Mar, arena y montaña. Tupidos bosques y aguas azules. Puesta de sol en el Pacífico y vistas despampanantes. En pocas palabras, así es Zapallar, uno de los destinos más exclusivos de Chile para vacacionar en verano.

Cruzando la cordillera de los Andes, a 191 km del Paso Internacional Los Libertadores —frontera con Mendoza—, y a 167 km al noroeste de Santiago de Chile, se encuentra esta ciudad costera que forma parte de la región de Valparaíso, y que tantas familias eligen para veranear. Si bien es un destino mayormente visitado por chilenos, cada vez más argentinos descubren su encanto.

¿Por qué es un lugar tan especial?

La playa de Zapallar está protegida por una bahía. Allí se goza de la tranquilidad, sobre todo durante la mañana cuando son pocos los turistas que concurren.

La ciudad está construida sobre la montaña, y es la altura la que le proporciona al pueblo y a sus alrededores, vistas excepcionales, de esas que la memoria no borra con facilidad.

En verano, el sol se despide a las 21 h aproximadamente, por lo tanto los días son extensos y se disfrutan hasta el final. La puesta de sol en el mar le da magia a este destino que, sin los cielos anaranjados sobre el agua, no sería igual.

 

Sobre la playa en sí

La pregunta del millón cuando hablamos de este destino, es si el agua del mar es o no, helada. La respuesta: es más fría de lo que en Argentina estamos acostumbrados, sí. Pero no es una temperatura que nos impida refrescarnos en las olas cristalinas con rompiente en la orilla, que caracterizan a esta playa de ensueño.

Algo que deslumbra a quienes visitan Zapallar, son los senderos con origen en la playa. Se trata de caminos rocosos cortos y de poca dificultad para caminar. Estos bordean el mar; se puede ir apreciando el impacto del agua con las rocas, y hacia arriba, los bosques y las casas de verano que cuentan con vistas de lujo. Cualquier arquitecto o entendido en el rubro construcción se haría un “festín”. También se distingue desde los caminos, una vista completa de la bahía de Zapallar.



Otra joya a pocos kilómetros

A menos de diez minutos en auto, casi pegada a Zapallar, se encuentra la localidad de Cachagua. Por lo tanto, es común que quienes se hospedan en Zapallar, disfruten también sus días en la playa vecina, y viceversa. Lo cierto es que es difícil compararlas: la playa de Zapallar es más pequeña, está rodeada de naturaleza y es un tanto más familiar. La de Cachagua es la definición de inmensidad. Ancha y larga. Las olas tienen varias rompientes, y ese es uno de los atractivos principales para los surfers, que cada mañana y tardecita, “invaden” el mar de Cachagua. Ellos se sumergen con traje de neoprene, fundamental para quienes necesitan aguantar más tiempo en las bajas temperaturas del agua.




En Cachagua también existe un camino que conduce a impresionantes vistas, y que desemboca en una pequeña playa llamada “Las Cujas”, de aguas cristalinas y arena blanca. Una bahía que parece de película. Se recomienda hacer la caminata temprano a la mañana, ya que durante los el resto del día suele estar muy concurrida. Pasando Las Cujas, el camino se vuelve aún más extravagante, y algo estremecedor para quienes sufren de vértigo.

(Playa Las Cujas)


Datos que te pueden interesar:

  • En ninguno de los dos balnearios hay vendedores ambulantes.
  • Hay puestos pequeños que son suficientes para comprar bebidas y algo para comer.
  • Las playas cuentan con baños.
  • El estacionamiento de la playa es pago y costoso. En el caso de Zapallar, solo hay que pagar si se ingresa luego de las 11 de la mañana. En Cachagua es pago durante todo el día, pero es común encontrar lugar en la calle a no más de dos cuadras de distancia.
  • En Cachagua, el primer cordón de la playa está siempre copada por grupos de adolescentes de entre 14 y 20 años, y en las primeras filas frente al mar se ubican mayormente familias.
  • En ambas localidades hay vida nocturna, con opciones para menores y para mayores de 25 años.
  • Febrero es el mes más concurrido ya que una mayor proporción de chilenos eligen ese mes para veranear. Si buscás tranquilidad, enero será mejor alternativa.

 


 

 

 

FacebookTwitterEmailShare