca, pero a la distancia precisa para invitar a la contemplación. Una experiencia lejana a la guerra de palomas y a las selfies y más cercana a la esencia de la que los venecianos se enorgullecen.