Este jardín tropical, diseñado para disfrutarse todo el año, rodea la pileta con un entorno verde y lleno de vida.
Itas nos va a contar paso a paso cómo crear este espacio único, combinando plantas que aportan texturas, colores y aromas para que cada estación sea especial.

“Un jardín tropical debe tener luz, calidez y sol”, explica Itas. Con esa premisa, el diseño parte de una cortina verde permanente, formada por eugenias que cubren una pared de fondo y generan un marco natural. A partir de ahí, el paisaje se construye en capas y contrastes, con una selección cuidada de especies de distintas texturas y tonos.
“Siempre el jardín tropical tiende a buscar la luz, por eso es clave una buena combinación de diferentes texturas y tonos de verde”.
Las heliconias aportan presencia con su forma de hoja y su floración veraniega. A su lado, la dietes grandiflora, florece todo el año y tiene la ventaja de no atraer tantas abejas, algo importante en entornos con agua.
No faltan clásicos como bananeros y palmeras pindo, que refuerzan el espíritu tropical del espacio. También hay lugar para especies más perfumadas: “La datura floripondio da unas flores blancas enormes, con muchísimo perfume”, cuenta.
En la mezcla aparecen además las esterlitzias, con su característico verde grisáceo, y el agave, elegido por su estructura firme y su buena performance durante todo el año.


Para los bordes de pileta, las achiras se convierten en aliadas ideales: “Es una herbácea muy típica del jardín tropical, hay de todos colores y le gusta el agua”. La diversidad continúa con salvia guaranítica —de hoja pequeña—, alocasias —con sus grandes orejas de elefante— y el clásico filodendro, o costilla de Adán, que aporta volumen desde sectores más sombríos.



Más adentro del jardín, Ita suma una nota de color con la alpinea, de flor rosada y hoja lanceolada: “Es otra textura, otro tipo de hoja, otro verde más oscuro que genera contraste”. Como broche, se integran jazmín del cabo, helechos, agapantos y hortensias, para enriquecer aún más la paleta visual y aromática.
“Si hacemos un pantallazo, vemos siete variedades, siete formas de hoja distintas, siete verdes diferentes. Lo que busqué fue generar una cortina verde donde van apareciendo distintos artistas con sus colores y formas, como en una obra en movimiento”.
Un diseño pensado para conectar con la naturaleza y transformar el espacio en un rincón vibrante, verde y lleno de armonía.